domingo, 2 de junio de 2013

Principios que debes tener en cuenta al comenzar un pequeño negocio y Un emprendedor atípico

Es Noticia, 20 Principios que debes tener en cuenta al comenzar un pequeño negocio - 06/03/2013 16:00:04

"Son muchos los errores que se comenten a la hora de abrir un negocio. Algunos por ignorancia, otros porque piensan que es fácil de gestionar la venta de productos o servicios, etc.
Quien tiene una empresa o negocio independiente desde hace muchos años, conoce los sacrificios que ello conlleva. El requisito debe ser parte del día a día. Jack Dorsey, fundador de Twitter, dice que necesitarás hacer algunos cambios en tu vida para llegar al éxito como empresario. Esto se debe a que él tenía la intención de hacer lo que quería. Él sabía que quería tener éxito en algo, pero no sabía cómo.
Si quieres llegar a ser un empresario exitoso, a continuación te daré algunos principios que debes seguir para ser capaz de crear (y mantener) un pequeño negocio.
Ten un buen plan antes de comenzar
Un buen plan de negocios es una herramienta de gran ayuda, especialmente cuando se inicia un negocio por primera vez y no se tiene mucha experiencia en el mundo del emprendimiento.
Con un plan podrás tener fundamentos y datos que te harán una idea del impacto, rentabilidad y viabilidad de tu futuro negocio.
Busca buenos socios
Hace unos años era mucho más fácil comenzar un negocio. La competencia era menor, las formas de difusión eran escasas (resumido a los periódicos y radios) y la competencia era solamente dentro de la ciudad o del país. Hoy el mundo es global. Por lo tanto, se hace mucho más difícil lograr el éxito hoy.
Por lo tanto, la importancia de tener socios de trabajo se vuelve tan crucial. Saber utilizar el "ganar-ganar" es fundamental para el trabajo que es desarrollado por ti para darte a conocer. Para llevar a cabo lo mejor que puedas y hacer una analogía con los puestos de invitado-. Para lograr que tu trabajo como Freelancer comience a ser más conocido, escribe algunos artículos en otros blogs como invitado. Aunque tengas en un principio que hacerlo de forma gratuita. Es cierto, habrás perdido muchas horas en escribir, pero al final este esfuerzo valdrá la pena.
Si eres un fotógrafo, dueño de una tienda de ropa o gerente de un gimnasio, trata de encontrar personas que pueden ayudarte. Cuanto más socios de negocios tengas, serás más fuerte. La idea de que puedes ganar solo en el mundo está completamente obsoleta. Con el Internet, todos dependen unos de otros, y ciertamente tu negocio también depende de lo que el otro puede hacer por ti. Pero ten cuidado con una cosa: no vayas a mendigar al pedir ayuda. Si deseas recibir ayuda, ofrece algo a cambio y de calidad.
Invierte en publicidad
Puede parecer un poco cliché este punto, pero la verdad es que muchos empresarios siguen insistiendo en no invertir en publicidad para dar a conocer sus productos. "Hacer negocios sin publicidad es como un guiño a una mujer en la oscuridad: sabes lo que estás haciendo, pero nadie más lo sabe". Esta frase resume lo que estás tratando de vender algo sin tener que preocuparte si la gente está prestando atención a lo que estás haciendo.
Una buena opción a hacer en estos días, es utilizar las famosas redes sociales que tan populares son y que con un bajo presupuesto puedes llegar de manera bien certera al publico objetivo que andas buscando. Una campaña en Facebook, te puede permitir aumentar rápidamente el número de personas que aparecen en las páginas de tu blog. Esta es una manera que encontrarás para dar mayor visibilidad al escribir tus artículos. Ahora, en vez de escribir para la audiencia de dos mil personas, en Facebook, puedes duplicarla, escribiendo para unos cuatro mil. Por lo tanto, esta inversión se convierte fácilmente recuperable. Considera lo siguiente:
Más personas significan más visitas
Más fanáticos es igual a un mayor número de acciones de me gusta
Aumento del número de acciones significa más seguidores de esta gente
Como se puede ver, sólo piensa en el número de personas que ganarás con el dinero que invertiste. Ten también una visión de largo plazo en el que un fan sabe que ganar no es sólo esto, sino la oportunidad de conseguir más visitas desde que el fanático te promocione. Funciona más o menos como el efecto bola de nieve. El problema es que muchos empresarios piensan de una manera racional. Hacer cálculos sólo para el dinero gastado y de los rendimientos que tenían. Pero ese tipo de publicidad es más que eso. ¿Ese nuevo cliente que ganaste, hablará con el amigo que hablará más adelante con otro amigo, y así sucesivamente.
Elige a quién vas a vender
Aquí en este articulo, yo podría hablar de una serie de cuestiones sin cambios. Después de todo, yo soy libre de escribir lo que quiera. Sin embargo, sé que para tener éxito hay que apelar a un segmento particular de la población. Quiero que mis lectores tengan el objetivo de mejorar su trabajo autónomo o crear su propio negocio. Hay un amplio tema a tratar y de complacer a todos y no conocer a nadie en particular.
Si deseas crear tu propia empresa, decide qué tipo de personas serán tus clientes. Si quieres vender a personas completamente diferentes, lo mejor es abrir un supermercado. La mayoría de las empresas necesitan para restringir nichos. Más tarde, podrás ser prorrogado, pero lo más importante es llegar a satisfacer a un pequeño porcentaje de la población.
Toma el 10% de tu día para reflexionar sobre tu negocio
Hay un restaurante cerca de mi casa, donde solía comer. Hace unos años, tuvo bastante éxito. Pero en los últimos tiempos, ha perdido clientes por culpa de la apertura de nuevos negocios en la zona. Hace un tiempo, cuando el dueño estaba hablando conmigo y lamentando la pérdida de clientela, hizo una pequeña pregunta: "¿Qué ha cambiado con relación al pasado aquí en el restaurante?". Él se quedó perplejo. Todo sigue siendo lo mismo durante una década! Los menús son los mismas, los platos han cambiado poco hasta la pintura sigue siendo la misma.
Lo que le pasó a este pequeño empresario, le sucede a la mayoría de las personas que tienen un negocio. Están satisfechos con lo que tienen y dejan que el estrés del día a día ocupe su cerebro. Con esto, reflexiona sobre lo que debes hacer para desarrollar una tarea que se acaba de volver monótona. Es probable que la apertura de nuevos negocios y ofrezcan servicios innovadores. Los clientes les gustan las cosas nuevas. Apple no se contenta con tener todo lo que tiene desde hace años. Google siempre está inventando nuevas características.
Si son líderes en el mercado están buscando reinventarse a sí mismos cada día, por que no haz de hacerlo tú, como propietario de un pequeño negocio, no deberías hacer lo mismo? Mi consejo es que gástate el 10% de tu día para pensar en lo que puedes hacer para mejorar la experiencia de tus clientes. No me refiero a aplicar todas las ideas, sino dejar que apunten en un papel lo que puedes cambiar o implementar. Con el tiempo, echa un vistazo a hacer un análisis más profundo y trata de poner en práctica aquellos que realmente son posibles de realizar.
Qué es lo que te hace ser diferente?
Con la crisis cada vez mayor en muchos países, muchos freelancers se preguntan que los puede hacer diferentes de los demás en sus negocios. La única pregunta que te pido es esto mismo: "¿Qué vas a hacer diferente en el mercado?". Por lo general, la respuesta es un rotundo "no lo sé". Pocas personas son conscientes de lo que se necesita para ganarse el mercado. El hecho de que el tipo de al lado si sabe hacer algo diferente, sino que también quieren hacer. Haciendo este tema ayuda a disipar muchas dudas.
Si piensas en ello y lo pones en el papel al cliente, lo que se tiene en cuenta el cambio de marca de coche, por ejemplo, a cualquier otro, si éste no ofrece nada nuevo? Así que debes pensar en tu negocio. Mira a tus competidores y mira lo que hacen. Si tienen un buen producto, tu necesariamente tienes que ser mucho mejor. O por lo menos contener características que te diferencien. Puede ser el precio, embalaje o incluso la calidad. Lo importante es tratar de hacer exactamente lo mismo que los que ya hacen con más tiempo, pero resaltando algo que te diferencie.
Dedica el 10% de su tiempo para generar nuevos contactos
Cada negocio necesita generar dinero. De lo contrario nunca será un negocio, sino un hobby. Pero eres capaz de generar ingresos, para eso necesariamente tienes que tener clientes. Una de las cosas que hace que muchos se confundan es que muchos empresarios o trabajadores independientes están constantemente ocupados con los clientes que tienen hoy en día, pero se olvidan de tener otro mañana. Este punto de vista a corto plazo resulta ser perjudicial después de unos pocos años.
Como empresario, trata de no limitarte sólo a la producción. Ten en cuenta que sólo representa un porcentaje de la obra. Es cierto que el contenido y el producto siempre serán reyes. Contra esto no hay ninguna estrategia de marketing que compense. Pero la verdad es que tus competidores también tienen productos de calidad. Así que hay que hacer un poco más para continuar en la batalla. ¿Cómo puede hacerlo? Estos son algunos consejos:
Presenta artículos en varios sitios web
Pon banners publicitarios, ya sea en periódicos o blogs
Haz campañas pagadas en Facebook
Actualiza tu página de fans
Escribe en un blog
Interactúa en Twitter
Pon anuncios en la radio
Escribe campañas en Google Adwords
De todos modos, hay muchas maneras que puedes hacer este trabajo. Dependiendo de la zona, entonces tienes que encontrar la manera más efectiva de hacer publicidad del producto o servicio. Si eres dueño de una tienda de ropa y no tienes un correo electrónico, el documento podría ser más eficaz que el Internet, por ejemplo.
Haz una buena gestión financiera
Cuando una pequeña empresa empieza en el mercado, rara vez se construyó con una persona para cada sección. Por lo general, el propietario es responsable de casi todos los asuntos. Pero hay una labor en que la mayoría de la gente tiene más dificultades: el gerente financiero. Saber dónde gastar y dónde guardar no es una tarea fácil. A menudo no sabemos cómo son nuestras cuentas personales, cuando más de una empresa. Mi consejo es que tengas mucho cuidado con este aspecto. He visto empresas con productos de calidad, hundiéndose sólo porque no pueden manejar bien el dinero que entra y sale. Considere algunos de los siguientes puntos:
Separa el dinero de la compañía de tu personal
Ten un sueldo fijo por mes para recibir
No dejes acumular deudas a los proveedores. Preste apenas tengas la oportunidad
Debes saber cuánto gastas en gastos fijos (agua, luz o alquiler)
Guarde un poco de dinero a un lado durante un mes por lo menos
Haz deducciones del estado de forma correcta y oportuna
Saber cuándo hay que invertir por mes en publicidad
Muy brevemente, he aquí algunos puntos que debes tener en cuenta para tu negocio. Si quieres saber un poco más acerca de cómo administrar tu dinero, te recomiendo que leas numerosos artículos sobre cómo manejar tus finanzas personales.
Mantén una motivación constante
Un emprendedor debe conocer algo para mantener la motivación en tiempos difíciles y saber gestionar las fases del mayor éxito como las de menor éxito. Es importante darse cuenta de que el árbol no crece hacia el cielo para siempre. "
Puede parecer simple, pero sólo aquellos que han comenzado una nueva empresa entienden esta dificultad. Cuando todo va bien, es fácil dejarse llevar detrás del éxito y cuando las cosas no suceden como se predijo, la opción más sencilla es siempre la de darse por vencido. Para aquellos que quieren ser una persona exitosa, esta fluctuación del humor no puede existir. Entiendo que hay momentos en que nos sentimos más motivados. Sin embargo, lo más importante es el mismo objetivo que tenemos y las metas que nos hemos fijado para nuestra empresa. Darse cuenta de que todos estamos sujetos a períodos menos buenos suceden es el primer paso para no dejarnos ir hacia abajo cuando él aparece.
Trata de cumplir con los objetivos
Cuando alguien abre un negocio, necesitas estar consciente de lo que está recibiendo. La diferencia entre este punto y el punto 2 es que el primero se explica que no sólo debes tener metas, sino una forma de llegar a ellas, y esto debe ser lo que te motive a cumplirlas. Pero cuando llegamos a la práctica, hay algunos problemas. Algunas personas les gustan planificar, sino para cumplir lo planeado ya está causando algunas dificultades.
Realiza un paso a la vez (pero no pares)
En todos los artículos sobre ser Freelancer, siempre se habla de que debes buscar la evolución. Sin embargo, también creo que esta evolución se debe buscar en los pasos de los enemigos. Cuando somos jóvenes, tenemos la tendencia a creer que todo saldrá bien. El optimismo es una buena característica, pero debe ser tratado con cuidado. Como propietario de un negocio pequeño, piensa bien antes de tomar cada paso. Es mejor esperar un poco más y dar un tiro claro, que caminar constantemente faltando a tu palabra.
Una vez más, ponte en el papel de cliente. Imagina que tienes una empresa que promete mucho, pero que constantemente no cumple lo que promete. ¿Crees que la próxima vez, confiaran en tu palabra? Algunos cambiaran tu producto en la primera oportunidad.
Exponte da la cara por tu empresa
Todas las empresas tienen una cara. Por lo general, el fundador, es quien asume esta responsabilidad. Si pensamos en Microsoft, el nombre que viene a la mente es Bill Gates (uno de los mas ricos del mundo). En Facebook, Mark Zuckerberg. Esto resulta ser positivo para el cliente y la experiencia de compra. Saber quien está detrás de lo que está comprando, que es una persona, un ser humano. Y si algo sale mal, el cliente sabe a quién culpar.
Sin embargo, hay todavía muchos propietarios de negocios que les gusta esconderse detrás de un logo. Nada en contra de ello, porque todo el mundo tiene el derecho a proteger su vida personal al máximo. Pero si tienes un negocio en Internet, es importante que la gente sepa quien está escribiendo el texto o el producto. Muchas personas se unen a una pagina de Facebook porque el sitio su dueño da la cara y creo que eso es positivo porque crea una relación más estrecha con los lectores.
Trabaja como los mejores profesionales
Mejorar constantemente los conocimientos debe formar parte de uno de los principios de cualquier negocio. Para ello, necesitas estar constantemente en contacto con los mejores profesionales del área. Esto te permite aumentar tus conocimientos de forma rápida y para estar al día sobre las últimas noticias. Mantenerte aislado en tu rincón sólo retrasará tu progreso. Grandes empresarios intercambiaron correos electrónicos con los demás, hacen preguntas sobre el mercado y piden opiniones sobre los nuevos productos.
Supón que lanzará un libro electrónico para fotógrafos autónomos. Si envías el libro a algunos de los mejores profesionales de esta área del país, sin duda tendrás una importante retroalimentación de lo que hay que hacer y lo que se puede mejorar. Es preferible que sea críticas por parte de ellos, que sea después el público el que dé una respuesta negativa a tu producto.
Saca tiempo para ti
Para obtener más tecnologías avanzadas que son, una compañía requerirá siempre la presencia humana. Un mal hábito que puede desarrollar un empresario es pensar que su negocio va a evolucionar con el tiempo, sin que él estuviera presente. Por lo tanto, sólo las horas de trabajo necesario y olvida el resto. Si eres el propietario de un sitio, por ejemplo, es la determinación de que está constantemente en línea, hacer un tweet o responder al correo electrónico más urgente. Obviamente, siempre hay que tener ese tiempo para ti mismo, da un poco de espacio a tu vida personal. Sin embargo, es importante encontrar el equilibrio entre el trabajo que es necesario invertir en tu empresa para que evolucione y puede reservar un tiempo para ti.
Se disciplinado
Ten una real y férrea disciplina es muy importante al iniciar tu propio negocio. Toda esta gestión del tiempo, los clientes o los presupuestos, requiere una fuerza de voluntad tremenda. Al principio ni siquiera existe, más complicado se vuelve aún cuando el trabajo comienza a acumularse y los plazos se acortan. Como empresario, necesitas tener una buena dosis de disciplina personal. Es importante aprender a decir "no" cuando tiene que ser y saber ceder sólo cuando sea estrictamente necesario.
Si estás pensando en iniciar un negocio y tienes dudas si tiene suficiente disciplina personal para hacer esto, te aconsejo que hagas un poco de pruebas sobre como aumentar tu disciplina. Durante tres meses, trata de trabajar los sábados y domingos en un proyecto personal, mientras que durante la semana haz tus actividades normales. Establece un tiempo para levantarte, la cantidad de trabajo que haces y esas cosas. De esta manera puedes tener más o menos la realidad de lo que es la gestión de un negocio sin ceder a otro tipo de tentaciones.
Ten una mente abierta
Uno de los aspectos más interesantes que encontré cuando yo estaba investigando la vida de Bill Gates, fue el hecho de que él siempre trae libros de diferentes materias para leer durante las vacaciones. La ciencia, la historia o la biología. Este americano le gusta aprender de todo un poco mientras disfruta de la playa para tomar el sol. Cuando me enteré de este hábito, tuve conciencia real de que las personas de éxito no se centran en una sola área. Les gusta aprender cosas nuevas en su día a día.
El tenista Rafael Nadal le gusta jugar al golf. Steve Jobs le gustaba pasar horas meditando. Todos estos hábitos fuera de la vida "normal", ayudan a estas personas un poco abrir su mente a nuevas cosas. Por lo tanto, permanece humilde y sigue acumulando conocimiento. Como empresario, te aconsejo que también pruebes cosas nuevas fuera de tu negocio. Aprende un idioma, un deporte o algo así.
Se confiable
La "mala reputación" es algo que se gana muy rápidamente, pero se necesita mucho para borrarla. Sólo un pequeño error con un cliente para que esa persona lo comente a otros clientes de que no cumples con los requisitos o eres un mentiroso. Por lo tanto, ten mucho cuidado con la forma de gestionar tus relaciones. Trata de evitar los conflictos o malentendidos con los demás. Esto sólo se produce un mayor desgaste e impide a centrarte en lo esencial: en el trabajo.
Se persistente
¿Has tenido una cena con un hombre de negocios? Si has tenido esa oportunidad, seguramente has notado que tan tercos son, lo que les gusta tener su opinión hacia su lado. Esta actitud se debe a que tienen que estar bien en el día a día. Ten la necesidad de mantener tu idea adelante, efectivamente expón tus puntos de vista. Si quiere abrir un pequeño negocio, también necesitas ser más terco que tus competidores, a creer en lo que estás haciendo. Si no está seguro de lo que estás haciendo y sobre todo no transmites esto, tus clientes no van a creer en tu producto. Antes de que quieras comprar algo que es tuyo, lo que necesitas es transmitir el mensaje de que es algo que realmente vale la pena.
Aprende a motivar a la gente
Desde el principio, sentirás la necesidad de motivar a la gente a tu alrededor. ¿Son clientes, proveedores o lectores simples. Ellos necesitan sentir que estás en el camino correcto y que éste es el destino correcto. No es suficiente tener un buen producto, es necesario hacer progresos con los demás. Ninguna empresa vive sola con una sola persona. Con el tiempo, tendrás que contratar a los empleados. Por lo tanto, práctica pronto para saber un poco más sobre la motivación. Busca o lee libros en sitios web.
Consistencia es la clave
La credibilidad es también algo muy importante en el mundo de los negocios. Si vendes ese producto como el mejor en el mercado, tienes que ser necesariamente el mejor en el mercado! Este error es muy común en los periódicos. ¿Cuántas veces has comprado un periódico en la banca porque querías leer algo y cuando llegas a la noticia en la página, ves que el título es engañoso? Esto sólo significa que la próxima vez no lo comprarás, porque te sentiste completamente engañado. Si dices que vas a dar algo que ofertas, dalo en verdad.
Todos estos principios son válidos para cualquier persona que quiera iniciar un pequeño negocio. Si no los haces, seguramente tu negocio sólo será una intención que no tuvo continuidad. El problema es que muchos empresarios no tienen la menor idea de lo que se necesita para triunfar en el mundo de los negocios. La computadora en la que estás leyendo este texto, no es sólo un trozo de metal con un visor. Es una mezcla de actitud, conocimiento y perseverancia.
Y tú, con estos principios crees que puedas manejar ya tu empresa? Espero que sigas todos estos pasos y logres el éxito.
Más información: Categoría Negocios de El5.com.mx
El artículo 20 Principios que debes tener en cuenta al comenzar un pequeño negocio aparece completa en nuestro blog Comunidad de Emprendedores.
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Noticia, Un emprendedor atípico - 25/02/2013 5:07:28

"A Stephen Kaufer, cofundador de TripAdvisor, una plataforma online en la que los viajeros pueden compartir sus experiencias en hoteles, restaurantes y lugares de interés, le preocupa que en su empresa no se tomen las decisiones suficientemente rápido. Tan rápido como las toman las startups de cinco empleados en las que una pregunta a voz en cuello de un socio a otro, o de un socio al desarrollador que han tenido a bien contratar, tiene inmediata respuesta. ¿Hasta qué punto le preocupa la rapidez? ¿Por qué esperar tres meses para un desarrollo que se puede hacer en dos semanas?
Kaufer cuenta una anécdota que tiene lugar un par de semanas antes de que mantengamos esta entrevista. "Durante una reunión, un miembro de mi equipo llega y me dice: Joey no me ha respondido todavía. ¿Cuánto tiempo llevas esperando una respuesta?, le pregunto. Una semana, me responde. Le miro y le digo: ¿Por qué no utilizas sneakernet [un juego de palabras entre Internet y sneaker ,zapatillas deportivas,]? ¿Por qué no vas andando de tu oficina a la suya y le haces la pregunta directamente?".
El fundador de TripAdvisor es un emprendedor atípico. No sólo porque es imposible encontrar en Internet un único comentario negativo sobre su persona (prueba con Page o Jobs) y sobre su forma de gestionar la empresa que se dedica a opinar, bien y mal, sobre establecimientos hoteleros (cuenta ahora mismo con 75 millones de opiniones y sus 20 marcas tienen, en conjunto, 60 millones de visitantes únicos al mes), sino porque vende su empresa a los cuatro años de montarla, cuando da ya beneficios, a Expedia, pero se queda al frente. Y 10 años después, recupera la empresa y la saca a Bolsa (Nasdaq)... y también se queda. Y hace planes a 10 años vista, no a corto plazo, ni pensando en la siguiente reunión de accionistas. ¡Diez años! ¿Es posible que una startup lo siga siendo 10 años después, a pesar de su tamaño, a pesar de cotizar en Bolsa, estar valorada en 4.000 millones de dólares (con lo que eso supone de presión de accionistas, mercados...), a pesar de operar en más de 22 países, a pesar de gestionar 20 marcas (entre ellas SeatGuru.com, Tingo.com o, la última incorporación, Wanderfly.com)?
"Durante muchos años, todo el mundo decía que era inevitable que a medida que la empresa se hiciera más grande, se iba a volver más lenta. Y yo siempre preguntaba: ¿Por qué? Y me respondían: Porque es así. Y a mí me parecía siempre una respuesta tonta. ¿No estaréis tirando la toalla? Así que se me ocurrió lanzar un reto a los empleados de mi empresa, que se resume en esta frase: La rapidez, gana. Les dije: Ahora queremos ir igual de rápido. Incluso más rápido. Resulta fácil hablar de agilidad y de rapidez cuando sólo hay cinco empleados en la empresa y nos sentamos todos en el mismo espacio, pero cuando estás implantado en diferentes zonas horarias, muchas de las decisiones tienen implicaciones importantes en varias partes del globo. No es tan fácil, pero no es imposible. Hay que tomar decisiones con rapidez e implementarlas con rapidez. Esto quiere decir que todo el mundo en la compañía tiene que hacer todo lo posible para moverse tan rápido como pueda", comenta Kaufer.
¿Y cómo se convence a 1.500 empleados de esto?
No sólo hay que ser ligero...
"Hay que centrarse en ayudar a que todo el mundo de la empresa pueda ser ligero y desarrollar las tareas rápido, que no se pierda en reuniones diarias o semanales. Hay muchas compañías que para desarrollar una idea de producto tardan nueve meses en lanzarlo. Eso resulta ridículo para prácticamente cualquier idea de producto que puedas tener cuando ya estás en marcha con tu negocio. Lánzala antes, mira a ver si la puedes desarrollar en 30,40 días. Si es un cambio en tu web, ¿por qué no lanzarlo en 3 o 5 días? ¿Por qué tiene que llevar más tiempo", argumenta.
"El gran reto de ir rápido es que muchas veces te encuentras con que hay gente que quiere hacer el mejor trabajo posible. No es tanto que sean perfeccionistas como que literalmente se dejan la piel en el producto, en su forma de venderlo, en la programación... Quieren que sea lo mejor humanamente posible. Pero en muchas ocasiones ese esfuerzo extra, ese tiempo añadido que le dedican para hacerlo tan bueno no es necesario, porque nadie se da cuenta. Los clientes no se dan cuenta. Y el tiempo que le dedican a eso no se lo destinan a la siguiente campaña importante, al siguiente desarrollo, a la siguiente característica de peso del producto...".
La decisión de los 200 millones de dólares
Bueno, esto explica una parte, pero ¿y la capacidad de mantener la independencia? "[Se ríe.] A toro pasado, puede parecer una mala idea porque la empresa vale más de 4.000 millones de dólares y la vendimos por 200 millones. Pero en aquel entonces era una pequeña empresa y había muchas cosas que podían haber salido mal. Visto con perspectiva, no deberíamos haber vendido, pero si me pregunta cualquier emprendedor al que después de pelearse en el mercado durante cuatro años, le llegue una oferta de una gran empresa... yo estoy por decirle que no se arriesgue", apunta.
¿Y ha podido desarrollar la empresa que quería? "Sí", responde sin dudarlo. "Creo que tiene mucho que ver que la empresa quería que me quedara y que me ocupara de gestionar el negocio. No buscaban integrar el negocio con el resto de divisiones, que es lo habitual en una adquisición. Me dijeron: Haz lo mismo, como lo hacías hasta ahora, no cambies nada porque no va a haber muchas más diferencias. Cuatro reuniones al año del consejo de administración, cuatro reuniones al año del equipo de gestión... sólo cuatro veces al año, y el resto nos mantenemos bastante independientes. El equipo tuvo la oportunidad de tomar las decisiones, elegir nuestras estrategias de inversión y funcionó. Le dije a mi jefe por aquel entonces: "Me quedo siempre que sea interesante el trabajo, y, si no, me voy", responde. "Pero, sí, técnicamente, sí... no tenía que seguir trabajando".
De todas formas, no se trata de vender a cualquier postor y en cualquier momento. Al preguntarle por la decisión más difícil desde que fundó TripAdvisor, y después de pensar un tiempo en su respuesta, nos da una modesta exclusiva. "Al principio, hacia 2001, teníamos un producto, pero no un modelo de negocio que funcionara todavía. Realmente estábamos hambrientos de clientes. Y perdíamos dinero cada mes. Había que dar con una forma de ingresar dinero. Y en ese momento apareció una compañía que quería licenciar nuestro servicio, nuestro producto, y estaban dispuestos a pagar la mitad de nuestros costes de operación. Nos lo planteamos. Pero el trato cada vez se iba complicando. El dinero cuadraba, pero las condiciones fueron variando. La idea básica era licenciar el contenido de nuesta base de datos. Nosotros queríamos que fuera un trato a corto plazo, ellos decían que mejor a largo plazo. Nos dijeron que querían que fuese un acuerdo a cinco años máximo, y pasado ese periodo querían tener una copia de nuestra base de datos. Para nosotros, esto significaba: vamos a estar trabajando como mulas durante cinco años, construyendo una base de datos increíble y después hay que dársela a esta compañía que en el futuro se puede convertir en un competidor. ¿Cogemos el dinero? ¿Me arriesgo a ir a bancarrota en seis meses? Me di cuenta de que si me iba a dejar la piel, no estaba dispuesto a arriesgar nuestro futuro a 10 años".
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Noticia, El futuro de la ofimática y su adaptación al mercado de los tablets - 29/01/2013 12:31:35

" En el estudio de teorías disruptivas suele decirse que el innovador o revolucionador aparece en las partes bajas de la cadena de valor, ofreciendo formas nuevas de realizar las tareas más sencillas. En el caso de la ofimática es probable que estemos asistiendo a un fenómeno similar, en el que el desarrollo de software de ofimática para un mercado en claro ascenso como el de los tablets puede suponer una nueva y gran oportunidad de negocio para fabricantes y desarrolladores.
La oferta de paquetes de ofimática en el mundo de los PCs es ya muy madura. La existencia de paquetes como Office de Microsoft se cuenta en décadas y, desde hace ya muchos años, los usuarios tienen la oportunidad de escoger una serie de herramientas similares totalmente gratuitas, como Open Office.
A veces creo que los analistas y la prensa son poco justos a la hora de valorar lo que Microsoft ha conseguido con Office. El paquete de ofimática más conocido en todo el mundo no es sólo una de las principales fuentes de ingresos para el gigante de Redmond, si no que se ha convertido también en un ejemplo de innovación e integración. Office ya no es simplemente Word, Excel y Powerpoint, si no también una serie de servicios como Yammer, Skype e incluso SkyDrive que lo convierten en uno de los paquetes más completos e integrados que uno se pueda encontrar en el mercado.
Una de las grandes alternativas para determinados usos viene de la mano de uno de los principales competidores de Microsoft. Hablamos de Google y sus Google Docs, que poco a poco van ganando cuota de mercado y se convierten en una herramienta fundamental para empresas y grandes instituciones; que son, digámoslo también, las que generan ingresos y volumen de negocio. Aún siendo Google Docs un paquete de ofimática limitado en aspectos como hojas de cálculo o presentaciones, su procesador de texto ofrece todas las funciones básicas para los usuarios medios (la mayoría) y esto, unido a su integración con todos los servicios adicionales que Google ofrece, hace de Docs un muy válido competidor.
La oportunidad que suponen los tablets para la ofimática
Pero como decía al comienzo de esta entrada, las grandes ideas revolucionarias que provocan cambios en industrias o mercados tradicionales son las que comienzan por abajo. Lo queramos ver o no, las tablets se están convirtiendo en una nueva forma de computación personal. Un nuevo mercado y una enorme oportunidad de negocio para las empresas que consigan adaptarse a sus limitaciones y ventajas, ofreciendo paquetes de ofimática sencillos pero que aporten un claro valor o utilidad.
Muchos críticos del fenómeno de los tablets afirman que son dispositivos de consumo de contenidos y no de creación de los mismos. Yo no lo creo. Es cierto que lo que podemos hacer en un tablet está limitado por las características del dispotivo, pero esto no quiere decir que los procesos de creación no tengan cabida en estos pequeños seres de entre 7 y 10 pulgadas. Seguramente los paquetes de ofimática para tablets terminen siendo considerablemente diferentes a lo que conocemos hoy en día, pero no por ello serán peores o un mercado menos atractivo para los fabricantes.
Apple, Microsoft, Google e incluso Amazon están empujando con todas sus fuerzas este nuevo mercado y nadie se atreve a predecir las tasas de crecimiento que éstos verán en los próximos años. En una situación en la que la ofimática orientada a PCs se encuentra en un proceso de maduración, o incluso de saturación, las tablets presentan una gran oportunidad. Muchos esperan el lanzamiento de Office para iOS para marzo de este año y seguro que detrás de Microsoft aparecerán otras ideas y productos. Estamos viendo el crecimiento de un gigante, que viene cargado de oportunidades de negocio y abierto a la innovación. Los cuatro gigantes mencionados anteriormente lo saben, y es muy probable que la ofimática que conocemos hoy en día no tenga mucho que ver con la de dentro de 5 ó 10 años.
En Genbeta | Microsoft confirma versiones de Office para iOS y Android en marzo del 2013
En Xataka Windows | Todo sobre Office 2013
Imagen | miniyo73 Fuente Artículo

Información: Responsabilidad social y eficiencia económica - 19/01/2013 11:00:58

"¿En qué circunstancias cabría esperar que una empresa comercial se abstuviera de perseguir las máximas utilidades porque hacerlo podría perjudicar a terceros? ¿Qué instituciones pueden, a nuestro juicio, desempeñar la función, no sólo de limitar sus utilidades, sino de hacerlo precisamente en aquellas formas que no resulten perjudiciales para otros? ¿Es lógico esperar el surgimiento o creación de códigos de ética?
Por KENNETH J. ARROW
Al examinar tales cuestiones, mi propósito no es tanto el lograr respuestas definitivas, como el analizar qué clase de consideraciones se deducen de dicho examen. Ante todo, convendría estudiar las posibles formas en que la actividad económica de una empresa puede afectar a otros miembros de la economía.
Se me ocurre una larga lista, pero bastarán algunos ejemplos: una empresa afecta a otras al competir con ellas en los mercados de factores, en la compra de mano de obra y de otros artículos para su uso, y en la venta de sus productos; paga salarios a terceros, compra artículos de terceros y fija los precios a que se venden sus productos, entablando así una relación económica con sus clientes. Típicamente, establece las condiciones de trabajo, incluyendo ,cosa esta muy importante, aquellas que afectan la salud y la posibilidad de accidentes dentro de la fábrica. En los últimos años se nos ha venido recordando que la empresa, tanto como la persona, contribuye a la contaminación, y que ésta afecta directamente a otros miembros de la economía.
Del mismo tipo, aunque no tan mencionados, son los efectos de la actividad económica en la creación de congestionamientos. Si se establece una nueva instalación industrial en una zona ya saturada, es natural que ello signifique costos, daños y perjuicios para las ya establecidas en esa zona, aunque sólo sea porque congestionará calles y aceras e impondrá cargas adicionales a los servicios públicos de la misma zona. Desde luego, aunque la congestión no ha sido objeto de tantos comentarios como la contaminación, puede producir un efecto mucho más serio, desde el punto de vista de la economía y, quizá también, de la salud.
Ciertamente, el costo social de las muertes causadas por accidentes automovilísticos supera con mucho los riesgos que para la salud representa la contaminación atmosférica producida por esos vehículos. Además, la empresa también afecta a otros al determinar la calidad de sus productos. Entre los muchos aspectos de la calidad de un producto, podemos señalar especialmente los que son causa de contaminación y los que implican amenazas para la seguridad. La cuestión de la responsabilidad social adopta distintas formas en lo que respecta a las diversas situaciones mencionadas, y esto no es, ni mucho menos, un rasgo uniforme.
Me ocuparé primero del caso contra la responsabilidad social: el supuesto de que las empresas no deben tener más propósito que el de elevar al máximo sus utilidades. Una faceta de dicho concepto es empírica, antes que ética o normativa. Se limita a declarar que las empresas procurarán elevar al máximo sus utilidades. Se asienta que el afán de lucro es muy poderoso y los incentivos para adoptar un comportamiento egoísta tan grandes, que ningún tipo de control podrá resultar eficaz. Este argumento posee cierta fuerza, pero no es concluyente. Es cierto que cualquier mecanismo que se emplee para obligar o conminar a las empresas a cumplir con sus responsabilidades sociales ha de tomar en consideración el motivo del lucro y el deseo de eludir cualquier tipo de controles que se llegaran a imponer. Pero esto no significa que no quepa esperar cierto grado de responsabilidad.
Otro tipo de argumento, expuesto con frecuencia por algunos economistas, es la afirmación de que las empresas deberían elevar al máximo sus utilidades; de modo que no sólo se muestren inclinadas a hacerlo, sino que, prácticamente, tienen ante la sociedad la obligación de hacerlo así. Las empresas, se dice, compran los bienes y servicios que necesitan para su producción. Lo que adquieren, lo pagan y, por tanto, están pagando por cuantos costos puedan imponer a terceros. Y lo que reciben en pago por la venta de sus artículos, lo aceptan porque el comprador considera que valen la pena. Vivimos en un mundo de contratos voluntarios; nadie está obligado a comprar nada. Cuando la gente opta por comprar algo, será porque alcanza beneficios en la medida del precio que paga. De ahí ,se afirma, que las utilidades representen, realmente, la contribución neta que la empresa hace al bien social, razón por la cual deben ser tan grandes como se pueda.
Cuando las empresas compiten entre sí en la venta de sus productos, la compra de mano de obra u otros servicios, quizá tengan que reducir el precio de venta a fin de lograr una mayor porción del mercado, o bien incrementar los salarios; en ambos casos, los beneficios que la empresa obtiene son compartidos, hasta cierto punto, con la población en general. Las fuerzas de la competencia impiden que las empresas obtengan una porción excesiva de los beneficios sociales. Por ejemplo, si una empresa trata de reducir la calidad de su producto, tarde o temprano tendrá que rebajar sus precios, ya que el comprador decidirá que no vale la pena pagar lo que se pide por ellos. Así, los consumidores ganarán en la reducción de precios y perderán debido al deterioro de la calidad.
Un análisis detallado nos demostrará que la empresa sólo estimará conveniente disminuir la calidad de sus productos si realmente esa mengua constituye un beneficio social neto; es decir, si el ahorro en el precio vale más para el consumidor que la baja de la calidad.
Límites del argumento
Dentro de los supuestos correctos, la máxima elevación de las utilidades es eficiente, desde luego, en el sentido de que puede alcanzar para todo consumidor el más alto grado posible de satisfacción, sin disminuir la satisfacción de otros consumidores ni utilizar más recursos de los que la sociedad posee. Pero hay que subrayar los límites de dicho argumento. En primer lugar, da por sentado que las fuerzas de la competencia son lo bastante fuertes; no hay justificación social para la máxima elevación de las utilidades por los monopolios, y esto es un punto muy importante. Segundo, la distribución del ingreso derivada del incremento irrestricto de las utilidades es muy desigual. Sin duda, la economía de competencia que permite esa máxima elevación es eficiente ,de lo que son prueba los altos ingresos medios,, pero ese elevado promedio va acompañado de una extendida pobreza, así como de vastas riquezas, para unos pocos, cuando menos.
Para algunos de nosotros, semejante consecuencia resulta bastante indeseable. Además, ese afán de elevar al máximo las utilidades tiende a alejarse de la expresión de motivos altruistas, cuya satisfacción es tan legitima como la de los motivos egoístas, y cuya expresión es algo que quizá sintamos el deseo de alentar. Un comportamiento económico egocentrista, basado en la máxima elevación de las utilidades, no deja campo para la expresión de tales motivos. Si los tres problemas precedentes fueran dejados a un lado, nadie se metería a juzgar las formas en que las empresas afectan a otras. En realidad, en vez de desalentarla, hay que alentar la obtención de utilidades por medio de la competencia.
La determinación de salarios y precios entre la empresa y sus trabajadores y clientes, libres de coacciones, representa intercambios mutuamente beneficiosos. Por tanto, no hay razón, dentro del marco de la discusión, para intervenir. Sin embargo, la conveniencia social de la máxima elevación de las utilidades no cubre todas esas acciones recíprocas a que he aludido. Son dos las categorías en que tales argumentos se derrumban. De la primera son ejemplo la contaminación o la congestión. En este caso, ya no es cierto ,y en ello estriba la clave de tales cuestiones, que la empresa paga realmente por el daño que causa a otras.
Cuando la empresa toma el tiempo de una persona, lo utiliza en el trabajo y paga por él, la transacción puede considerarse como un intercambio beneficioso desde el punto de vista de las dos partes. Pero carecemos de un mecanismo semejante para el pago de la contaminación que una empresa obliga a sus vecinos a soportar. Entonces, la empresa tendrá tendencia a contaminar en mayor grado del que sería deseable. Es decir, que los beneficios obtenidos por ella o proporcionados por ella a sus clientes no son, o pueden no ser tan grandes como el costo que dicha empresa impone al vecindario. Pero, puesto que no paga ese costo, no existe un incentivo pecuniario para que se abstenga.
Y lo mismo puede decirse de la congestión del tránsito cuando no se cobra nada por el incremento del número de autos o camiones que circulan por las carreteras. Es algo que a todos incomoda; es causa de demoras y acrecienta la probabilidad de que ocurran accidentes; en suma, impone un costo a buen número de miembros, de la sociedad, que no es pagado por quien lo causa …o, al menos, no en su totalidad. La persona que causa la congestión también la padece, pero los costos que impone a otros son mucho mayores que los que ella misma soporta. Por consiguiente, habrá siempre la tendencia a hacer uso excesivo de aquellos objetos por los que no se cobra precio alguno, en particular el escaso espacio que hay en los caminos.
Hay muchos otros ejemplos de este tipo, pero los dos antes descritos sirven para ilustrar el punto que queremos dejar asentado: es necesario hacer algún esfuerzo para alterar la conducta de las empresas en lo que respecta a la obtención de las máximas utilidades, sobre todo cuando dicha conducta impone a los demás costos que no se compensan fácilmente por medio de una serie de precios adecuados.
El factor calidad
La segunda clase de efectos que hacen socialmente deseable la obtención de ganancias máximas, abarca cuestiones de calidad, acerca de las cuales suelen saber más el fabricante y el vendedor, que el comprador. Mencionaré primero la cuestión de la calidad del producto vendido, si bien consideraciones casi idénticas se aplican a la calidad de las condiciones de trabajo. Con frecuencia, la empresa está más capacitada que el trabajador para conocer las consecuencias ,por ejemplo, riesgos para la salud- que pueden tener las condiciones de trabajo.
Como ejemplo, pensemos en un nuevo producto, de carácter complicado, como es un nuevo automóvil. Es natural que el vendedor sepa mucho más que la mayoría de sus clientes, en lo tocante a las propiedades del vehículo. A fin de producirlo, el fabricante tuvo que realizar pruebas de diversos tipos; el vendedor conoce el resultado de esas pruebas, y el guardarse ese conocimiento redunda en perjuicio de su propia eficiencia, puesto que no satisfará los gustos de sus clientes. Quizá más dramáticos, aunque en menor escala, sean los repetidos ejemplos de información especiosa acerca de los riesgos y empleo de medicinas de patente y otras drogas. También es una manifestación del punto que quiero dejar asentado.
La máxima elevación de las utilidades puede llevar a consecuencias obviamente perjudiciales para la sociedad. Tal es el caso cuando, en general, se engaña a los consumidores: por ejemplo, cuando se les hace esperar más de lo que es posible garantizar. También saldrán perjudicados cuando no se les engaña, pero se les lleva a la incertidumbre, aunque en este caso el argumento sea más sutil. Una consecuencia puede ser el consumo excesivamente limitado de ciertas nuevas drogas, pongamos por caso. Si los consumidores de esas drogas tienen pleno conocimiento de los riesgos implícitos, pero son incapaces de calcular el peligro que representa una droga determinada, puede suceder que el temor los induzca a rechazar un nuevo tratamiento médico… lo que, a la larga, puede ser tan grave como la actitud opuesta.
Los defensores de la búsqueda irrestricta de utilidades suelen dar por sentado que el consumidor está bien informado, o, que, al menos, acaba por enterarse de lo que hay que saber por medio de la experiencia, mediante el repetido consumo del producto, o bien por los comentarios de otras personas que estén en su mismo caso. Semejante argumento es empíricamente débil; incluso la capacidad de determinadas personas para analizar los efectos de sus pasadas adquisiciones puede ser limitada, en particular tratándose de mecanismos complicados. Pero tiene otros dos efectos: los riesgos, incluso el de muerte, pueden ser tan grandes, que hasta una experiencia errónea resulta pésima, y de nada sirve la oportunidad de aprender a base de pruebas repetidas.
Luego, en un medio en el que constantemente salen al mercado nuevos productos, se reduce grandemente la oportunidad de aprender a base de experiencia. Las fábricas de vehículos automotores introducen constantemente nuevos modelos que, al menos según sus fabricantes, son distintos de los anteriores, aun cuando el cambio sea más bien externo que interno. No hay día que no salga alguna nueva droga; y el hecho de que hayamos tenido una mala experiencia con alguna de ellas, no nos brindará mayor información acerca de la próxima. Hay, entonces, dos tipos de situaciones en las que la simple regla de elevar al máximo las utilidades resulta socialmente defectuosa: cuando los costos no se pagan, como en el caso de la contaminación, y cuando el vendedor sabe mucho más que el comprador acerca del producto, especialmente en lo relativo a la seguridad. En tales circunstancias, es obvio que conviene contar con alguna clase de responsabilidad de tipo social: una obligación, ya sea ética, moral o legal. Y no podemos esperar que semejante obligación surja de la nada.
Para tener significado, toda obligación de este tipo tiene que tomar cuerpo en alguna institución social. Uso el término en su sentido más amplio. La exhortación a proceder con honradez debe concretarse en un código legal o en alguna otra forma visible, recordatorio constante y, quizá, medio de introducir una escala de valores dignos de tomarse en cuenta. Hasta cierto punto, la institucionalización de la responsabilidad social ofrece a todas y cada una de las empresas la seguridad de que sus competidoras también aceptarán la misma responsabilidad.
Si una empresa se ciñe a un código impuesto desde el exterior, cabe esperar que las otras empresas también lo obedecerán, y por tanto, podrá contar con cierta seguridad de que no tiene por qué temer que su buen comportamiento se traduzca en costos excesivos.
Algunas alternativas
Hay buen número de instituciones, de los más diversos tipos, que pueden considerarse como personificación de las posibles responsabilidades sociales de las empresas. Tenemos, en primer lugar, los reglamentos legales, como en el caso de la contaminación, en el que se prescriben normas acerca del tipo de combustión que puede producirse, así como límites máximos a las emisiones. Una segunda categoría es la de los impuestos. Los economistas suelen, con toda razón, preferir la tributación a la regulación. Ya empieza a tomar ímpetu un movimiento en pro de la imposición de cargas fiscales a las emisiones contaminadoras. La responsabilidad es perfectamente clara: quien cometa la violación, pagará por ello.
Un tercer remedio, ya muy antiguo, es la obligación legal: la obligación implícita en el derecho civil. Se puede entablar demanda contra quien convenga, por daños y perjuicios. La cuarta clase de instituciones está representada por los códigos de comportamiento ético. La limitación se logra, no apelando a la conciencia del individuo, sino más bien mediante una definición, comprendida por la mayoría, de lo que es el comportamiento adecuado. Cada una de estas instituciones tiene sus pros y sus contras. En el caso de las dos primeras, reglamentos e impuestos, seré breve, pues son las más conocidas. Podemos formular reglamentos para el control de la contaminación.
También podemos reglamentar la seguridad de un producto. Podemos incluso fijar normas que aseguren la calidad en aspectos que no atañen a la seguridad. La principal desventaja de la regulación directa radica en lo difícil que es fijar normas lo bastante flexibles para que sean aplicables en diversas circunstancias y, al mismo tiempo, lo bastante sencillas para poder hacerlas obligatorias. Además, la reacción a nuevas situaciones suele producirse con lentitud; hay gran rigidez en la mayoría de las estructuras reguladoras. Para ciertos fines, es obvio que la regulación es lo mejor, pero también resulta claro que, como recurso universal, carece de utilidad. En el caso de los impuestos a los efectos, más que a las causas, hay una poca más de flexibilidad, ya inherente.
Por ejemplo, para combatir la contaminación tal vez la mejor arma sea la imposición de gravámenes; se gravan las emisiones de las industrias, ya sea que afecten el agua o el aire. Esto significa que cada industria está en libertad de buscar la manera de reducir al mínimo la carga impositiva. No se le dicta lo que tiene que hacer, como por ejemplo, elevar las chimeneas hasta cierta altura. Es libre de buscar la manera más económica de resolver el problema de la contaminación. Tal vez decida que las posibilidades de obtener ganancias son tan buenas, que quizá valga la pena seguir contaminando y vender su producto a un precio mayor. Tal decisión no es necesariamente mala; significa que el producto de esa industria es muy buscado, y ofrece una prueba automática del mercado para dilucidar si vale o no la pena seguir contaminando, puesto que, en última instancia, es el consumidor quien paga por la contaminación que él mismo induce. Empero, es difícil decidir si este método, a pesar de su utilidad en el caso de la contaminación, podría ser aplicable en el caso de la seguridad, o si es posible idear un impuesto que realmente tenga sentido. La carga impositiva parece ser un instrumento demasiado tosco para lograr el control de la seguridad del producto.
La responsabilidad legal puede aplicarse, y ya lo ha sido; es decir, los tribunales han ordenado el pago de daños en casos derivados de la contaminación, o de aquéllos en que el empleo de productos poco seguros ha sido causa de perjuicios y aun de la muerte del usuario. La naturaleza de la ley en este sector está siendo conformada por una serie de fallos judiciales. Todavía no está muy claro qué es lo que la empresa y sus funcionarios tienen que saber para que se les considere responsables de los daños producidos por artículos que no son seguros. Desde luego, podría aducirse, incluso ahora, que si los funcionarios de una empresa se percataran de que cierto producto ofrecía grandes probabilidades de tener un defecto grave, y a pesar de ello lo vendieran sin hacer ninguna advertencia, y ese defecto se hiciera patente, la responsabilidad legal sería obvia. Pero con frecuencia resulta difícil probar que se tenía ese conocimiento.
Claro que si la sociedad desea seguir el camino de la responsabilidad legal como la forma de imponer la responsabilidad social, puede cambiar los principios en que tales decisiones se basan. Por ejemplo, puede echarse sobre la empresa la carga de allegar la evidencia, de manera que, en el caso de todo nuevo producto, se exijan pruebas que demuestren que dicho producto es absolutamente seguro. El incumplimiento de dicho requisito sería prueba fehaciente de la responsabilidad de la empresa. Podemos pensar en enmiendas de este tipo, que pondrían las leyes más a tono con lo que las circunstancias requieren. Sin embargo, el camino de la responsabilidad tiene ciertos defectos intrínsecos que, en mi opinión, hacen de ella, en su forma actual, un instrumento inadecuado para lograr el control social o para imponer responsabilidades a las empresas lucrativas. Para empezar, los litigios cuestan mucho dinero. En segundo lugar, no parecen ser el método adecuado para resolver problemas recurrentes o constantes. Obligar a la obediencia mediante la acción constante de los tribunales resulta una manera muy costosa de manejar una situación que se repite una y otra vez. Es absurdo acudir a los tribunales para demostrar un mismo conjunto de hechos, vez tras vez. Para tal fin, los impuestos, que ofrecen idénticos incentivos, resultan superiores.
Códigos de ética
La cuarta manera en que puede tratarse de obligar a las empresas a actuar con responsabilidad, son los códigos de ética. Quizá haya quien encuentre un tanto extraño el que un economista sugiera semejante posibilidad, pero cuando existe una gran diferencia entre el conocimiento que las dos partes tienen del mercado, la adopción de códigos de ética reconocidos por todos puede contribuir enormemente a la eficiencia. De hecho, tenemos prueba de ello en la vida cotidiana, aunque en campos muy limitados.
El más notable es el caso de la ética médica. Por su naturaleza misma, existe una notable diferencia en los conocimientos del vendedor y el comprador. A decir verdad, éste compra los servicios de alguien que sabe mucho más que él. Para que esta relación sea viable, en el transcurso de los siglos se han elaborado códigos de comportamiento ético, tanto para evitar la posibilidad de que el médico explote al enfermo, como para asegurar al comprador de los servicios médicos que no se le está explotando. No pretendo decir que tales códigos sean universalmente obedecidos, pero siempre podemos suponer que el médico procederá teniendo en mente nuestro bienestar.
El gasto en servicios médicos innecesarios, y otros abusos, se consideran violaciones de la ética médica. Sin embargo, el comportamiento que en el médico censuraríamos acremente, apenas si se crítica cuando los culpables son comerciantes u hombres de negocios. La profesión médica es típica. En general, todas las profesiones implican situaciones en las que el conocimiento de las partes es desigual ,por la definición misma de la profesión, y, por tanto, se han formulado principios de ética que brindan cierto grado de protección al cliente. Observen ustedes que de esto se derivan mutuos beneficios. Ciertamente, si desconfiáramos de un médico, no compraríamos sus servicios. Entonces, el médico desea un código de ética que sirva de garantía al cliente; y, desde luego, quiere que sus colegas también lo obedezcan, en parte, porque cualquier violación puede ponerlo en posición desventajosa, pero, sobre todo, porque la violación redundará en desprestigio para él, puesto que el comprador de servicios médicos puede ser incapaz de distinguir a un médico de otro.
Una cuidadosa observación nos revela que buena parte de la actividad económica depende, para su viabilidad, de la aceptación, hasta cierto punto, de una ética. Un comportamiento netamente egoísta es incompatible con una existencia económica establecida, del tipo que sea; invariablemente, existe cierto elemento de fe y confianza. Muchos negocios se realizan sin más base que una garantía verbal, puesto que sería demasiado complicado requerir compromisos escritos para cada ocasión. Todo contrato depende, en cuanto a su cumplimiento, de un acervo de condiciones no estipuladas, que sugieren que la actividad se llevará a cabo de buena fe. Dicho sencillamente, en casi toda transacción monetaria, en todo intercambio de artículos por dinero, hay alguien que da su valiosa posesión antes de recibir nada a cambio; o se entrega el dinero antes de recibir los artículos, o bien, se entregan éstos antes de recibir aquel. Además, es general la confianza de que no se violará el convenio implícito.
En el caso de la seguridad de un producto, la eficiencia mejoraría notablemente mediante la aceptación de un código de ética. Quizá baste a veces esa obligación moral para que el vendedor revele toda la información disponible, dando así al comprador la oportunidad de elegir. Esto no es siempre, necesariamente, lo mejor. Podría argüirse que, en determinadas circunstancias, lo conveniente sería fijar normas mínimas de seguridad y abstenerse de sacar al mercado los productos que no satisfagan dichas normas, y que los fabricantes y comerciantes deberían sentirse obligados a proceder en esa forma. Desde luego, limitarse a decir que sería deseable un código de comportamiento ético no significa que ello se realice. Dicho recurso sólo tendrá valor si es ampliamente aceptado. Debe ser bastante claro en lo que a comportamiento (según las circunstancias) se refiere y, sobre todo, conviene tener muy presente que a todos beneficia la general aceptación de las obligaciones que la ética impone.
Un código de esta clase que carezca de esta última cualidad, será poco viable. ¿Cómo se elaboran tales códigos? Pueden originarse como un consenso, fruto del prolongado y público debate de las obligaciones, debate que se suscitará en los cuerpos legislativos, en las salas de conferencias, en las publicaciones especializadas y en otros foros públicos. Los códigos se comunican mediante el proceso mismo de llegar al acuerdo. Otra posibilidad más formal consistiría en pedir a un grupo de prestigio que estudiara y proclamara normas de ética comercial. En uno u otro caso, para convertirse en parte del medio económico, y para seguir siendo parte del mismo, los códigos deberán ser aceptados por las principales instituciones vigentes, y ser transmitidos de una generación de funcionarios a la siguiente, por medio de métodos estándar de procedimiento, a través de las escuelas y facultades de comercio, y mediante algún tipo de adoctrinamiento.
Sostenimiento del código
Dando por supuesto que se elaboren tales acuerdos, ¿cómo se les puede sostener? Después de todo, por mucho que el código ético redunde en provecho de la generalidad, no beneficia los intereses de ninguna empresa. Puede tener valor para la administración del sistema en su totalidad, y puede tenerlo para todas las empresas, si todas lo apoyan, sin embargo de lo cual, puede suceder que cualquier empresa estime ventajoso hacer trampa y las ventajas serán mayores mientras más se apeguen otras empresas a los dictados del código.
Pero hay razones para pensar que estos códigos pueden ser elaborados, y afirmarse. Desde luego, necesitarán del apoyo institucional. Es decir, se requerirá de organismos focales, como son dependencias gubernamentales, asociaciones comerciales y grupos encargados de la defensa del consumidor ,o una combinación de todos ellos, para hacer explícitos los códigos; para inculcar su doctrina y lograr que se sienta su presencia. Con tal ayuda, es factible la elaboración de códigos de ética en cuestiones tales como seguridad, cuando menos.
Un factor que en este caso es positivo, puede resultar negativo en otros: el de que la economía está constituida, en alto grado, por grandes empresas. La empresa no es ya un individuo único; es un organismo social con lazos sociales internos y sujeto a presiones internas en cuanto a aceptabilidad y estimación. Los distintos miembros de la empresa no sólo son parte de la misma, sino también de una sociedad más extensa, cuya estimación desean conquistar.
En una gran empresa, el poder está necesariamente atomizado; no son muchas las personas que en un organismo de esa clase se sienten totalmente identificadas con la institución, al grado de desdeñar otras presiones sociales. Cabría dudar de que los códigos fueran debidamente respetados, dada la posibilidad de que una minoría se beneficiaría contraviniendo sus mandatos, lo que echaría por tierra todo el sistema. Sin embargo, sucede que ciertas presiones actúan en dirección opuesta. Es obvio que a quienes obedecen un código, les interesa que se le haga respetar, y les conviene llamar la atención hacia las violaciones; en fin, utilizar las presiones éticas y sociales de la sociedad toda, en contra de sus rivales sin escrúpulos. Además, estaría muy clara para todos la conveniencia de apoyar el sistema, y la garantía de calidad sería una manera muy positiva de atraer a consumidores y trabajadores.
Al mismo tiempo, para ser viables, los códigos de comportamiento ético deberán ser limitados en sus alcances. Se les deberá aplicar únicamente en situaciones en que la empresa posea un conocimiento superior. Si es posible observar normas de calidad, el consumidor debería estar en libertad de elegir entre productos de alta calidad y precio elevado, y otros de baja calidad y bajo precio. Empero, en aquellos sectores donde es típico malinformar al cliente, o darle datos incompletos, los códigos de ética contribuirán a la eficiencia de la economía. Desde luego, no conviene esperar transformaciones milagrosas en el comportamiento humano. Los códigos no son sustituto universal para los instrumentos mencionados antes: impuestos, reglamentos y acción legal.
Escrito por KENNETH J. ARROW
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Que opina? Cómo distinguirse de la competencia en Internet sin morir en el intento - 08/01/2013 1:00:01

"En un negocio de ventas, tanto en Internet como off line, distinguirse de la competencia es fundamental. Tenga en cuenta que cada producto en el mercado tiene al menos cinco competidores directos y, otros más que, aunque no directamente, consiguen hacerle la competencia. Por este motivo es importante destacar de algún modo con su producto y ofrecer motivos reales a sus potenciales clientes para que le elijan.
¿Qué cree que puede hacer usted para competir con otro emprendedor que trata de vender el mismo producto que usted o un producto muy similar?
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¿Bajar los precios?. No siempre es buena idea
Quizás usted esté pensando que una buena solución sería bajar el precio, pero esta no es una buena idea. Aunque tenga la posibilidad de bajar los precios de un determinado producto de venta, ésta no es una buena solución porque le condiciona, a usted y a su negocio.
Una vez haya bajado los precios, sean cuáles sean los motivos por los que lo ha hecho, ya no tendrá la posibilidad de subirlos de nuevo ni de recuperar el precio inicial y, a medio plazo o largo plazo, entrará en un mecanismo en el que cada vez le será más difícil sobrevivir hasta el punto que estará perdiendo dinero.
¿Por qué sus potenciales clientes deberían elegirle a usted?
En realidad, tiene muchas alternativas a la hora de adoptar políticas que le permitan distinguirse y saber cómo distinguirse de la competencia con su negocio online. El secreto está en encontrar aquéllas que más se adapten a su mercado de referencia y a las necesidades de sus potenciales clientes.
Antes de hablarle de algunas de las técnicas más eficaces para distinguirse de su competencia en Internet, me gustara hacer un alto en el camino para hablarle de algo esencial: conocer a su competencia. ¿Cómo va a distinguirse de su competencia sin conocer antes quién es su competencia y qué es lo que hacer para vender?
Efectivamente, antes de crear sus propias estrategias de marketing online que le permitan diferenciarse del resto de productos que forman su mercado de referencia. Un correcto análisis de la competencia le permitirá adoptar las estrategias más eficaces para obtener la aprobación del comprador.
Marketing Efectivo: conociendo a la competencia
Para "investigar" a su competencia, usted dispone de varias alternativas:
- Sígalos en Internet, puede estudiar tanto el sitio web del negocio en cuestión como sus perfiles en las principales redes sociales. Estudie lo que publica, el tipo de comunicación que tiene con los clientes, las posibles promociones u ofertas que lanza, etc…
- Sea su cliente: un modo muy efectivo de saber cómo trabaja una empresa o un negocio de la competencia es precisamente convertirse en uno de sus clientes. De este modo sabrá, de primera mano, cuáles son los errores y los aciertos del negocio en cuestión. Aprender de su competencia le permitirá, seguramente, evitar cometer más de una equivocación.
- Business: analice el negocio en general de su competidor. ¿Se dedica a la venta de un sólo producto? ¿Vende también productos complementarios?, ¿realiza algún tipo de promociones u ofertas?, ¿cuáles son los precios que maneja?
- Hable con los clientes de su competencia: muchas veces son los propios clientes, en Internet o físicamente, los que hacen comentarios sobre un producto o una empresa. Estos son los comportamientos que desencadenan el mecanismo del marketing viral. Puede hablar con los consumidores, que en este caso son sus potenciales clientes, para obtener información sobre su competencia.
Una vez usted conozca, indicativamente, de que modo se comporta su competencia en cuanto a publicidad, comunicación y trato con los clientes, sabrá cómo distinguirse de la competencia en Internet. Podrá adoptar medidas que le permitan mejorar tal comunicación o distinguirse de algún modo para resultar más atractivo y poder competir con más seguridad.
¿Cómo distinguirse de la competencia en Internet?
Algunas técnicas que podrían ayudarle a mejorar la reputación de su negocio, con respecto a la competencia, son por ejemplo:
- Ofertas y promociones: usted tiene la posibilidad de lanzar campañas de información periódicas en las que con la compra del producto ofrezca un regalo o un bono, por ejemplo. De este modo tendrá la posibilidad de aumentar las conversiones y quizás de llegar a nuevos potenciales clientes.
- Mejorar la atención al cliente: un cliente que tiene una duda o que no está satisfecho necesita ser escuchado y sentirse apreciado. Esta es una de las tareas que muchos emprendedores y responsables de venta, suelen descuidar. De hecho creen que una vez efectuada la venta el trabajo ha finalizado. Nada más lejos de la realidad. Una venta es sólo una venta. La tarea más dificil es fidelizar el cliente y hacer que vuelva, ¿Quién le garantiza que una vez haya comprado su producto no irá a comprar aquellos de la competencia?
- Testimonio de otros clientes: No hay nada más influyente en la decisión de compra de un cliente que el testimonio positivo de otros consumidores. Por tanto, si tiene la oportunidad de obtener un feed back de sus clientes y recoger algunos testimonios, puede darlos publicarlos en su página web y darlos a conocer a otros potenciales clientes ya interesados.
- Marca reforzada: La marca es un factor muy importante en lo que se refiere a la decisión de compra, de hecho una imagen de marca conocida e importante, es sinónimo de garantías y confianza para sus potenciales clientes. Obviamente, este es un aspecto que usted se irá creando con el tiempo y con el que, seguramente, no podrá contar al principio. A no ser que se dedique al marketing de afiliación y esté comercializando productos de una gran compañía.
- Fórmula de Pago Distinta: usted puede adoptar términos de pago que resulten cómodos y atractivos a sus potenciales clientes para distinguirse de sus competidores directos. Por ejemplo, ofrecer la oportunidad de pagar a partir del tercer mes, pagar con tarjeta de crédito o no pagar los gastos de envío…. depende del tipo de producto al que usted se dedica y el modelo de negocios que está utilizando.
- Sea Creativo: La creatividad y la imaginación son aspectos fundamentales en un emprendedor. Le permiten, no sólo adoptar técnicas de comunicación innovadoras para distinguirse de su competencia, sino ver nuevas oportunidades de negocio que otros no verán jamás.
Si está pensando en crear su propio negocio y de ganar dinero a través de un negocio de ventas online o por afiliación, antes o después se dará cuenta de que existen un gran número de emprendedores o empresas que venden exactamente lo mismo que usted, o un producto / servicio muy similar.
Es importante que en sus estrategias de marketing establezca un plan con el que diferenciarse de su competencia. Elegir un valor o una característica con la que identificar a su negocio y distinguirse de sus competidor. Recuerde que Internet es una oportunidad maravillosa para llegar a un número muy superior de potenciales clientes pero esto significa que la competencia también aumenta y es mucho más agresiva.
Aunque tenga el mejor producto y ofrezca un producto o servicio de incontestable calidad, no obtendrá resultados con su negocio sino estudia el modo de convencer a sus potenciales clientes de que tienen que elegirle a usted.
Texto escrito por Claudio Arn - Co-Fundador y director de WebMarketingEmprendedores, CEO de Fin Arn srl , emprendedor en distintos negocios online, consultor, creador de diferentes sistemas para generar ingresos pasivos por internet. Amante del marketing por internet, la formación, la comunicación y las nuevas tecnologías.
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Interesante, "Es difícil para una multinacional competir con 10 personas que viven por y para crear un producto": hablamos con Spotbros - 08/11/2012 2:30:34

" Spotbros no necesita demasiada presentación. Han dado mucho que hablar desde su lanzamiento hace unos pocos meses y se presentan como una alternativa a WhatsApp y otros muchas apps móviles de mensajería instantánea. Aún así nos pareció muy interesante la oportunidad de poder charlar con Alejandro López Monge, co-fundador de Spotbros, sobre temas que no se han tratado mucho hasta ahora: cómo surgió la idea de crear Spotbros, cuál es el futuro de la aplicación y cómo fue el proceso de financiación que les llevó a conseguir
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