Interesante, Busco Socio para Taller de Mantenimiento Atomotriz - 17/03/2014 9:30:52
"Hola! Estoy buscando un Socio Capitalista para taller mecánico con un concepto innovador. Dicho proyecto está avalado por una incubadora y se ofrece una TIR atractiva. Es un proyecto que se puede convertir en franquicia y cuenta con un plan de negocio muy detallado.Para echar andar dicho proyecto el capital que se requiere son 200,000 pesos mexicanos.
Estoy en espera de ese gran socio que de preferencia tenga gusto por el sector automotriz y ganas de innovar, que por ser este un concepto nuevo, los beneficios son muy atractivos.
Vamos a demostrar que no sólo las franqucias americanas tienen éxito.
Quienes deseen más información, pueden contactar al email:
gefer.servicioautomotriz@gmail.com
Gracias!
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Noticia, Cuatro Peruanos emprendedores nos dan su receta del éxito - 21/01/2014 0:44:35
Cuatro Peruanos emprendedores nos dan su receta del éxito20 SEP 12 Por: Claudia Chumbe ...
Autor: Alicce CabanillasFuente: Peru21
Cinco consejos claves de quienes, tras mucho esfuerzo, hoy tienen negocios en expansión, exportan y hasta franquician.
El CADE Emprendedores 2012 fue el escenario para que cuatro peruanos, hoy a la cabeza de empresas exitosas, compartan su receta con un auditorio ávido de ponerla en práctica.
Daniel Manrique (Segundo Muelle), Mariela Hurtado (Mentha & Chocolate), Juan Borja (Tiendas Él) y Ximena Ruiz (Toque X) comentaron que, tras años de esfuerzo, fueron la dedicación y la innovación lo que los llevó a despegar.
A continuación, sus principales recomendaciones:
1. HAGA LO QUE LE GUSTA. No inicie un negocio porque escuchó que la idea es rentable. "Es fundamental que le apasione. Si no le gusta, no va a creer en lo que hace y podría fracasar", advierte Ruiz de Toque X, manicure y pedicure.
2. CUIDE A SU PERSONAL. Ponga especial atención en contratar gente con vocación de servicio y que cumpla con los perfiles de los puestos. Tenga en cuenta que ellos son el motor para que la empresa alcance sus objetivos, dice Manrique de Segundo Muelle.
3. OFREZCA VALOR. No se concentre en vender, procure construir relaciones con sus clientes, de tal forma que prefieran su marca por encima del precio. Eso sí, el costo debe justificarse con lo que los sentidos captan. Escúchelos siempre y bríndeles servicios adicionales, dice Hurtado, de Mentha & Chocolate.
4. SEPA DELEGAR. No tenga miedo a dejar la administración de su negocio cuando su crecimiento demande que usted asuma otros roles. Eso sí, busque a un profesional, aconseja Borja de Tiendas Él.
5. REINVÉNTESE. Tampoco tenga miedo a innovar, y si llega competencia, evalúese y refuerce las características de su marca, anota Hurtado.
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Información: Lecciones de Innovación - 13/07/2013 13:34:50
Lecciones de InnovaciónJosé Enebral Fernández
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La innovación, a la vez que constituye una exigencia de la economía del conocimiento, parece ser una asignatura pendiente en nuestro país y en otros. Quizá debamos todos desarrollar nuestras facultades para la innovación.
El concepto es sin duda amplio y multicontextual, y al hablar de innovación pensamos en diferentes cosas. En la actividad empresarial, unos apuntamos al avance de la tecnología, otros dirigimos la atención sobre las ayudas que la Administración ofrece a las iniciativas de investigación (I+D+I), hay asimismo quienes imaginamos a los profesionales generando nuevas ideas para impactar en el mercado con ventaja competitiva..., y también hay desde luego quienes visualizamos las propias novedades vividas en nuestro tiempo. Los ya maduros y al margen de la andadura profesional, hemos asistido a la llegada de los electrodomésticos, la compra con carrito, el pago con tarjeta, la energía nuclear, solar y eólica, los ordenadores personales, los teléfonos móviles...
Este articulista recuerda su infancia sin televisión ni calefacción, su veraniega tarea diaria de ir a comprar la barra de hielo que debía introducirse en la nevera, las camas con sommier y colchón de lana, los camiones que arrancaban a golpe de manivela, el impacto de la penicilina y las vacunas, la llegada del gas butano, la de los grandes ordenadores... En verdad se funden los conceptos de novedad valiosa y progreso, y al respecto las cosas parecen ir más rápido cada día, consecuencia de la globalización, de la "sociedad de la información", del creciente flujo y valor del conocimiento, y de la facilidad para comunicarse.
En la empresa, la innovación ha de apuntar, sí, a los procesos operativos, pero también y desde luego a los productos y servicios ofrecidos tras el inexcusable objetivo de incorporar al mercado novedades valiosas y atractivas. Estas novedades surgen a veces fruto de orquestados esfuerzos de investigación y desarrollo (I+D), pero también pueden tener su origen en el pensamiento penetrante, crítico, conectivo y creativo de algún individuo perspicaz; en el salto cuántico que puede suponer una idea certera, impulsada o no por alguna subvención o motivación extrínseca.
En 1997, leíamos en la revista Fortune: "La innovación es la característica singular que engrandece a las mejores compañías. Las compañías que saben cómo innovar no necesariamente invierten grandes sumas en investigación y desarrollo; en vez de ello, cultivan un nuevo estilo corporativo de conducta que admite nuevas ideas, cambios, riesgos e incluso errores". Diez años después, el mensaje parece seguir vigente: los resultados pueden mostrarse espectaculares cuando nos dedicamos a pensar con penetración y esmero, y desplegamos conexiones y abstracciones valiosas.
Incluso cuando hablamos de innovaciones aparecidas como fruto de la casualidad el velcro, el teflón, los rayos X, la penicilina, la aspirina, el Walkman, el caucho vulcanizado, el fonendoscopio, el horno de microondas y algunos edulcorantes, entre otros muchos ejemplos, resulta evidente que se necesitó una mente sagaz e intuitiva que advirtiera las implicaciones, las posibilidades, las aplicaciones.
Hay, sí, historias especialmente significativas; experiencias interesantes que apuntan al elemento clave de la economía del conocimiento: la innovación. A menudo los medios económicos destacan nuestro suspenso en esta asignatura, pero, contando con la voluntad de hacerlo, ¿podemos aprender a innovar? Pensará el lector que primero tendríamos que aprender a aprender; que, antes de añadir novedad, habríamos de conocer bien lo ya existente... Pero sí: en busca del aprobado en esta asignatura, también podemos aprender a innovar, e incluso hacerlo de forma grata y efectiva, por ejemplo mediante el estudio de casos reales y aleccionadores.
¿Han analizado los perfiles de las personas más creativas? ¿Qué les parece, por ejemplo, la capacidad de abstracción que desplegó Genrich Altshuller en el conocido método TRIZ de solución creativa de problemas? ¿Recuerdan cómo descubrió Loewi el primer neurotransmisor, la acetilcolina, o cómo surgieron, por ejemplo, las vacunas? ¿Son ustedes conscientes del papel de la intuición, a veces también en forma de sueños reveladores, en numerosos avances técnicos y científicos? ¿Quién y cómo estableció la trayectoria elíptica de los planetas en torno al Sol? ¿Qué fuerza lleva a los científicos a elegir la hipótesis acertada?
En la gestión empresarial y como referencia, se utilizan casos de acierto (como el del Walkman de Sony) y desacierto (como el de la New Coke, de Coca Cola) de los que podemos aprender todos. En efecto, en la emergente economía del saber y el innovar, deberíamos tal vez dirigir más específicamente la búsqueda de referencias, ejemplos y casos aleccionadores hacia lo relacionado "Lecciones de innovación", hemos titulado estas páginas con el avance del conocimiento en cada campo técnico y científico, es decir, hacia lo más unido a la inexcusable innovación en procesos, productos y servicios, en beneficio de la competitividad.
La narración de historias
Tendríamos que seleccionar con cuidado las referencias a analizar, y obtener de ellas todo el provecho posible. Nos gustaba, de niños, que nos contaran cuentos, y la escucha nos resultaba una actividad autotélica: no nos sentíamos obligados a aprender de modo consciente, pero nos divertíamos. Yo recuerdo todavía las historias que, en verano, nos contaba (hace casi 50 años) el religioso salesiano Antonio Sánchez Romo en el colegio de María Auxiliadora de Madrid. Ahora, adultos ya y profesionales obligados a aprender continuamente, podemos concentrar nuestra atención en un relato idóneo, pero necesitamos extraer conclusiones valiosas que nutran nuestro desarrollo y nos iluminen en el desempeño profesional.
Sin descartar el "entretenimiento oral para públicos selectos", que así identifica su negocio una de las agencias de oradores y conferenciantes, yo hablaría asimismo de la necesidad de "adiestramiento oral para todos los públicos (interesados)", y desde luego para "aprendedores permanentes", que es lo que somos todos nosotros en la economía actual. La enseñanza acroamática es potente como método, pero el aprendizaje se extrae del contenido y, para éste, el método no parece mucho más que un soporte enriquecedor.
Por supuesto, al desplegar una experiencia aleccionadora, el storyteller puede, consciente o inconscientemente, reformular o sintetizar los hechos de modo que encajen mejor en el propósito perseguido; pero, si éste es recto y no espurio, la enseñanza se robustece. Más si, en un escenario idóneo (un seminario o workshop), el docente utiliza técnicas mayéuticas facilitadoras del aprendizaje.
Desde el plano discente, el del aprendedor permanente lifelong learner, creo que, al analizar historias curiosas y valiosas, todos hemos de hacerlo penetrando en los detalles más significativos y aleccionadores. Entre otros propósitos, por un lado podemos identificar las facultades y fortalezas que caracterizan al innovador en cada escenario profesional, y enfocar quizá mejor nuestros esfuerzos de desarrollo; y por otro lado, podemos tomar conciencia de cómo se relacionan o conectan los campos del saber, de cómo la experimentación acaba generando resultados, de cómo a menudo se han de vencer resistencias y se precisan idóneos apoyos, etcétera.
Algunas historias
Les traigo algunas historias. No se trata de una muestra neutra sino dotada de propósito, pero con buenas intenciones: la de recuperar un significado intrínseco para el concepto de innovación, la de destacar los rasgos más característicos del innovador, y la de señalar otros considerandos oportunos. Les traigo, sí, algunas historias muy sintetizadas, a las que he adherido conclusiones propias que someto a su aquiescencia o reformulación: hagan sus propias lecturas. En los primeros casos, observaremos empresarios innovadores, y ciertamente ha de reconocerse la grandeza de los individuos emprendedores; pero después veremos también que la iniciativa o hallazgo puede surgir de un profesional experto en el desempeño de sus tareas, e incluso en tiempo de ocio. Y también recordaremos algún desacierto o fracaso en la iniciativa innovadora, incluyendo un caso español.
Las hamburgueserías McDonald"s
Todo empezó en 1954, cuando Raymond Kroc vendió 8 batidoras a un singular restaurante de gran éxito por su eficacia y rapidez: el de los hermanos Dick y Mac McDonald en San Bernardino (California). "Si hubiera muchos restaurantes como este pensó él, vendería muchísimas batidoras". Y pronto dejó de pensar en las batidoras para hacerlo sobre la idea de las franquicias: llegó a un acuerdo con los hermanos, y en 1955 abrió un restaurante similar en Des Plaines, Illinois, su estado natal. El negocio funcionaba y en 1960 había más de cien restaurantes McDonald"s, sin embargo los desacuerdos de Ray con Dick y Mac éstos parecían frenar la expansión de la cadena acabaron siendo constantes.
Así se llegó en 1961 al traspaso del negocio, por el que Ray Kroc pagó se endeudó para poder hacerlo casi 3 millones de dólares. Sin duda Dick y Mac habían sido innovadores, pero pareció faltarles la saludable ambición empresarial de que sí disponía Ray. Fue una arriesgada decisión para este legendario empresario, que confesó haberla tomado tras consultar a su voz interior y desestimar el criterio contrario de sus abogados y asesores; pero él estaba desde luego irrefrenablemente convencido, y dispuesto a llevar adelante su visión. La hamburguesa McDonald"s "mil millones" (el billion americano) llegó muy pronto: en 1963.
Enseñanzas:
Una cosa es innovar, y otra emprender grandes proyectos.
A veces y sin buscarla, un emprendedor encuentra la novedad y es el primero en apostar íntima y fuertemente por ella.
Hay decisiones muy difíciles, que demandan ayuda de la intuición genuina.
El mercado parece siempre dispuesto a celebrar la novedad valiosa.
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