Información: Otorga Conacyt estímulos a la innovación tecnológica - 04/11/2013 12:20:30
" El sector empresarial es beneficiado con más de 2 mil 900 millones de pesos a través de estímulos a la innovación tecnológica del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Los apoyos son asignados a distintos sectores como el automotriz y el farmacéutico; Mabe, Ford, Senosiain, entre las marcas de renombre que han recibido estos apoyos.La administración de Enrique Peña Nieto subsidia a empresas nacionales y extranjeras con casi 3 mil millones de pesos por concepto de innovación tecnológica. Son apoyos a fondo perdido, un subsidio a la innovación complementario al esfuerzo empresarial, explica en entrevista con Fortuna: Negocios y Finanzas, Miguel Chávez Lomelí, director de Innovación del Conacyt.
Este año se destinarán 2 mil 929 millones 238 mil 894 pesos en subsidios a la innovación tecnológica para 603 empresas mediante 704 proyectos, indica el listado de Propuestas Aprobadas para Apoyo del Programa de Estímulos a la Investigación, Desarrollo Tecnológico e Innovación del Conacyt.
Los recursos serán canalizados a través de tres modalidades: Programa de Estímulos a la Innovación (Proinnova), Programa de Innovación Tecnológica para la Competitividad (Innovatec) y del Programa de Innovación Tecnológico de Alto Valor Agregado (Innovapyme).
En ningún caso. el Conacyt apoya al ciento por ciento los proyectos, sólo del 22 al 70 por ciento, expone Chávez Lomelí. Los subsidios están condicionados a que las empresas hagan lo que dijeron que iban a hacer y se gasten el dinero en lo que presupuestaron y se les autorizó.
Las más beneficiadas
El funcionario del Conacyt asegura que los Estímulos a la Investigación, Desarrollo Tecnológico e Innovación sí cuentan con criterios de asignación y evaluación confiables. Ningún proyecto que incumpla con la calidad puede ser objeto de un apoyo.
Estos programas, al igual que todas las políticas públicas, tienen una serie de diversificación. Tienen una clara orientación a las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes), lo que ha permitido que a lo largo de su vida, la participación de Pymes haya pasado del 31 al 70 por ciento en las últimas convocatorias.
El sector automotriz encabeza la lista de los más beneficiados con el fabricante de convertidores catalíticos y dispositivos diesel, Katcon, SA de CV, con 41 millones 105 mil 209 pesos, otorgados mediante las modalidades Innovatec y Proinnova, indica el listado del Conacyt.
Le siguen otras cuatro del mismo ramo: la alemana Continental Automotive, empresa con una planta en Guadalajara, Jalisco, a la que le fueron otorgados 36 millones de pesos; Volkswagen de México, SA de CV, beneficiada con 35 millones 983 mil 200 pesos; HUF México, S de RL de CV, con 24 millones 941 mil 80 pesos; Cummins Filtración, S de RL de CV, con 24 millones 103 mil 157 pesos.
El sector farmacéutico tiene a dos firmas entre las principales subsidiadas: Rubio Pharma y Asociados, SA de CV, que obtuvo 26 millones 881 mil 900 pesos ,dedicada a la distribución de los medicamentos del Grupo Ergo-Pharm Alemania Heel, además de investigación en medicina homotoxicológica, ozonoterapia, mesoterapia estética, biopuntura,; también Landsteiner Scientific, SA de CV, con 21 millones 437 mil 668 pesos.
Una de las principales proveedoras de Petróleos Mexicanos en Campeche, Goimar, SA de CV recibió 26 millones 246 mil 916 pesos. Así como la compañía Corrosión y Protección, SA de CV, a la que se le asignaron 18 millones 651 mil 513 pesos.
En tanto, la multinacional Mabe, SA de CV, encargada de la producción de electrodomésticos, se benefició con 26 millones 72 mil 660 pesos. Este subsidio lo obtuvo mediante 13 proyectos distribuidos en Querétaro, San Luis Potosí, Guanajuato y el Distrito Federal.
Las innovaciones
De acuerdo con el listado del Conacyt, fue por medio de la modalidad Proinnova que se otorgaron la mayoría de los recursos. Este esquema indica que para que sea aprobada la solicitud del subsidio, el monto destinado a ese rubro deberá ser igual o mayor al 10 por ciento del costo total del proyecto. Bajo este modelo el organismo otorgó 1 mil 726 millones 88 mil 788 pesos.
Con esta característica se encuentra la principal beneficiaria de la lista: Katcon, SA de CV, que obtuvo recursos por 23 millones 222 mil 738 pesos mediante Proinnova; así como 17 millones 882 mil 471 pesos a través de Innovatec.
El siguiente programa que más recursos destinó a las empresas fue Innovatec, con 625 millones 108 mil 171 pesos, que representan el 21.34 por ciento del total subsidiado. Este esquema de subsidio involucra a las grandes empresas que llevan a cabo desarrollo de nuevas tecnologías, cuyas propuestas pueden ser presentadas de manera individual o en vinculación.
Ford Motor Company, SA de CV es una de las que entraron en este esquema y se le otorgaron 1 millón 616 mil 272 pesos. También Kimberly Clark de México, SA de CV, con 3 millones 494 mil 809 de pesos. Así como los laboratorios Senosiain, a los que se benefició con 6 millones 99 mil 590 pesos, sólo por mencionar algunas.
El Programa Innovapyme, destinado a empresas micro, pequeñas y medianas, que presenten propuestas de manera individual o en vinculación. A través de éste se entregaron 578 millones 41 mil 935 pesos.
Chávez Lomelí comenta que los proyectos vinculados tienen una calificación mayor y, en esta convocatoria, el 91 por ciento estuvo asociado con algún centro de investigación o alguna institución de investigación superior.
Además, expone, los diseños tienen que ver con la circunstancia geográfica (se definió una circunstancia descentralizada) y tan es así, que del total de los recursos, que son federales, todos tienen una bolsa garantizada. Y a partir de ahí pueden promover la innovación.
Salvedad, dictamen de la ASF
De acuerdo con Auditoría 11-1-3890X-02-0354, elaborada por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), podría existir un daño patrimonial por 42 millones 505 mil 568 pesos, debido a que los documentos comprobatorios con los que se avalaron los gastos de los recursos entregados no fueron justificatorios.
El máximo órgano de fiscalización de país determinó evaluar el Programa Estímulos a la Investigación, Desarrollo Tecnológico e Innovación debido a que "en revisiones anteriores se identificó que el Conacyt emite lineamientos para este tipo de programas, que no especifican los requisitos para la selección de los beneficiarios ni definen cómo se acreditarán los méritos de las personas físicas o morales a las que se les otorgan los apoyos y tampoco establecen criterios de calidad, pertinencia y relevancia. Por otra parte, los beneficiarios incumplen los plazos de comprobación de los apoyos otorgados establecidos en los convenios de asignación de recursos".
El dictamen de la ASF, incluido en el Informe del Resultado de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2011, fue emitido con salvedad en la revisión del programa en este año fiscal.
La ASF recomienda al Conacyt realizar las acciones necesarias para precisar qué gastos son elegibles para los rubros de Prototipos, Modelos a nivel piloto, Escalamiento a nivel planta piloto y Evaluación de prototipos, y evitar la discrecionalidad en la aceptación de los gastos.
El director de innovación del Conacyt asegura que todo va en orden pues las empresas están obligadas a presentar un informe y una evaluación de un despacho externo a la empresa, además de que se hace una evaluación del ciento por ciento de los recursos que entregó el Conacyt. Esto está supervisado por todas las instancias de control.
"Si tomas en cuenta que tenemos un promedio de 500 a 700 proyectos cada año, claramente vamos a tener, aunque sea en porcentajes muy bajos, proyectos que tienen alguna desviación, que son imputables al contexto económico en el que se desarrollan", comenta Chávez Lomelí.
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Que opina? Internet: Del Tsunami económico a la revolución inteligente de la empresa. Un repaso al año 2002 - 14/07/2013 2:55:14
Internet: Del Tsunami económico a la revolución inteligente de la empresa. Un repaso al año 2002Óscar Peña de San Antonio
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No cabe duda de que los últimos años, los inmediatamente anteriores e inmediatamente posteriores al ocaso del siglo XX, han sido años volátiles y turbulentos para la historia económica. Como decía Wolfgang Grulke, fundador de FutureWorld, un hombre de negocios que ayudó a las empresas de capital riesgo a posicionarse en aquél viejo concepto de la nueva economía, "es como si nos hubiéramos visto batidos por olas de cambio cada vez mayores, más frecuentes y con más fuerza". La sensación de todos quienes nos hemos visto envueltos en la revolución de la nueva economía, ha sido la de haber sido partícipes de un tsunami económico, una de esas olas gigantescas producidas por un maremoto, y en la que se pueden distinguir las tres fases más recientes del mercado de Internet: expansión, apogeo y desaceleración.
El año 2002 ha sido el año de la catarsis; una especie de purificación ritual resultado de los excesos cometidos en los meses cuyas portadas de diarios económicos no daban crédito a la incipiente "economía de Internet", a la burbuja financiera y a la especulación bursátil.
El día 3 de enero de 2002, un informe de Netcraft advertía del increíble descenso en el número de dominios registrados o renovados a nivel internacional. La principal explicación consistía en la difícil situación financiera que, como consecuencia de la crisis del mercado publicitario, estaba azotando a las empresas de nueva creación. El mismo día, otro informe, esta vez de la empresa estadounidense Challenger, Gray & Christmas, aseguraba que el sector de las telecomunicaciones había perdido durante 2001 la cifra de 317.000 empleos, nueve veces más que en el año anterior y la cifra más alta desde 1993; un comienzo complejo que arrastraba interrogantes a cerca de los modelos de gestión corporativa, la obligación de reducir costes y una implacable necesidad de reenfocar las estrategias y los fundamentos de los modernísimos modelos de negocio. No todos fueron capaces, ni se encontraban en la privilegiada posición, de asumir las profundas transformaciones que han exigido ,y aún exigen- esos tiempos de cambio en los que vivimos; desde los pequeños modelos de negocio unifamiliares a los recientes modelos de empresas pure player de Internet; desde las grandes corporaciones y multinacionales a las pequeñas y medianas empresas. Sólo Amazon, la referencia mundial para el comercio electrónico internacional, y los resultados positivos de comercio electrónico en España sobre las ventas navideñas, dieron un hálito de esperanza a la entrada de un año caracterizado por el desalentador escándalo del sector energético, la crisis de las telecomunicaciones y los carrier, y la pérdida de confianza en la recuperación económica motivada por los escándalos financieros internacionales. Amazon anunció el 22 de enero de 2002 que por primera vez en su historia había obtenido un beneficio neto de cinco millones de dólares; en Europa 33 millones de europeos hicieron sus compras a través de Internet.
Internet ha representado muchas cosas; ha sido sinónimo de innovación empresarial e innovación tecnológica, pero también ha sido sinónimo de ruptura de ideas y flexibilización de estructuras organizacionales. Internet ha sido un instrumento de cambio social, motor tecnológico y transformación empresarial, que aún se encuentra en una fase temprana de su desarrollo, a pesar, por supuesto, de esa negra esquirla que pesa sobre su nombre; nube gris sobre la que se recuerda una crisis que ha desplazado a numeroso capital intelectual, ha puesto fin a sueños sin cumplir de modelos de negocio a los que la inversión abandonó a mitad del camino, y de una especulación financiera y creatividad contables que serán recordadas en los anales de la historia económica.
La época de Internet, tal y como la conocimos hace tan solo tres años, fue una idea equivocada del reto tecnológico, humano y empresarial. Era la época en que se quisieron cambiar las cosas, y se creyó, sobre todo, que las nuevas reglas e iniciativas de las empresas recién creadas, debían ser diferentes; una época que tuvo el desenfreno de confundir al joven ideario de la red con el hombre de negocios, al oportunista descamisado y elocuente, con el inversor encorbatado y comedido. Todas aquellas empresas lanzadas al estrellato por los medios de comunicación en un reality show enfermizo, ya no existen entre nosotros; ni tampoco los medios que las impulsaron.
Pero, ¿qué motivo llevó a las empresas a pensar que sus reglas eran total y radicalmente diferentes? La interactividad. La capacidad de convertir un mercado de masas en un mercado de individuos, el enorme potencial como medio de comunicación, y la ausencia de reglas y de control. Por ese universo se creó una burbuja, una carrera por el control; desde las administraciones a las empresas.
Tres son los acontecimientos que vertebran al año 2002 y cuyos efectos producen importantes movimientos en el mercado de Internet:
1. La crisis del sector energético
En el mes de diciembre de 2001, Jeff Skilling, CEO de Enron, explicaba en una entrevista concedida a la prestigiosa revista Business 2.0, en medio de la tormenta, que el universo corporativo de los próximos años pasaría inevitablemente por la especialización, gracias a las nuevas tecnologías. Ése era el caso de Enron, un marketplace energético, que había sido el epicentro de los precios de la energía en todo el mundo.
Ninguna compañía eléctrica cerraba un acuerdo sin comprobar primero a qué precios se ofrecían la electricidad y el gas natural en Enrononline. El 60% de los ingresos de Enron procedían de su mercado electrónico. Hasta la crisis de Enron, la compañía era la séptima empresa más importante de los Estados Unidos, y el ejemplo más citado de la integración con éxito de Internet en el negocio de una industria tradicional. Sin embargo su deuda oculta, terminó por enterrar a la compañía. En los próximos años, el caso Enron será estudiado más por la rapidez y dimensiones de la crisis que provocó ,que dejó perplejo al más perspicaz de los analistas-, que por la exitosa integración de las nuevas tecnologías dentro de la organización.
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Que opina? Tras la innovación genuina - 13/07/2013 12:52:02
Tras la innovación genuinaJosé Enebral Fernández
Tweet La prosperidad empresarial pasa por la innovación, pero ésta no es exclusiva del sector de la tecnología, ni depende siempre de la orquestación de un departamento formal de I+D.
Al entrar en Google con "innovación" y "empresa", acabo de obtener más de once millones de resultados, y encuentro ya, entre los diez primeros, algunos textos míos: deben estar ahí por antigüedad. Sí, hace tiempo que, para aprender, leo y escribo sobre este tema, y últimamente vengo estudiando casos aleccionadores de innovación empresarial. Ya en los años 90, me pareció que los cursos tradicionales de creatividad no estaban contribuyendo suficientemente a impulsar la innovación en la empresa, y quise estudiar cómo surge, cómo aparece la novedad en las empresas más innovadoras.
Las sesiones de brainstorming a que yo asistía venían pareciéndome demasiado festivas, y la técnica Metaplan, que resultaba seguramente más efectiva, se orientaba, en mi opinión y sobre todo, a la toma de decisiones colectivas, a pensar en equipo. Me llamó la atención, por cierto y por entonces, que la filosofía del método TRIZ, que desarrollara Genrich Altshuller en la URSS, no estuviera más difundida en las empresas. Además, aunque había sin duda que impulsar el pensamiento divergente o lateral, me pareció que también debíamos nutrir el pensamiento conceptual, analítico, sistémico, conectivo, inferencial, sintético, crítico, abstractivo…, por no hablar del cultivo de la intuición genuina. Decía Russell Ackoff que no necesitamos tanto pensar en mejores soluciones, como pensar mejor en los problemas.
No pretendía yo hacer grandes descubrimientos en mi estudio, pero sí quería llegar a síntesis y abstracciones propias con cierto fundamento, es decir, aprender: hay mucho que aprender. Pronto di con autores que ya ofrecían resultados valiosos, y me dispuse a sumar experiencias y conclusiones, mientras me documentaba en Internet y consultaba asimismo algunos libros recopilados. Distinguía yo entre autores-gurús y autores (como W. S. Humphrey o J. S. Rydz) que relataban sus experiencias como ejecutivos de empresas innovadoras.
En realidad, mi inquietud por la innovación comenzó con mi desempeño laboral, al incorporarme en 1972 al Centro de Investigación de International Telephone & Telegraph (ITT) en Madrid, y se reforzó con la llegada de la Sociedad de la Información y lo que a mí me parecía su álter ego, la economía del saber y el innovar. De modo que he estado relativamente atento a lo que decían los expertos, y debo confesar que algunos no me han convencido; de hecho y por ejemplo, creo que dividir el mundo empresarial en líderes y seguidores conlleva el riesgo de que los supuestos seguidores inhiban capital humano y, por tanto, inteligencia y creatividad.
Tras esta isagoge, sintonicémonos. Al hablar de innovación, como de creatividad, de inteligencia, de capital humano, de competencia o de calidad, no todos tenemos lo mismo en la cabeza; no siempre damos los mismos significados a estos y otros significantes. Pero, en beneficio de la productividad y la competitividad, deberíamos profundizar en el concepto de innovación, y llegar a su significado más útil en la economía actual; deberíamos hacer un despliegue del concepto a lo largo de diferentes ejes y, quizá, convenir un lenguaje común en lo relacionado con su génesis, su impacto, su naturaleza…
En principio, innovar sería dar un salto cuántico; algo más que materializar la mejora continua, o incorporar nuevas tecnologías y prácticas emergentes. Apuntaría a métodos, productos y servicios, pero no sólo a eso. Se asociaría a la creatividad, pero llegaría más lejos. Podría exigir la existencia de áreas formales de I+D, o simplemente una cultura ad hoc que catalizara la expresión del capital humano. La innovación constituiría más un proceso que un suceso, pero cada iniciativa habría de analizarse con perspectiva sistémica y amplitud de miras, enfocando bien las expectativas y necesidades de clientes/usuarios tradicionales y potenciales. Recuerdo que escuché a Jonas Ridderstrale advertir de que no se trataba de imitar a los mejores, sino de ser únicos como empresa.
Sin duda hemos de obtener el mejor provecho de las tecnologías de la información y la comunicación (como ya lo hicieran, en su tiempo y por ejemplo, la RCA de David Sarnoff, o Diebold con R. Koontz), pero no toda la tecnología es TIC, ni toda la innovación es tecnológica. La renovación tecnológica es necesaria en las empresas como lo es la mejora continua, pero innovar es ciertamente algo más, y cabría aquí recordar casos aleccionadores, recientes y no tan recientes, como Zara, Velcro, McDonald"s, o Helena Rubinstein, o como los plásticos, la compra con carrito, el Walkman o el tren de levitación magnética, en cuya génesis no aparecía la informática.
A veces (véase Kotelnikov), la innovación apunta también al funcionamiento o la cultura de la organización, y aquí señalaríamos a la Chrysler de R. Eaton, a los laboratorios Eisai de H. Naito, o a la cadena hotelera Ritz-Carlton tras la llegada de H. Schulze, por aludir a diferentes sectores. Pero lo que más me impactó años atrás fue la presencia de la casualidad en muchos avances, tanto en el mundo científico como en el empresarial. Se trataba de descubrimientos (rayos X, teflón, silicio negro, horno de microondas, pegamento de cianoacrilato, algunos edulcorantes y fármacos…) que seguramente no habrían surgido de otro modo, y por eso me parece que hay todavía mucho por descubrir, ya nos guiemos por casualidades o por causalidades.
No me extenderé mucho más, aunque el tema lo merezca: expertos hay que lo hacen. Quería justamente subrayar el papel, en la génesis de la innovación, de elementos tales como:
* El capital humano, si superamos la sinonimia con el término "recursos humanos", y catalizamos la expresión de aquél en las empresas.
* La casualidad, en conjunción con mentes atentas y receptivas, tal como sugieren tantos descubrimientos "serendipitosos".
* El pensamiento conectivo, que permite trasladar algunas soluciones a otros problemas, como subrayaba F. Johansson en The Medici Effect.
* La perspectiva sistémica, para adelantarse a necesidades y expectativas del mercado, y asegurar el acierto.
* La intuición genuina, para facilitar, en las decisiones, el aprovechamiento de todo el saber a que no podemos acceder de modo racional.
* La evolución de los valores, costumbres, hábitos, etc., de la sociedad, incluidos los cambios en las leyes, en la demografía y en la economía.
El lector sancionará el valor de estas reflexiones. Obviamente la lista podría alargarse, y desde luego el avance técnico en diferentes áreas y sectores facilita la llegada de numerosas novedades valiosas al mercado; pero yo deseaba subrayar elementos como los anteriores, que quizá merecen mayor atención de nuestra parte. Tal vez las empresas habrían de desplegar o cultivar culturas funcionales (Ekvall, Robinson & Stern…) que facilitaran un aprovechamiento más intenso y enfocado del capital humano bien entendido.
En verdad, se piensa poco en las empresas, y quizá todavía se escuche aquello de que "no te pago para pensar"; pero es que tampoco directivos y ejecutivos se otorgan suficientes momentos de concentración y reflexión, me temo. La intuición, por cierto, suele emerger después de pensar mucho las cosas, cuando la razón no ha resuelto y el reto está profundamente asumido. Para terminar, les recuerdo que no nos quedemos en la innovación tecnológica: nos perderíamos posibilidades muy valiosas.
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Interesante, El restaurante oscuro - 13/07/2013 12:38:26
El restaurante oscuroDr. Íñigo Babot (www.babot.info)
Tweet Reflexiones sobre Online Educa Berlin 2008, la conferencia sobre eLearning y Gestión del Conocimiento más importante del mundo, celebrada este mismo mes en la capital alemana.
Esta vez escribo en un avión, regresando a casa tras pasar 4 días en Berlín, en el congreso Online Educa (ver http://www.online-educa.com). A día de hoy, esta es la reunión más importante del mundo sobre formación en red: creo sinceramente que Online Educa está por encima de otras grandes conferencias globales tales como eLearn, en Norteamérica (ver http://www.aace.org/conf/elearn/) o eLearning World, en Japón (ver http://www.elw.jp/). Las supera por tradición (es la más antigua), por calidad de presentaciones (son las más novedosas) y por la gran afluencia de expertos internacionales (están casi todos los que son).
Además de comprobar los últimos avances en la materia y participar en el evento, como ponente y moderador, he podido compartir estas jornadas con buenos amigos del sector, lo que siempre resulta reconfortante.
Este año se celebró por vez primera el Seminario Iberoamericano (ver http://www.online-educa.com/iberoamerica-forum), integrado como un capítulo más dentro de la conferencia global, en substitución del Online Educa Madrid. En mi modesta opinión, fue una edición inaugural de una altura importante y no me extrañaría que pronto surgiesen novios queriendo patrocinarlo en algún país latinoamericano, porque se necesita un buen meeting de este estilo en el Hispanoamérica: la zona está adoptando nuevas tecnologías para la formación, con demasiada rapidez como para no tener eventos de primera fila donde presentarlas.
Este forum contó con una apertura de lujo, a cargo de Juan Carlos González (Director de la Escuela de Administración Pública de Castilla y León, ver http://www.eclap.es/). Tuvo luego algunos paneles interesantes, moderados por personas muy acreditadas en el mundo de la formación: Francisco García Peñalvo (Vicerrector de Innovación Tecnológica de la Universidad de Salamanca, ver http://www.usal.es/~vic.it/), Mª Jesús López (Secretaria General de AEDIPE-Centro, ver http://www.aedipecentro.org/portadas/home.asp) o la sesión de clausura, a cargo de Elena Coello (Agencia Ejecutiva de Educación Audiovisual y Cultura, Comisión Europea, ver http://eacea.ec.europa.eu/index.htm).
La conferencia mundial, celebrada a continuación, conoció la máxima afluencia de delegados de su historia: más de 3400 personas de los cinco continentes. Es la quinta vez que este autor acude a Online Educa Berlin y, a pesar de que siempre es una reunión de mucho nivel, yo nunca había visto tantos stands, salas tan abarrotadas, pasillos tan atestados de gente y, en general, tanta animación. 101 sesiones paralelas, 17 talleres pre-congresuales, 18 demostraciones, algunos contenidos verdaderamente notables y, como siempre pasa en jornadas tan masificadas, otros prescindibles. En resumen: un tono excelente.
Como decía al principio del artículo, estos días también he tenido ocasión de compartir mesa y mantel con varios amigos del sector, durante los días del congreso. Uno de ellos, un alto directivo muy acostumbrado a viajar por motivos profesionales, me habló de un restaurante berlinés en el que estuvo hace unos años. Es un local que está completamente a oscuras: te sientan en la mesa, llevándote de la mano, y te sirven sin que veas absolutamente nada (ni a tus compañeros de mesa, ni a los camareros, ni siquiera el mobiliario). Además, se te pide que comas en silencio. Se hace así para que puedas degustar los alimentos, concentrándote totalmente en el sabor y sin perderte en detalles superfluos, sin despistarte por culpa del entorno.
Me pareció un sistema original y su enfoque me dio que pensar, pues es más profundo de lo que parece. ¿Cuántas veces nuestro entorno socioeconómico, torbellino de información, opiniones y ruido, nos distrae de lo verdaderamente importante, de aquello que resulta nuclear en nuestro trabajo? ¿Con qué frecuencia el acceso a un exceso de datos no genera ningún conocimiento, no produce saber verdadero? ¿Por qué dejamos que creencias populares, fundamentadas o no, se conviertan en nuestras propias creencias, a falta de un mejor criterio autónomo? ¿En cuántas ocasiones la voz de otros apaga nuestra propia voz interior? Me temo que demasiadas veces.
Últimamente estamos a vueltas con la crisis económica. Obviamente, la crisis es un hecho objetivo e innegable: está aquí y es importante. Pero quizá estamos hablando demasiado de ella: no dejamos de recordarla a todas horas, mañana, tarde y noche. Los medios de comunicación, los líderes de opinión, el mundo financiero, nos repiten un mismo mensaje y no nos dejan tranquilos: esto se hunde, todo se hunde. ¿Cómo no van a influirnos, a crear en nosotros una cierta sensación de descalabro general? En un restaurante normal, todo eso sería "el entorno": los otros comensales, las luces, las risas, los camareros, los relucientes cubiertos.
Pero para este autor, que trabaja en formación y organización corporativa, un evento de las características de Online Educa permite algo parecido a visitar el restaurante oscuro en el que estuvo este amigo: centrarse en "los alimentos" y dejar "el entorno" en un segundo plano. Olvidarse por unos días de la tan manida recesión y atender sólo a los nuevos sistemas educativos que se siguen desarrollando: "concentrarse en el sabor de la comida, silenciando el ruido externo".
Si uno recuerda las conversaciones que ha tenido con expertos mundiales y revisita los nuevos paradigmas formativos que continúan implantándose, cada vez con más fuerza, debe reafirmarse en la conclusión a la que llegó trabajando sobre estos mismos métodos, para algunos clientes, hace ya unos meses: la crisis impactará sobre el sector de innovación pedagógica de forma muy relativa. Provocará sólo daños controlables, diría yo. Prosiguen su avance las herramientas educativas basadas en desarrollo competencial, en realidad virtual y en web 2.0, y son demasiado potentes como para creer que estas actividades también va a desplomarse. Nuestra industria va a aguantar este periodo duro muy dignamente, saliendo incluso reforzada: "los alimentos" son mucho mejores, más energéticos, muy vitaminados y de alta calidad. El crecimiento del aprendizaje colaborativo no tiene marcha atrás, por mucho que nos empeñemos en ser catastrofistas: no lo frenará la crisis, como tampoco ha frenado la implantación de las Redes Sociales, la Blogosfera, Linux o el propio eMule, porque son modelos superiores. Bien al contrario, estos nuevos sistemas amortiguarán notablemente el efecto de la recesión en nuestro sector, contrarrestarán parte de su fuerza.
El lector está en su perfecto derecho de no creerlo, incluso de sonreír al leerlo, y sólo puedo argumentar en mi defensa que el tiempo dará y quitará razones. Esperen un poco, tan sólo un año, y verán si es o no cierto lo que digo: habrá ralentización del sector educativo, pero bastante más breve y mucho menos virulenta que en otros ámbitos empresariales. Si Ustedes se dedican a la formación, busquen su propio restaurante oscuro, degusten lo que está cocinándose y llegarán a esta misma conclusión.
[Dr. Íñigo Babot (www.babot.info)]
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Es Noticia, Entrevista a César Canedo, CEO de Trocobuy - 07/07/2013 19:30:15
Entrevista a César Canedo, CEO de Trocobuy ()Trocobuy es una plataforma que se puso en marcha hace un año para ofrecer un sistema alternativo con el que afrontar la falta de crédito y los problemas de tesorería de las empresas españolas, para que puedan operar al margen del sistema bancario.
El sistema supone un nuevo concepto de hacer negocios basado en la innovación tecnológica, la solidaridad, el compromiso, la sostenibilidad y la responsabilidad. Los partícipes generan ciclos de compra-venta de productos y servicios sin necesidad de desembolsar dinero en efectivo, ya que operan a través de un crédito comercial responsable. El resultado es la optimización de tesorería y el aumento de beneficios. Hablamos con César Canedo, CEO de Trocobuy.
César Canedo, CEO de Trocobuy
Breve historial en Internet del CEO de la empresa
César Canedo es el CEO de Trocobuy. Un emprendedor gallego que impulsa esta plataforma de préstamos entre empresas, tras la experiencia adquirida en la empresa familiar.
1. ¿Cómo surgió la idea que dio lugar a trocobuy.com?
Surgió para dar respuesta al gran problema de las pymes y autónomos en España: la falta de financiación. Vimos que había muchas empresas y proyectos que se quedaban atascados por la falta de crédito y era necesario ofrecer una alternativa.
Ahora tienen Trocobuy como una plataforma de préstamos entre empresas, para realizar operaciones comerciales sin tener que recurrir a los bancos. Trocobuy es el resultado de unir a través de un sistema online el esfuerzo de las empresas para salir adelante, con compromiso y solidaridad.
2. ¿Cómo ha sido el arranque, cuál ha sido hasta el momento la mayor dificultad? ¿Qué recomendarías a los emprendedores que están pensando lanzar un proyecto en Internet?
Estamos muy satisfechos con el balance de este primer año, consiguiendo la implicación del empresariado y la integración de Trocobuy dentro de la operativa de 1.200 empresas.
La mayor dificultad al principio fue demostrar que se trata de un proyecto serio y viable y que el empresariado español estaba listo para esta nueva forma de hacer negocios. Ahora las cifras hablan por sí solas: más de 4.000 operaciones comerciales realizadas y más de 3 millones de euros en préstamos entre empresas.
Por supuesto, queremos seguir creciendo y hemos iniciado el plan de internacionalización en Portugal, con la apertura de una delegación. El reto será llegar también a otras economías próximas, como la italiana, la francesa o la alemana, para favorecer las sinergias empresariales.
A los emprendedores les diría que para sacar adelante un proyecto hay que conocer el mercado, al cliente y ofrecer algo que aporte ese valor añadido que marque la diferencia. Después es todo cuestión de trabajar muy duro, dedicarle horas, no rendirse y no bajar la guardia ni un segundo.
3. ¿Cuántas personas participan en el proyecto? ¿Qué perfil tiene el equipo directivo?
Somos un equipo joven y multidisciplinar de más de 30 personas que nos encargamos de asegurar el buen funcionamiento del sistema y de ofrecer una atención personalizada. Cada partícipe cuenta con un asesor personal que se asegura de que saque el máximo partido posible al sistema. Estamos especializados en atender las necesidades de pymes, emprendedores y autónomos.
4. ¿Qué valor añadido aportan a sus usuarios? ¿Qué les diferencia de servicios web similares?
Nuestro lema es "Venderás más, comprarás mejor" y eso es lo que aportamos a nuestros usuarios, un sistema que les permite adquirir bienes y servicios sin desembolsar dinero en efectivo y, además, encontrar nuevos clientes para aumentar sus ventas.
Lo que nos diferencia de los servicios web orientados al intercambio o a los préstamos, es nuestra forma de trabajar: que aúna ambas filosofías para crear una nueva forma de hacer negocios en la que priman la solidaridad, el compromiso y la responsabilidad de los empresarios que conforman el sistema. Eso hace que sea único y que todos colaboremos y lo hagamos posible.
5. ¿Cuál es su modelo de negocio? ¿Reportan beneficios en la actualidad (de dónde provienen sus ingresos)? ¿Qué consideran prioritario en su estrategia de crecimiento?
El acceso es gratuito para todas las empresas interesadas, aunque requiere de un proceso previo de validación. Después solo cobramos una pequeña comisión por cada operación realizada.
En estos momentos, estamos centrados en el proceso de expansión y en seguir creciendo aquí en España. Obviamente, a mayor número de usuarios, más variedad y oferta, lo que implica aún más beneficios para el conjunto de partícipes.
6. ¿Qué opina de la llamada Web 2.0? ¿Cómo ve la Internet del futuro?
Internet y las nuevas tecnologías están transformando las relaciones personales y comerciales, ofreciendo infinitas posibilidades. Para las pequeñas empresas puede ser muy útil ya que pone a su disposición un sinfín de herramientas para acercarse al cliente, escucharle y responder a sus necesidades. Por supuesto, siempre hay que actuar con sentido común y bien informado.
Creo que ahora estamos viviendo una "revolución" con la geolocalización y los dispositivos móviles. Se abren infinitas posibilidades para hacernos la vida más fácil. Por ejemplo, con un simple gesto desde tu smartphone o tablet puedes gestionar tu negocio; nosotros nos hemos sumado y ya contamos con la app para Trocobuy.
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Que opina? Tras la innovación genuina - 30/06/2013 20:42:23
Tras la innovación genuinaJosé Enebral Fernández
Tweet La prosperidad empresarial pasa por la innovación, pero ésta no es exclusiva del sector de la tecnología, ni depende siempre de la orquestación de un departamento formal de I+D.
Al entrar en Google con "innovación" y "empresa", acabo de obtener más de once millones de resultados, y encuentro ya, entre los diez primeros, algunos textos míos: deben estar ahí por antigüedad. Sí, hace tiempo que, para aprender, leo y escribo sobre este tema, y últimamente vengo estudiando casos aleccionadores de innovación empresarial. Ya en los años 90, me pareció que los cursos tradicionales de creatividad no estaban contribuyendo suficientemente a impulsar la innovación en la empresa, y quise estudiar cómo surge, cómo aparece la novedad en las empresas más innovadoras.
Las sesiones de brainstorming a que yo asistía venían pareciéndome demasiado festivas, y la técnica Metaplan, que resultaba seguramente más efectiva, se orientaba, en mi opinión y sobre todo, a la toma de decisiones colectivas, a pensar en equipo. Me llamó la atención, por cierto y por entonces, que la filosofía del método TRIZ, que desarrollara Genrich Altshuller en la URSS, no estuviera más difundida en las empresas. Además, aunque había sin duda que impulsar el pensamiento divergente o lateral, me pareció que también debíamos nutrir el pensamiento conceptual, analítico, sistémico, conectivo, inferencial, sintético, crítico, abstractivo…, por no hablar del cultivo de la intuición genuina. Decía Russell Ackoff que no necesitamos tanto pensar en mejores soluciones, como pensar mejor en los problemas.
No pretendía yo hacer grandes descubrimientos en mi estudio, pero sí quería llegar a síntesis y abstracciones propias con cierto fundamento, es decir, aprender: hay mucho que aprender. Pronto di con autores que ya ofrecían resultados valiosos, y me dispuse a sumar experiencias y conclusiones, mientras me documentaba en Internet y consultaba asimismo algunos libros recopilados. Distinguía yo entre autores-gurús y autores (como W. S. Humphrey o J. S. Rydz) que relataban sus experiencias como ejecutivos de empresas innovadoras.
En realidad, mi inquietud por la innovación comenzó con mi desempeño laboral, al incorporarme en 1972 al Centro de Investigación de International Telephone & Telegraph (ITT) en Madrid, y se reforzó con la llegada de la Sociedad de la Información y lo que a mí me parecía su álter ego, la economía del saber y el innovar. De modo que he estado relativamente atento a lo que decían los expertos, y debo confesar que algunos no me han convencido; de hecho y por ejemplo, creo que dividir el mundo empresarial en líderes y seguidores conlleva el riesgo de que los supuestos seguidores inhiban capital humano y, por tanto, inteligencia y creatividad.
Tras esta isagoge, sintonicémonos. Al hablar de innovación, como de creatividad, de inteligencia, de capital humano, de competencia o de calidad, no todos tenemos lo mismo en la cabeza; no siempre damos los mismos significados a estos y otros significantes. Pero, en beneficio de la productividad y la competitividad, deberíamos profundizar en el concepto de innovación, y llegar a su significado más útil en la economía actual; deberíamos hacer un despliegue del concepto a lo largo de diferentes ejes y, quizá, convenir un lenguaje común en lo relacionado con su génesis, su impacto, su naturaleza…
En principio, innovar sería dar un salto cuántico; algo más que materializar la mejora continua, o incorporar nuevas tecnologías y prácticas emergentes. Apuntaría a métodos, productos y servicios, pero no sólo a eso. Se asociaría a la creatividad, pero llegaría más lejos. Podría exigir la existencia de áreas formales de I+D, o simplemente una cultura ad hoc que catalizara la expresión del capital humano. La innovación constituiría más un proceso que un suceso, pero cada iniciativa habría de analizarse con perspectiva sistémica y amplitud de miras, enfocando bien las expectativas y necesidades de clientes/usuarios tradicionales y potenciales. Recuerdo que escuché a Jonas Ridderstrale advertir de que no se trataba de imitar a los mejores, sino de ser únicos como empresa.
Sin duda hemos de obtener el mejor provecho de las tecnologías de la información y la comunicación (como ya lo hicieran, en su tiempo y por ejemplo, la RCA de David Sarnoff, o Diebold con R. Koontz), pero no toda la tecnología es TIC, ni toda la innovación es tecnológica. La renovación tecnológica es necesaria en las empresas como lo es la mejora continua, pero innovar es ciertamente algo más, y cabría aquí recordar casos aleccionadores, recientes y no tan recientes, como Zara, Velcro, McDonald"s, o Helena Rubinstein, o como los plásticos, la compra con carrito, el Walkman o el tren de levitación magnética, en cuya génesis no aparecía la informática.
A veces (véase Kotelnikov), la innovación apunta también al funcionamiento o la cultura de la organización, y aquí señalaríamos a la Chrysler de R. Eaton, a los laboratorios Eisai de H. Naito, o a la cadena hotelera Ritz-Carlton tras la llegada de H. Schulze, por aludir a diferentes sectores. Pero lo que más me impactó años atrás fue la presencia de la casualidad en muchos avances, tanto en el mundo científico como en el empresarial. Se trataba de descubrimientos (rayos X, teflón, silicio negro, horno de microondas, pegamento de cianoacrilato, algunos edulcorantes y fármacos…) que seguramente no habrían surgido de otro modo, y por eso me parece que hay todavía mucho por descubrir, ya nos guiemos por casualidades o por causalidades.
No me extenderé mucho más, aunque el tema lo merezca: expertos hay que lo hacen. Quería justamente subrayar el papel, en la génesis de la innovación, de elementos tales como:
* El capital humano, si superamos la sinonimia con el término "recursos humanos", y catalizamos la expresión de aquél en las empresas.
* La casualidad, en conjunción con mentes atentas y receptivas, tal como sugieren tantos descubrimientos "serendipitosos".
* El pensamiento conectivo, que permite trasladar algunas soluciones a otros problemas, como subrayaba F. Johansson en The Medici Effect.
* La perspectiva sistémica, para adelantarse a necesidades y expectativas del mercado, y asegurar el acierto.
* La intuición genuina, para facilitar, en las decisiones, el aprovechamiento de todo el saber a que no podemos acceder de modo racional.
* La evolución de los valores, costumbres, hábitos, etc., de la sociedad, incluidos los cambios en las leyes, en la demografía y en la economía.
El lector sancionará el valor de estas reflexiones. Obviamente la lista podría alargarse, y desde luego el avance técnico en diferentes áreas y sectores facilita la llegada de numerosas novedades valiosas al mercado; pero yo deseaba subrayar elementos como los anteriores, que quizá merecen mayor atención de nuestra parte. Tal vez las empresas habrían de desplegar o cultivar culturas funcionales (Ekvall, Robinson & Stern…) que facilitaran un aprovechamiento más intenso y enfocado del capital humano bien entendido.
En verdad, se piensa poco en las empresas, y quizá todavía se escuche aquello de que "no te pago para pensar"; pero es que tampoco directivos y ejecutivos se otorgan suficientes momentos de concentración y reflexión, me temo. La intuición, por cierto, suele emerger después de pensar mucho las cosas, cuando la razón no ha resuelto y el reto está profundamente asumido. Para terminar, les recuerdo que no nos quedemos en la innovación tecnológica: nos perderíamos posibilidades muy valiosas.
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