viernes, 28 de marzo de 2014

de la nada absoluta a ser comprados por Facebook y Competir innovando

Es Noticia, La historia de WhatsApp: de la nada absoluta a ser comprados por Facebook - 20/02/2014 8:31:55

" Está en boca de todos: Facebook ha comprado WhatsApp por 19.000 millones de dólares. Pero, ¿de dónde ha salido WhatsApp? ¿Quién está detrás de esta aplicación que se ha convertido en la joya de la corona de la mensajería instantánea?
En esta entrada repasaremos los acontecimientos y las curiosidades que han marcado la vida de la aplicación y la de sus fundadores, Jan Koum y Brian Acton. La historia de una aplicación que pasa a convertirse en una pieza clave en el futuro de Facebook.
El pasado "soviético" de Koum
Jan Koum y Brian Acton
Jan Koum, uno de los fundadores de WhatsApp, emigró junto a su madre a los Estados Unidos cuando tenía 16 años, escapando del comunismo y de la pobreza que asolaba a su Kiev natal. "Me crié en un país en el que la publicidad no existía, y esto ha tenido un profundo impacto en mi forma de ver las cosas", comentaba recientemente en una entrevista.
Los inicios no fueron fáciles. En la misma entrevista Koum recordaba que con su madre hacía cola "dos calles más abajo de donde tenemos ahora mismo las oficinas para comprar cupones de comida (foodstamps) e ir tirando".
El antecedente, Yahoo
Koum y Acton coincidieron un día de 1997 en las oficinas de Yahoo, donde el segundo trabajaba como ingeniero. Koum estaba en la sede de la empresa como representante de Ernst & Young para analizar los sistemas de seguridad de Yahoo.
A Koum le tocó sentarse en una mesa en frente de Acton y a partir de ahí comenzaron a hablar y establecieron una relación de amistad. "Preguntaba de todo", recuerda Acton en una entrevista con Forbes, "¿cuáles son vuestras políticas de empresa? ¿qué haces tú aquí?".
Por entonces el ucraniano estudiaba en la universidad a la vez que realizaba trabajos para la consultora. A los pocos meses recibió una oferta de trabajo de Yahoo y se unió al equipo de Acton, donde ambos permanecerían nueve años. Quizás los más intensos de la historia de la empresa que hoy dirige Marissa Mayer.
Adiós Yahoo. El rechazo de Twitter y Facebook
En septiembre de 2007 los dos dejaron Yahoo y se tomaron un año sabático para viajar y desconectar. Acton aprovechó el tiempo libre para pensar qué quería hacer el futuro y decidió enviar su currículum a Facebook y Twitter. Como él mismo contó en Twitter al salir de las entrevistas, fue rechazado por ambas empresas.
Facebook turned me down. It was a great opportunity to connect with some fantastic people. Looking forward to lifes next adventure.
Brian Acton (@brianacton) agosto 3, 2009
Facebook turned me down. It was a great opportunity to connect with some fantastic people. Looking forward to lifes next adventure.
Brian Acton (@brianacton) agosto 3, 2009
Al poco tiempo Apple lanzó el iPhone y tuvieron una idea. "Jan me enseñaba constantemente su agenda y me decía que estaría genial tener un "status" al lado de cada usuario", recuerda Acton. "La idea era que con cada cambio de status los contactos de la agenda pudiesen saber dónde estábamos". El lanzamiento por parte de Apple de las notificaciones push les permitía que estos cambios de estado pudiesen ser compartidos de forma automática.
El 24 de febrero de 2009 nacía WhatsApp como empresa y producto.
Millones de usuarios y millones de dólares de Sequoia Capital
A principios de 2011 WhatsApp estaba en el top 20 de aplicaciones en la App Store de Estados Unidos. Comenzaban a tener millones de usuarios en todo el mundo y el boca a boca estaba funcionando.
Hasta entonces la única financiación que la empresa habían levantado eran 250.000 dólares de capital semilla. Sequoia Capital, uno de los fondos de capital riesgo con más tradición en Silicon Valley y que había invertido en Facebook, se acercó con la intención de invertir dinero en WhatsApp.
Tanto Koum como Acton se opusieron al principio, pero finalmente terminaron aceptando ocho millones de dólares de Sequoia con la condición de que les permitiesen continuar con su filosofía de no meter anuncios en la aplicación. Estos ocho millones de dólares se han terminado convirtiendo en cerca de 3.000. Un gran retorno.
"No ads, no games, no gimmicks"

Los fundadores de WhatsApp apenas han aparecido en los medios en los últimos años. Ellos afirman que no les gusta ser los actores principales de la película y que el verdadero protagonista es la aplicación.
Otra característica que ha marcado la historia de WhatsApp es su sencillez. Mientras que competidores como Line, WeChat o KakaoTalk apostaron por permitir a sus usuarios comprar pegatinas, jugar o realizar compras de productos digitales y físicos, WhatsApp se ha mantenido apenas sin cambios desde su lanzamiento.
Esta filosofía, seguida por sus fundadores al dedillo hasta ahora, se puede ver reflejada en una nota escrita por Acton y que Koum tiene en su mesa de trabajo: "no ads, no games, no gimmicks" (sin publicidad, sin juegos, sin chorradas).
19.000 millones de dólares

La primera parte de la historia de WhatsApp terminó ayer, con la venta a Facebook por 19.000 millones de dólares. La firma del acuerdo se firmó precisamente en el lugar el que Koum acudía con su madre muerta en 2000 para intentar llevarse algo al estómago. La imagen superior es precisamente la de Koum firmando los papeles que certificaban la venta de WhatsApp.
En Genbeta | Facebook y WhatsApp: todas las claves del acuerdo
Más información | Forbes
Imagen | Sam Azgor
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La noticia La historia de WhatsApp: de la nada absoluta a ser comprados por Facebook fue publicada originalmente en Genbeta por Jaime Novoa.

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Que opina usted? Competir innovando - 13/07/2013 12:46:54

Competir innovando
José Enebral Fernández,
Tweet Conviene revisar el significado que, en la economía de nuestro tiempo, adquieren conceptos como el de competencia e innovación; quizá pueda y deba mejorar nuestra competitividad y solidez como empresa, tras algunas oportunas reflexiones que aquí se tratan de alentar.
Innovamos en beneficio de nuestra competitividad, pero el concepto de competencia es más complejo cada día, y el de innovación, más amplio de lo que inicialmente parece. Conviene detenerse, si no lo hemos hecho ya, en los nuevos significados de estos significantes. Nuevas realidades eran ya bien visibles en el escenario finisecular, pero el cambio es continuo en el siglo XXI, y la gestión empresarial nos obliga a reflexionar con mayor penetración, en crisis y en bonanza; a elevar con más frecuencia la vista por encima de la gestión cotidiana.


Al hablar de competencia, nos referimos no ya sólo a las empresas del sector que amenazan reducir nuestra presencia en el mercado, sino también a todo aquello que puede disuadir a nuestros clientes, incluyendo, por ejemplo, los nuevos hábitos, valores y tendencias emergentes en la sociedad. Obviamente, en momentos de crisis, también competimos con todo aquello a que el cliente dirige prioritariamente su capacidad de compra: si puede arreglárselas sin nuestros productos/servicios, nuestra empresa se resentirá y habremos de disponer soluciones de supervivencia.

Aun contando con que la situación económica acabe mejorando, habremos de cuidar mucho nuestra competitividad en el mercado global. Porter y otros autores nos han ofrecido valiosas aportaciones sobre la estrategia competitiva y la diferenciación, pero todos debemos seguir reflexionando al respecto sobre nuestro negocio, atentos al entorno y anticipando el futuro, para nutrir y mantener nuestra solidez.

Y al hablar de innovación, no podemos pensar sólo en la renovación tecnológica o la incorporación de las mejores prácticas, sino y quizá sobre todo, en adentrarnos en la terra incognita del saber en cada campo (técnico o de gestión empresarial), y generar nuevas, valiosas, atractivas soluciones que nadie ofrezca todavía, para quienes los clientes las esperaban quizá sin saberlo. También disponemos aquí de reflexiones oportunas de muchos autores Ridderstrale nos hablaba del monopolio temporal, como asimismo de casos muy aleccionadores en la generación de novedades de impacto.

En verdad, en la era del conocimiento y el aprendizaje permanente, hemos de aprender lo que ya saben otros, pero, asimismo, lo que aún no sabe nadie; hemos de investigar, explorar, descubrir, idear…, es decir, innovar, para atraer la atención del mercado. No innovamos en suficiente medida, ni acertamos siempre con las novedades que generamos; en ocasiones, falta sintonía con las necesidades o expectativas de los clientes, si es que no falló ya la propia identificación de éstos. A veces tampoco identificamos la auténtica competencia emergente, y tomamos decisiones quizá infructuosas.

Desde luego, hemos de saber bien qué valoran o cuestionan los clientes en nuestros productos y servicios, y no dar por sentado casi nada. Una empresa tan ejemplar e innovadora como Coca Cola estaba plenamente segura del éxito de la new Coke en los años 80, pero la nueva fórmula resultó un fracaso. Por extraño que parezca ahora, esta gran compañía parecía contemplar su producto como un refresco magnífico aunque perfectible, y los consumidores parecían llegar más lejos, y lo veían casi como una especie de icono intocable. De modo que debemos estudiar bien a los clientes finales, estableciendo incluso tipos diferentes: tal vez se nos ocurra algo especial para algún segmento…

Coca Cola creyó que competía con Pepsi tras un sabor más atractivo, y que era el momento de innovar en el producto; pero no era la clásica fórmula lo que había que cambiar, sino el marketing desplegado. Éste es un caso (especialmente aleccionador) de racionalismo reduccionista e inferencias viciadas (recuerden que se hicieron catas ciegas…); pero la compañía corrigió pronto el error y recuperó mercado.

Por aquellos mismos años (mediados los 80), Amana, división de Raytheon que había creado en EEUU el horno de microondas, parecía estar a punto de quedarse fuera de un mercado que ella misma había abierto tiempo atrás: un cuestionable marketing había debilitado su competitividad, y, por ejemplo, el horno había penetrado mucho más en las cocinas japonesas que en las norteamericanas. Los fabricantes japoneses (Sharp, Sanyo, Matsushita…) se mostraron pronto muy convincentes en la relación calidad-precio de los nuevos aparatos, y parecían observar el mercado con otra perspectiva.

Revisemos, sí, con quiénes o qué competimos en el siglo XXI y exactamente en qué, y despleguemos asimismo la innovación genuina para conquistar mercado. Hablaremos un poco aquí de todo ello, si el lector nos sigue en estos párrafos. Se trata de dos buzzwords cotidianos, dos conceptos fundamentales competencia e innovación, que adquieren complejidad y dimensión especiales en la emergente economía, y cuyo análisis, sin perder la perspectiva sistémica, se hace aún más preciso en momentos de crisis.



Sobre la competitividad y la competencia

En efecto, hemos de neutralizar y aun superar a las empresas competidoras siempre que podamos, y reaccionar con acierto y prontitud cuando nos veamos sobrepasados: queremos sobrevivir. Pero ya no debemos pensar sólo en las empresas que ofrecen mejor relación calidad-precio para satisfacer las expectativas y necesidades de nuestros clientes, o que las encaran con soluciones innovadoras, de interés e impacto; hemos de interpretar asimismo como competencia todo aquello que, consecuencia de los cambios en la sociedad, reduce o elimina aquellas necesidades o expectativas, y las sustituye tal vez por otras.

Al hablar de competencia en nuestro siglo, resulta ya en efecto insuficiente pensar, por ejemplo, en la legendaria rivalidad de Coca Cola y Pepsi, o de Helena Rubinstein y Elizabeth Arden en la primera mitad del XX, o de las grandes marcas que se reparten cada mercado hoy. Nos rodean quizá demasiadas alternativas para todo, pero es que también asistimos a la desaparición súbita de algunas industrias. En suma y además de considerar la severa crisis económica en que nos hallamos, podemos encontrar serias amenazas visibles y no tan visibles a nuestra competitividad y prosperidad en:

Empresas que ofrecen mejor relación calidad-precio en productos/servicios similares o alternativos a los nuestros.
Empresas innovadoras que ofrecen nuevas y avanzadas soluciones para las mismas necesidades, o para un conjunto de necesidades.
Empresas audaces que nos superan en las campañas de publicidad o en los canales de distribución, es decir, en la comercialización.
Cambios sociales (nuevos hábitos y valores, nuevas leyes, tendencias demográficas…), que pueden restar potencial, solidez, a nuestra oferta tradicional.
El mercado global, que puede ser visto como llegada de nuevos competidores, y nuevos productos, aunque también como oportunidad para internacionalizarnos.

Bien pues, debemos ser nosotros quienes ofrezcamos la mejor relación calidad-precio en soluciones eficaces; debemos ser nosotros los genuinamente innovadores; debemos ser también nosotros audaces y certeros en el marketing; debemos ser nosotros quienes antes nos adaptemos a los cambios sociales, y debemos finalmente ser igualmente nosotros quienes mejor aprovechemos las oportunidades del mercado global.

Si, en vez de nutrir profesionalmente nuestra competitividad, nos instaláramos en la práctica de capturar y fidelizar a nuestros clientes mediante incentivos (o comisiones) para que nos compren, entonces aparecerían otros riesgos y amenazas. Aquí la casuística es muy diversa, y esta práctica puede acabar incorporando también sensible entropía a las organizaciones. Peter Drucker sostenía ya hace 20 años que comprar a los clientes no funciona, y seguramente lo seguiría sosteniendo hoy. (Y, por cierto, la entropía también se hace muy sensible cuando, quizá porque se desea vender la empresa, se pone más empeño en aparentar que en ser).

Observando los cinco puntos señalados, parece evidente que debemos apuntarnos a la innovación como proceso continuo; a la innovación de impacto, y no sólo en los productos y servicios, sino en todo aquello que permita generar en la empresa mejores resultados con menor esfuerzo (ser más productivos); a la innovación derivada de los cambios sociales, y esto antes de que lo hagan otras empresas; a la innovación de salto cuántico, radical, más allá de la mejora continua. Diríase que así nutrimos la competitividad y nos hacemos fuertes en el mercado, como que lo contrario nos debilita y nos lleva quizá de mal en peor.

Pensemos, por ejemplo, en la progresiva desaparición de las máquinas domésticas de coser (las de nuestras abuelas o madres). Empresas como Singer vieron bajar sus ventas, pero no luchaban décadas atrás contra otros fabricantes, sino contra el auge de la industria textil, contra la incorporación de la mujer al mercado laboral, y contra las crecientes alternativas que se le ofrecían para el tiempo libre (si es que les quedaba): la vida de la máquina de coser doméstica expiraba. El paso de la tecnología mecánica a la electrónica retrasó el final, pero el mercado iba a esfumarse…

Los fabricantes de papel carbón para copias se empeñaban en mejorar sus características, cuando ya se veía el fin, fruto de la llegada de las pequeñas fotocopiadoras a las oficinas. E igualmente desaparecieron las propias máquinas de escribir con la llegada de los ordenadores personales, como también se ha ido reduciendo, por ejemplo, el consumo de tabaco, por razones de salud. (Quizá parezca digresión, pero, aunque yo era muy joven, recuerdo que el consumo de tabaco se incrementó en la primera mitad del siglo XIX, con la aparición de las cerillas).

Al preguntarnos con qué o quién competimos, hemos de respondernos con suficiente perspectiva y amplitud de miras; de otro modo el futuro nos pillará a contrapié. El lector pensará que no necesita estas "teóricas", y yo les recuerdo que sólo trato de provocar sus reflexiones, seguro que más enfocadas y efectivas, sobre la competitividad y la innovación.

¿Cómo tomar la delantera? En seguida se pensará tal vez: "creando novedades inspiradas o apoyadas en el avance tecnológico". Pero recordemos que no toda la tecnología es TIC, ni toda la innovación es tecnológica (parece haber una obsesión en vincular la innovación con las TIC). También podemos inspirarnos, como sugeríamos, en la evolución demográfica, en los cambios de valores, hábitos, inquietudes…, en las nuevas leyes, en la globalización… En todo caso, hemos de asegurar la sintonía con el cliente-usuario de nuestros productos o servicios, y recordar que debemos introducir novedades idóneas y valiosas, tanto en lo que ponemos en el mercado, como en los procesos y métodos internos: esto último también nos hace más competitivos y lo sabemos bien.

Sí, la clave más segura de la competitividad parece ser la innovación más genuina, ya se inspire en la rápida evolución tecnológica, en la demográfica, en la social/cultural, en las nuevas regulaciones o en la globalización; pero se precisan personas expertas que piensen con acierto y profundidad en beneficio de su creatividad, y asimismo empresas audaces y capaces, que materialicen ágil y debidamente las nuevas iniciativas surgidas. Creatividad en las personas (directivos y trabajadores expertos) por un lado, y audacia y diligencia en la gestión empresarial por otro: ésta parece ser la vía; pero hay que insistir en ello, por si siguieran siendo asignaturas pendientes en algunas organizaciones.



Innovar es algo más

Desplegando su significado más genuino, innovar es, en la empresa, algo más que materializar la mejora continua, o incorporar nuevas tecnologías y prácticas emergentes. Apunta a procesos, productos y servicios, pero no sólo a eso. Se asocia a la creatividad, pero es un concepto más ambicioso. Puede exigir la existencia de áreas formales de I+D, pero especialmente una cultura ad hoc que catalice la expresión del capital humano. En la empresa, la innovación (como la formación) ha de ser un proceso y no un suceso, pero cada iniciativa ha de analizarse con perspectiva sistémica y amplitud/profundidad de miras, enfocando bien las expectativas y necesidades de clientes/usuarios tradicionales y potenciales.

En la historia de la innovación empresarial hay éxitos y fracasos, unos y otros aleccionadores, que podemos relacionar con la investigación formalmente orquestada (áreas de I+D), pero también con la audacia del empresario, con la creatividad de un individuo o un equipo, con la casualidad aprovechada (serendipidad), con la intuición genuina, con el pensamiento conectivo, rompedor, lateral, exploratorio, inferencial, analítico, sistémico, abstractivo… La aparición de una idea valiosa es un logro, pero es apenas el comienzo de un proyecto de innovación; en todo caso, el mercado sancionará finalmente el valor de cada iniciativa innovadora. Ray Kroc lo luchó mucho, y finalmente lo consiguió: tenía en McDonald"s más fe que los propios hermanos Dick y Mac.

Sin duda todos los trabajadores podemos ser más creativos, y deberíamos serlo en la economía del saber y el innovar: knowledge worker, thinking worker, learning worker, creative worker… Pero, en la empresa, la innovación ha de entenderse con dimensión corporativa y sistémica. Por decirlo de otro modo, todos podemos hacer cursos de creatividad, pero hay aspectos fundamentales de la innovación la catálisis, la evaluación de iniciativas, las grandes decisiones o la materialización que corresponden a la Dirección, en función de su estrategia, sus recursos, sus objetivos, su percepción del mercado… También la Dirección habría de practicar el aprendizaje permanente, y un curso de innovación se dirigirá típicamente a directivos y empresarios.

En efecto, también a empresarios y directivos apunta el lifelong & lifewide learning, y, como refuerzo de sus perfiles profesionales siempre perfectibles, pueden aprender siempre algo de las experiencias de las empresas más innovadoras; quizá, sobre todo, de cómo se despliega una cultura catalizadora (leamos a Robinson-Stern, Ekvall, Rydz…) de la innovación en la empresa. Podemos ser magníficos profesionales, pero siempre tenemos todos algo que aprender. Hemos de ser conscientes de que habrá éxitos y fracasos, porque no todas las novedades acaban resultando realmente valiosas para el negocio. Conocemos fracasos debidos a una idea desacertada, y también fracasos debidos a una mala gestión de una buena idea.

(No sé dónde leí que una persona de nivel A, con una idea de nivel B, tiene más posibilidades de materialización que un individuo de nivel B, con una idea de nivel A; pero esta reflexión, alimentada con el hecho de lo mucho que nos cuesta aceptar como buena una idea ajena, abriría una digresión y cierro por ello el paréntesis).

Hay veces en que creemos tener un nuevo producto de impacto, rompedor, superior a lo existente, y sin embargo el mercado lo rechaza: nos habrá pasado alguna vez, consecuencia quizá de un incompleto o erróneo análisis de las expectativas de los clientes. En otras ocasiones desarrollamos un producto, quizá fruto del avance tecnológico, y rechazamos nosotros mismos su comercialización por razones económicas…, pero la competencia ve nuevos clientes que nosotros no habíamos contemplado, y se hace con el próspero negocio. O desvirtuamos también en ocasiones la idea original, subordinándola quizá a intereses espurios.

Hablemos del fax, que es un ejemplo al que solía referirse Peter Drucker. Este aparato nos empezó a resultar familiar ya en los años 80 del siglo XX, cuando comenzaron a digitalizarse las redes telefónicas, camino de la denominada Red Digital de Servicios Integrados. De modo que dimos con el fax como un servicio adicional de las redes telefónicas digitales, junto al datáfono o la videotelefonía. Pero, ¿por qué les traigo esta historia?

El fax parece un caso de invento basado en las posibilidades técnicas, cuyo origen debemos situar en el siglo XIX y cuyo desarrollo se aceleró en la segunda mitad del XX. Las tecnologías que soportan el fax se desarrollaron sobre todo en Estados Unidos, pero el hecho es que el mercado se inundó pronto, en los primeros años 90, de terminales fabricados por compañías japonesas. Se diría que, en ver negocio en el fax, se adelantaron los japoneses y que así fue porque no sólo vieron esta nueva máquina como un complemento económicamente discutible del servicio telefónico, sino, sobre todo, como una alternativa al correo postal y al emergente negocio de mensajería.

También fueron los japoneses los artífices de la miniaturización (años 50) derivada de la aparición de los transistores en Estados Unidos. Fueron, sí, los fundadores de Totsuko (luego llamada Sony), Morita e Ibuka, quienes apostaron más decididamente por los nuevos dispositivos, llamados a sustituir a las válvulas de vacío de los primeros aparatos de radio y de televisión. A pesar de los ya referidos aciertos de los intuitivos directivos japoneses, a los americanos (también notablemente intuitivos: al parecer más que los europeos) no se les escapaban los negocios... Hablemos ahora, por ejemplo, de la televisión en color.

El desarrollo de la televisión en color (mediado el siglo XX) resulta igualmente aleccionador y tiene un protagonista singular en David Sarnoff, primer ejecutivo de RCA, según nos recordaban autores como John S. Rydz o Watts S. Humphrey. En Estados Unidos, CBS se había adelantado con un sistema de disco rotatorio que debían incorporar tanto las cámaras de TV como los aparatos domésticos; pero El General (así era conocido Sarnoff) estaba empeñado en que RCA liderara el mercado, y desplegó una estrategia idónea, cuyo recuerdo resulta oportuno.

Puede decirse que hubo dos grandes detalles en que Sarnoff pareció superar a William Paley, el ejecutivo de CBS: primero, decidió que el sistema de color debía ser compatible con los receptores de blanco y negro, de modo que todo el mundo pudiera recibir los programas: unos espectadores en color y otros en B/N; y segundo, RCA apostó por una tecnología audaz y plenamente electrónica, que pudiera evolucionar en beneficio de la calidad de la imagen. (Detalle este último importante: hemos de prever la evolución de cada nuevo producto o servicio, que, como sabemos, empieza a quedarse obsoleto desde su propio nacimiento).

Aunque CBS alcanzó la aprobación de su sistema por la Federal Communications Commission (FCC), Sarnoff recurrió la decisión y consiguió convencer a todos de la solidez y dimensión del proyecto de RCA. Era consciente de que tenía tres tipos de clientes: la propia FCC, a quien debía convencer de la superioridad de su sistema de color; la industria de difusión de TV, cuyas producciones llegarían tanto a los aparatos de color como a los ya existentes de B/N; y, desde luego, los propios usuarios de los nuevos aparatos, dotados éstos con un tubo que trabajaba con tres nuevos colores básicos (rojo, verde, azul). Había que convencer a los tres clientes, y tras este objetivo desplegó RCA sus fuerzas.

Todas las áreas de RCA debían dejar de pensar influidos por sus creencias e intereses, para ponerse en la piel de los clientes. Por ejemplo, los ingenieros de RCA pensaron, al parecer, que el tamaño de la pantalla debía ser reducido (10 pulgadas) porque de otro modo la profundidad del aparato sería excesiva para las dimensiones del cuarto de estar típico; pero los responsables de marketing supieron que los compradores preferían aparatos de mayor tamaño, y se acabaron sorteando las dificultades técnicas. Dicho de otro modo, todos los departamentos de la compañía debían dar prioridad a las expectativas y necesidades de los clientes.

En el caso de Coca Cola, se dio por sentado que los consumidores esperaban un nuevo sabor, más atractivo que el de Pepsi. "El problema de Coca Cola en frase del consultor Darrel Rhea fue que los técnicos del laboratorio tomaron el poder". Los responsables del marketing, superados entonces por los de Pepsi y quizá puestos en cuestión, debieron asegurarse de que los consumidores deseaban realmente un cambio de sabor. La innovación (en productos/servicios) resulta muy arriesgada cuando se hace a espaldas del mercado, o cuando se despliegan inferencias desbocadas (de las que ya nos alertó Argyris, por ejemplo).

Parecen lecciones de sentido común, pero aún hoy, en 2009, fallamos a veces en la identificación de los clientes, y de sus expectativas y necesidades: algo bastante arriesgado cuando nos proponemos ofrecerles una novedad valiosa. Ya Ted Levitt nos alertaba de que, a menudo, la función de vender podría estar respondiendo no tanto a la necesidad del comprador, como a la del propio vendedor. Este articulista habla siempre aquí (acéptenme la analogía) del tornillo y el martillo: el cliente tiene un tornillo y busca un atornillador, y el proveedor tiene un martillo, y todo le parecen clavos. No debo yo generalizar, pero temo que resulta más frecuente de lo que parece.

Un caso (que pude seguir de cerca) de cuestionable identificación de los clientes es quizá el de la llegada del e-learning con el acelerado desarrollo de las TIC en el panorama finisecular, y especialmente con la expansión de Internet. En realidad, el aprendizaje por ordenador nos llegó en los años 80, en la etapa off line, cuando los docentes utilizábamos herramientas de autor para llevar al PC algo parecido a la enseñanza programada impresa que habíamos conocido previamente; pero es verdad que la etapa on line trajo la aparición de campus virtuales y la asunción por los tecnólogos de la producción de cursos multimedia e interactivos. A mi modo de ver, la ventaja entre una producción realizada por docentes para discentes, frente a la realizada por técnicos de producción para clientes (responsables quizá de las áreas de formación de las empresas), es que los docentes manejan significados, y los técnicos, significantes y efectos especiales.

Ya en el escenario neosecular, los proveedores de e-learning se asociaron en Madrid (APeL) y Barcelona (Aefol) para impulsar el papel de las TIC en la formación continua (quizá hubiera alguna otra iniciativa, como el denominado Círculo de Consultoras de Formación). Desde entonces, lo cierto es que se viene admitiendo que los cursos de e-learning platafórmico, multimedia e interactivo, no han generado aprendizajes suficientemente significativos, y hoy buena parte de esta actividad de formación se orquesta amparada en dineros públicos, con una calidad-efectividad generalmente modesta.

He traído este ejemplo para subrayar, como hacen los expertos, la importancia del usuario final en los esfuerzos de innovación. Habíamos también hablado de Singer y las máquinas de coser domésticas; bien pues, se fueron introduciendo mejoras en los modelos fabricados, no porque las demandaran los usuarios (amas de casa, en este caso), sino porque, al parecer, las pedían los vendedores para lucirse con las posibilidades ofrecidas, en las presentaciones del producto. Esto no mejoró las ventas, y Singer hubo de dar el salto cuántico de la mecánica a la electrónica para mantener el negocio. En el sector del e-learning corporativo, el profesional aprendedor no necesita alardes tecnológicos vanos, sino información idónea en fondo y forma, sencilla de traducir a conocimiento valioso y aplicable.

En su toma de decisiones, la Dirección de las empresas innovadoras no puede, por norma, dar por buena la información que llega de sus distribuidores, vendedores, ingenieros e intermediarios en general, sino que ha de acceder, lo más directamente posible, a usuarios o consumidores finales para identificar y satisfacer sus expectativas, explícitas o implícitas. Cuando el caso lo requiere, en estas empresas innovadoras cada departamento implicado (I+D, marketing, producción, ingeniería, posventa…) se ha de relacionar directamente con el cliente o usuario final, para asegurar el acierto en las decisiones.

Al releer estos párrafos antes de su publicación, he recordado otro caso curioso. Masaru Ibuka convenció, 30 años atrás, a Akio Morita de las posibilidades del Walkman, una de las innovaciones exitosas más llamativas en el campo de la electrónica; sin embargo, los ingenieros de Sony no mostraron la más mínima confianza en el éxito de la iniciativa. Aún hoy, en la empresa se diría que a todos nos cuesta dar por buenas ideas o intuiciones ajenas; a los directivos, las de los subordinados, y a éstos, las de aquéllos.

Estudiar determinados casos de innovación empresarial resulta ciertamente aleccionador, porque son muy valiosas y diversas las conclusiones: Diebold, Inditex-Zara, Raytheon-Amana, Totsuko-Sony, Coca Cola, Velcro, RCA, Singer, Helena Rubinstein, McDonald"s, Eisai, Ikea… Dejen que dedique unas líneas a aquella singular mujer, Chaja (Helena), nacida el día de Navidad de 1870 en el seno de una familia judía de Cracovia.

No había por entonces siquiera productos especiales para la higiene personal, pero su madre, Gusta, cuidaba su cutis y el de sus hijas con una crema facial: la que utilizaba una famosa actriz amiga de la familia, H. Modjeska. Cuando sus padres buscaron un marido para la joven Chaja, ésta rehusó casarse con él (mucho mayor que ella, que contaba 18 años entonces), lo cual la llevó a vivir con su tía Rosalie. Pronto se mudaría a Viena, con otra tía, donde se interesó por la dermatología, y unos años después decidió viajar a Australia, a vivir con su prima Eva.

Podrá pensarse que las circunstancias llevaron a Helena Rubinstein a dedicarse en Australia a la cosmética, disciplina a la que se aplicó con empeño para crear doctrina y modificar creencias; pero sólo sus fortalezas personales, intuición incluida, explican el éxito alcanzado, especialmente en Europa y América. Pionera en los cuidados de la piel con inspiración clínica, como en los tratamientos antienvejecimiento, llevó la cosmética a las clases altas y medias. Fue la primera en distinguir tres tipos de piel: normal, seca y grasa. Helena Rubinstein modificó hábitos en el cuidado personal de las mujeres.

La rivalidad entre Helena Rubinstein y Elizabeth Arden fue incluso más feroz que la también legendaria entre Joan Crawford y Bette Davis (estrellas de Hollywood de singular talento). Quizá el resultado fue una competencia en el negocio de la cosmética de la que el mercado se benefició, pero no parece que fueran muy felices en sus vidas personales, a pesar de llegar de la pobreza al inmenso éxito económico. Se odiaron, al parecer, intensamente a lo largo de sus vidas, por cierto bastante "paralelas", y evitaron verse a pesar de establecerse muy cerca, en Nueva York. Otras rivalidades fueron quizá menos personales pero también muy estimulantes profesionalmente: Goizueta y Enrico, Sarnoff y Paley… Evitamos ejemplos de nuestros días y nuestro entorno.

¿Qué destacar del caso de Zara, en nuestro país? Décadas atrás, la moda en el vestir era un problema para los clientes (alta calidad y precio, pero vigencia limitada), y constituía también un serio condicionante para los empresarios del sector. Los clientes con suficiente poder adquisitivo adquirían sus prendas al principio, y otros clientes esperaban a las rebajas, ya con un margen reducido para las tiendas. Entonces apareció Zara para cambiar las reglas.

La primera tienda Zara abrió en 1975, en La Coruña. Hoy, unos 200 diseñadores se encargan de crear moda para que el cuidado sistema logístico de la compañía la haga llegar a las tiendas en plazo breve. Zara vende moda en el vestir a precio asequible, y se renueva constantemente. La estrategia de la marca es incentivar las compras compulsivas y hacer saber al cliente que, cuando vuelva, habrá cosas nuevas. Zara se ocupa más de crear valor para el cliente que de reducir costes, y la mitad de su producción sale de fábricas propias en España, Portugal y Marruecos. Sí, a menudo se consolidan reglas y creencias en los mercados, que hemos de poner en cuestión.



Áreas de innovación

Enseguida termino, pero hemos de subrayar también la existencia de otras áreas de innovación, además de los productos y servicios. En conjunto, Vadim Kotelnikov nos invita a innovar en áreas tales como:

Los productos y servicios ofrecidos.
Los procesos funcionales.
Las relaciones con los clientes.
La gestión de la propia innovación.
El sistema de aseguramiento de la calidad.
El sistema de dirección o gestión empresarial.
Las técnicas de producción.
La gestión de la información y el conocimiento.
La cultura organizacional.
El aprovechamiento del capital humano.

Y, desde luego, la propia reconsideración de la estrategia de negocio o de empresa, puede traer asimismo novedades que nos hagan más fuertes en nuestra condición de competidores; que nos hagan diferentes y especialmente atractivos para un segmento del mercado. Ikea es diferente, Zara es diferente… Hemos de ser funcionalmente óptimos, a partir de la estrategia y las metas formuladas; pero también cabe revisar periódicamente cómo ser diferentes y atraer la atención del mercado.

Debo haber agotado la paciencia del lector, si es que ha llegado hasta aquí. No es que pueda ponerse ya el punto final, pero de todo esto se puede hablar muchísimo, y los empresarios lo harán con más rigor, junto a sus colaboradores más próximos. Este articulista ha aprendido algo estudiando casos reveladores, cuyo análisis no ha de quedarse en la superficie; pero ha tomado conciencia de que siempre hay mucho más por aprender.


Contenido enviado por: Pepe
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Que opina? 13 Razones Para Trabajar Como Freelance - 23/10/2012 11:55:30

" ¿Alguna vez te has imaginado no tener que escuchar constantemente a tu jefe decirte que tienes que hacer tal o cual cosa adicional al trabajo que tenías programado hacer, o que incluso te pida cambiar tu horario de trabajo?
Estos son sólo algunos de los detalles que tienes que aguantar mientras eres un empleado. Tener un negocio propio es el objetivo que está en la mente de muchos trabajadores, pero la verdad solo unos pocos lo alcanzan.
Las razones pueden ser variadas, pero quizás la más importante de todas es el hecho de que muchos no creen que podrán tener éxito. Pero estas razones no surgen de la nada ni por pura inconformidad en la mente, en este artículo verás las 13 razones por las que debes trabajar como un profesional independiente (autónomo), y descubrirás que este estilo de vida tiene mucho más factores positivos que negativos.
¿Por qué no pueden todos trabajar por cuenta propia?
Tener un negocio propio cuando se hace de la forma correcta tiene muchas ventajas, pero también conlleva mucha dedicación, persistencia, organización personal y creer mucho en ti.
Por desgracia, no todo el mundo puede tener estas capacidades y, finalmente, el resto de su vida trabaja bajo las órdenes de alguien y consideran que alguien más es quien debe pensar lo que deben recibir. A veces la gente se frustra porque nunca han tenido tiempo para hacer lo que realmente les gustaría haber hecho en sus vidas y siempre culpan la falta de tiempo para hacerlo.
El trabajo debe ser algo que nos de placer y no considerarlo tedioso ni algo que te hace perder el tiempo. Pero eso parece muy improbable ver a alguien que trabaja para otra persona con la sujeción a las horas que esta persona decida.
En este artículo espero demostrar todo lo positivo que un trabajo como freelancer puede tener, ayudándote a perder el miedo a trabajar por tu cuenta.
1. Define lo que harás en tu negocio
Trabajar como freelance bien podría ser sinónimo de libertad. En mi opinión, este es el punto que más motiva a muchos a trabajar por su cuenta. Tonto el que piensa que tener tiempo libre significa que puedes pasar la mañana en la cama y conseguir el resto del día sin hacer nada.
Establecer tu propio tiempo de trabajo significa trabajar las horas que quieras de tu tiempo. Tienes que cumplir ese momento de manera sagrada y cumplirlo como si fuera un trabajo convencional o sino correrás el riesgo de que cuando te veas sin dinero tendrás que trabajar un fin de semana cualquiera. Tendrás que hacerlo por tu empresa, que no esté eso nunca en duda, pero en este caso puedes decidir cuándo y cómo hacerlo.
2. Obtienes el 100% del beneficio de lo que tu negocio genera
¿Alguna vez has tratado de averiguar cuánto genera la empresa donde trabajas como empleado y la cantidad que recibes al final del mes? Si aún no, te aconsejo a que no lo hagas, puede ser muy desmotivante para ti como empleado.
Es frustrante ver que a veces sólo recibes menos de un 5 a 10 por ciento de lo que genera la empresa. Cuando trabajas como freelance, lo que estás generando es para ti. Por supuesto, asumes el riesgo si el negocio va mal, hay que invertir, etc. Pero habrá que tomar decisiones. Por eso pregúntate a ti mismo, prefieres trabajar toda una vida para recibir sólo una pequeña parte de lo que produces o ganarte todos los beneficios, incluso con algún riesgo?
3. Trabajas donde quieras
Imagínate el día de un empleado en una oficina: despierta, toma el desayuno, enciende el coche y se va a la oficina. Y pasa gran parte de su tiempo encerrado en un cubículo de unos pocos metros cuadrados, a la espera de algunos días de vacaciones para poder pasar tiempo al aire libre.
A menos que decidas tener un establecimiento permanente, trabajando como freelancer puedes establecer la ubicación en la que deseas presentar tus productos o prestar tus servicios. Una cafetería con terraza exterior en un banco del jardín o incluso en otra ciudad lejos de tu residencia, en cualquier lugar que sirve de luz para tu ordenador portátil o teléfono móvil.
4. Defines el futuro de tu negocio
Una de las cosas que llevan poco a poco a muchos abandonar su empleo es la incapacidad para definir la dirección que la empresa este tomando. Regularmente existen problemas que creían poder visualizarse y solucionarse de una forma programada, pero no pueden realizar ninguna acción porque siempre dependen de que se autorice ya sea por el gerente o dueño de la empresa.
La verdad es que al tener tu propio negocio eres tu quien decide qué se debe hacer para que tu trabajo sea más productivo. El control de los gastos y la toma de decisiones dependen sólo de ti mismo, y esto da una sensación de libertad que seria imposible de lograr si se trabaja para otro.
5. Crecimiento mas rápido como profesional
Al crear tu propia empresa también pondrás más responsabilidad sobre tus hombros, ya que ante el más mínimo error no puedes culpar a otro por ello, tu eres siempre el responsable. Al tener esta mayor responsabilidad en última instancia, requieres mucho más de ti, obligándote a ser más atento a tus actitudes.
Este nuevo peso que tienes en tus hombros, aunque parece bastante estresante al principio, la verdad es que te permite crecer como profesional mucho más rápido, que si lo tuvieras como empleado. Esta atención extra tendrá que hacerte sentir la necesidad de aprender más para poder estar un paso por delante de sus competidores. Trabajar como autónomo aumenta tus responsabilidades, pero sin duda también aumentan (y mucho) tu capacidad para trabajar.
6. Aumento de la productividad
Como mencioné en el punto anterior, llevar tu propio negocio incrementa tus responsabilidades, y también provoca otro factor: la proactividad creciente. Con todas las demandas de que serás objeto, tendrás que aprender a no tener siempre a alguien que te diga lo que debes hacer, tendrás más iniciativa y serás menos dependiente de las órdenes de alguien más.
Ser proactivo es sin duda una de las grandes armas de las personas de éxito, que saben que para llegar a la cima en cualquier área que sea, dependerá en gran medida por su cuenta, de su deseo de alcanzar ese sueño.
7. No corres el riesgo de ser despedido
Cuando hablas acerca de cómo crear tu propio negocio con otras personas, la frase principal que he oído, y no pocas veces, es: ""¿Por qué no sigues trabajando en tal empresa, ahí tienes tu sueldo a fin de mes y puedes crecer económicamente con el tiempo."" ¿te parece familiar?
Pues bien, esta frase tiene dos cosas que cualquier exitoso profesional independiente o empresario no se ponen de acuerdo: la primera es que el crecimiento no se debe hacer ""con el tiempo"", porque todo el que cree que así es, es susceptible a ningún progreso en el trabajo, la segunda es que, hoy más que nunca, el salario no es una cosa segura al final del mes.
Nadie te garantiza que a partir de hoy para mañana continuarás en tu puesto de trabajo. Si trabajas como freelance, simplemente no harás un montón de dinero si no puedes mantener tu negocio. La responsabilidad es tuya y decidirás tu futuro, y podemos garantizar que tu trabajo tendrá siempre éxito si lo haces con dedicación, esfuerzo y amor.
8. Creas tu propia red de contactos
Ser un profesional independiente significa, al menos inicialmente, ser el encargado de toda tu red de contactos, ya que en realidad vas a vender un producto o un servicio y alguien tendrá que buscar a cualquier persona interesada en él. Esta misma red de contactos es una garantía de que puedes vender más del mismo producto, creación de vínculos que pueden ser muy beneficiosos para el futuro de tu negocio.
9. Mayor reconocimiento
A menudo vemos excelentes productos en el mercado, pero no tenemos idea de quién está detrás de todo esto, sólo sabemos que fue producido por la empresa X. Cuando trabajas como freelance y haces un buen trabajo, terminas con todos tus créditos de esa iniciativa, abriendo nuevas puertas para que los proyectos más atractivo y gratificante económicamente y profesionalmente lleguen a ti.
10. No tienes que aguantar a un jefe
A veces, las tareas que no le gusta hacer a un jefe son las que te pide que la hagas tu. También tienes que lidiar con los cambios de humor que pueda tener, en última instancia, arruina tu día.
Un buen jefe te puede llevar al éxito, pero uno malo puede arruinar su autoestima. En tu propio negocio eres tu líder, das tus propias órdenes y tratas de encontrar la mejor manera de motivarte.
11. No tienes que pedir aumento
Si tu negocio crece, tus ganancias crecen con él. Nada más simple que eso. Si tu negocio crece 50% al año, tus beneficios se reflejarán en ese aumento. ¿Con qué frecuencia ocurre esto en un trabajo normal? Es raro.
12. No tienes problemas con las vacaciones
Planificar el período de vacaciones con tu jefe es siempre un tema aburrido. Se puede tomar una semana aquí y allá, y algunas veces se corre el riesgo de quedarte sin tus vacaciones.
¿Qué harías si ya trabajarás como freelance? Podrías optar por los días que quisieras para tomar las vacaciones sin tener que justificar nada a nadie. Esta libertad consiste en que puedes ir a trabajar más feliz, y por lo tanto, producir más y mejor.
13. Eres mas feliz
Es cierto que toda esta libertad da la oportunidad de aumentar tus beneficios o que tu nombre sea reconocido. Te hace sentir más satisfecho con tu trabajo, aumentando las posibilidades de éxito en tu área. Poder ser el dueño de tu tiempo y de tí mismo es sin duda una de las claves de la felicidad.
¿Aún te quedan dudas?
El miedo es, en la mayoría de los casos, el factor principal que impide a las personas alcanzar el éxito. Las causas de no creer en ti mismo, aumenta las posibilidades de fracaso.
En el artículo que acabas de leer, te di varias razones por las que debes tomar el riesgo y trabajar como un profesional independiente o autónomo, y aunque existen riesgos asociados, la verdad es que tener un negocio propio también tiene sus puntos buenos y cuando esto se logra, puede cambiar completamente tu vida. ¿Pensado en trabajar como freelance?
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Es Noticia, Ganar un concurso - 09/04/2012 10:44:01

"Cuando se sopesa la idea de presentarse a un concurso público suele rondar por la cabeza una pregunta: ¿merece la pena el esfuerzo empleado en recopilar toda la documentación requerida por la Administración, invertir tiempo en la tramitación (y dinero en algunos casos) y armarse de paciencia para conseguir un contrato público? La respuesta es sí.En primer lugar, porque poner en tu currículo que uno de tus clientes es la Administración pública te dará prestigio y notoriedad. Además de la publicidad que conlleva.Por otro lado, las Administraciones públicas son pagadores buenos y seguros. Buenos porque las cuantías de los presupuestos de los contratos resultan habitualmente generosas. Y seguros porque suelen ser relaciones profesionales continuas; si tu empresa mantiene el servicio con calidad y a buen precio, la Administración volverá a renovarte el contrato.Y, por último, no olvides que lograr un contrato público te abre las puertas a otros, tanto públicos (de hecho, es un criterio de valoración muy importante) como privados.Ahora o nuncaSi has pensado en licitar alguna vez, ahora es el momento. El próximo mes de mayo entrará en vigor la nueva Ley de Contratos del Sector Público, que aporta una mayor transparencia y agilidad en los farragosos papeleos burocráticos con el fin de facilitar el acceso a las convocatorias."Existen empresas que por ser pequeñas y no haber concursado nunca piensan que no van a conseguir la adjudicación. Es un error. No se pierde nada por intentarlo", afirma Marina Bernaldo de Quirós, responsable de producción y documentación de concursos de Maninvest, empresa especializada en licitación pública. "Contratos públicos existen para todo tipo de empresas: pequeñas, medianas y grandes. Pero creo que la de tamaño medio es la que mejor cumple los requisitos y la que mejor se adapta a los requerimientos de la Administración", añade María Arnedo del departamento de asesoramiento de Subastas y Concursos, empresa especializada en información y asesoría en la contratación pública.Los pasos a seguir Te presentamos el manual del buen concursante: una serie de pasos que debes seguir al presentarte a un concurso. Clasificación. Esta fase define tu ámbito de contratación y concentra el 90% del papeleo y la burocracia. La clasificación de contratistas es un requisito indispensable para poder optar a la contratación de obras y servicios de presupues- to superior a 120.000 euros (ver cuadro sobre la nueva Ley). "Se valora la experiencia de la empresa en la ejecución de contratos de características similares. También se tiene en cuenta su personal técnico, maquinaria y medios económicos. Aspectos que por supuesto debe acreditar documentalmente", explica Eugenia Alberti, del área de tramitaciones de Maninvest.La clasificación, concedida por la Junta Consultiva de Contratación Administrativa, dependiente del Ministerio de Economía y Hacienda, ubica a la empresa en una categoría, dentro de un grupo y un subgrupo, en función de los parámetros antes mencionados. Cuanto mejor sea la categoría obtenida, podrás optar a más y/o mejores concursos. La clasificación se tramita entre uno y dos meses y es de duración indefinida, aunque cada año se justifica la solvencia económica y financiera y cada tres, la técnica y profesional. Contratos sin clasificación. Hay muchos contratos que no necesitan clasificación, como los de suministros; los concursos de obras y servicios con presupuestos inferiores al definido anteriormente; los de servicios financieros; los de ocio, tiempo libre, cultura y temas artísticos; los de formación y, por último, las consultorías que requieren asistencias técnicas. Información. Diariamente se convocan unos 280 concursos. Y todos se publican en los boletines oficiales (estatales, autonómicos, locales, europe- os...). Selecciona los que realmente sean acordes con tu actividad, pero sobre todo con la clasificación obtenida. Existen buscadores especializados que envían a diario por e-mail todos los concursos publicados relacionados con la actividad y categoría obtenida. Preparación. Como orientación y punto de partida, estudia otras convocatorias anteriores similares al concurso que has seleccionado y conoce a tu competencia, es decir, a las empresas que se han presentado otros años y a las que han ganado.Los plazos de solicitudes. Los concursos más urgentes suelen tener un plazo de ocho días; los menos, de hasta 52. Pero lo habitual es contar entre 15 a 20 días para prepararlo todo. Eso sí, recuerda que siempre es mejor esperar a la siguiente convocatoria que ir con prisas. "Existen muchos fallos (algunos provocan la exclusión del concurso) por no leer correctamente los pliegos de condiciones", aconseja Juana Molero, del departamento comercial y de atención al cliente de Subastas y Concursos. Los pliegos incluyen toda la información que necesitas para presentarte a un concurso (plazos, contenido, criterios de valoración...). Siempre te van a pedir la documentación sobre la capacidad profesional, económica y fiscal de tu empresa. Mantenla al día. Presentación. La forma de tramitar la documentación se especifica en los pliegos de condiciones. Actualmente, en muchos concursos, la Administración solicita la denominada garantía provisional, un filtro para evitar que las empresas acudan al concurso sin un objetivo serio. La garantía provisional es el 2% del importe de la licitación que se debe depositar mediante aval bancario, seguro de caución, cheque nominativo o ingreso en la cuenta del organismo (ver cuadro sobre nueva Ley). "Ese importe le permite saber a la Administración que el lici- tador mantiene su oferta. Es su garantía de que va en serio", explica Marina Bernaldo. La fecha. La apertura de ofertas es un acto público al que acuden las empresas participantes. A las que son rechazadas, se les concede un plazo de tres días para subsanarlos. Adjudicación. En el plazo de 30 días se notifica la oferta ganadora. Si no lo has conseguido, vuelve a probar. "La actitud es seguir intentándolo. Y aprender de ello. Los competidores siempre están pendientes entre sí y resulta interesante porque son datos que les dan pistas sobre qué pueden mejorar", confirma la responsable de concursos de Maninvest. Si lo ganas, ¡enhorabuena! Como adjudicatario del concurso, además de cumplir con el mismo, adquieres una nueva obligación. "Después de la adjudicación, la Administración devuelve la garantía provisional al resto de licitadores y al ganador del concurso le exige la garantía definitiva, que es el 4% del importe de la adjudicación (ver cuadro de la nueva ley), no de licitación, es decir, del precio final por el que se va a realizar la obra, suministro o servicio", concluye Marina Bernaldo.
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Noticia, Schemer , nuevo motor de recomendaciones de actividades - 09/12/2011 3:00:08

" Quien no encuentre actividades que hacer en su tiempo libre es porque no quiere, porque opciones para conocer actividades si que las hay, y en un futuro podemos contar también con Schemer, un nuevo motor de recomendación social de actividades lanzada por Google, de manera independiente al resto de los servicios de Google. Por ahora el acceso es sólo por invitación, y además de solicitarla, tendremos que añadir a Schemer a nuestros círculos de Google+, ya que es requisito tener cuenta de usuario en esta red social de Google.
De momento no sabemos mucho de este servicio pero la idea que hay detrás es la de recibir recomendaciones de manera personalizada en función del área de nuestro interés y de las actividades que hayamos realizado previamente. De esta manera, en función de las recomendaciones que recibamos, elegiremos aquellas que más nos interesan, donde además las podemos promocionar para conocimiento de nuestros amigos y resto de contactos, que podrán sumarse a las mismas. Cuando hayamos realizado dichas actividades que nos interesan, podemos marcarlas como completadas, de manera que el sistema aprenda de nuestros intereses y mejore las recomendaciones que recibamos.
Para el lanzamiento de este servicio, se cuenta con la participación de una serie de empresas y medios, como Lifehacker, National Geographic o Rolling Stone, enumerados todos en el mismo post de Google+ donde se anunció hace pocas hora el lanzamiento de este servicio.
De momento hay pocos usuarios que han probado el servicio, por lo que sabemos de ellos que se ofrecerá a través de la web, aún no se sabe nada si dispondrá de versión para terminales móviles. El motor de integrará también dentro de Google+, y quien sabe si puede ser un completo competidor ante las opciones de eventos que actualmente existe en Facebook, donde en la actualidad no cuenta con motor de recomendaciones de actividades, siendo los usuarios quienes de manera manual crean dichas actividades.
De momento al resto nos toca esperar, ya que el video publicado, disponible desde hace pocas semanas en YouTube, tampoco nos dice mucho:
Enlace: Schemer | Vía: Mashable
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Interesante, Plan de negocios de Turismo - 31/07/2011 12:11:08

" A continuación te presentamos un plan de negocios de turismo. Especificamente, un plan de negocios para turismo de aventura, donde se ofrecen deportes en el exterior o en campo abierto.
Plan de negocios para Turismo
Si lo tuyo es el deporte y la naturaleza, ¿por qué no sacas partido a estas aficiones y creas un negocio de turismo activo?
Este sector ofrece numerosas oportunidades porque aún está en pleno desarrollo. Su expansión en México comenzó a mediados de los años 90, y desde entonces ha recibido diferentes denominaciones: turismo alternativo, de aventura, de ocio y tiempo libre, deportivo, ecoturismo, etc. Su auge coincidió con el del turismo rural, momento en que comenzó a extenderse por todo el país.
Para más planes entre a la sección de planes de negocios.
Plan de negocios de turismo: Clientes
Si te decides a montar una empresa de turismo activo, además de elaborar un plan financiero, es muy recomendable que hagas un análisis de mercado para ver las oportunidades que ofrece éste, quién va a ser tu competencia, cómo puedes captar a tus clientes, qué servicios son los más demandados, etc.
Plan de negocios de ecoturismo: Competencia
Aunque en el turismo activo todavía hay huecos para nuevos emprendedores, lo cierto es que la competencia ya es abundante. En los últimos años se ha producido una excesiva proliferación de las actividades de éxito, como el descenso en canoa, en detrimento de otras menos rentables como el senderismo o la escalada. Esto ha provocado un empobrecimiento de la oferta y una excesiva competitividad que en muchos casos genera un efecto de caída de precios poco aconsejable.
La mejor forma de diferenciarse de la competencia es ofrecer calidad, cuidar la imagen del negocio y dar un trato personalizado y exquisito a los clientes. Para mantenerse hay que saber diferenciarse de los competidores, que cada vez son más, ofreciendo servicios con un valor añadido.
Plan de negocios para turismo deportivo: Mercadotecnia
¿Quiénes serán tus clientes? Para triunfar en este sector lo mejor es dirigirse a colectivos (colegios, asociaciones, empresas, etc.) ya que captar a particulares es más costoso, dejan una rentabilidad menor y su demanda esmenos continua. También se recomienda dirigir nuestra oferta hacia grupos: Los campamentos para niños son las actividades que más ingresos generan, junto con los viajes de incentivos para compañías, un servicio cada vez más demandado que suele llegar a través de empresas de organización de eventos, las cuales subcontratan la realización de estas actividades.
Como en casi todos los negocios, la mejor forma de captar clientes en el turismo activo es la recomendación de boca en boca. Pero eso no va a ser suficiente. Uno no puede quedarse de brazos cruzados esperando a que le vengan los clientes. Hay que salir a la calle a buscarlos y ofrecer tus servicios trabajando las 24 horas del día con el móvil en la mano. Hay que utilizar todos los medios posibles: buzoneo, anuncios en fiestas, publicidad en revistas de aventura, etc. Eso sí, la inversión en publicidad no la dediques a los grandes medios porque, en este negocio, no es efectiva. En cambio, un medio barato y que ofrece grandes posibilidades es Internet, así que crea una web de tu empresa e intenta estar presente en buscadores, portales especializados, etc.
Plan de negocios de negocio de turismo: Proveedores
Los proveedores de estos negocios son empresas de venta de equipos y material, de alquiler de coches, de transportes, compañías de seguros, hoteles y otros centros con alojamiento, empresas de restauración, etc. Aunque puedes ir renovando tu cartera de proveedores, te conviene tener algunos fijos y cuidarlos, porque muchos de tus servicios los vas a subcontratar y así podrás pactar mejores condiciones. Normalmente se les localiza por referencias personales o en directorios de empresas especializadas. Otra vía recomendable son las asociaciones, las cámaras de comercio, etc. En todo caso, da por hecho que a los proveedores tendrás que pagarlos por adelantado, así que controla tu liquidez e intenta negociar con ellos un aplazamiento en caso de que algún cliente no te vaya a pagar hasta pasado un tiempo.
Plan de negocios de turismo de aventura: Personal
En el capítulo de personal, también tendrás que subcontratar determinados servicios para no lastrar tu presupuesto con demasiados gastos. Por ejemplo, no es necesario que tengas en plantilla todos los monitores que vas a necesitar. Lo normal es realizar contratos temporales en función de las actividades contratadas, o derivar a empresas especializadas aquellos servicios que no puedas asumir.
Plan de negocios de sector turismo: Problemas
Sea cual fuere la actividad que elijas, ten presente que vas a tener que enfrentarte con algunas dificultades. El intrusismo es un problema muy serio, cualquiera puede montar una empresa y ofrecer al cliente lo mismo que tú, que has invertido tiempo y dinero en formarte y tienes más experiencia, pero a un precio menor porque descuida la calidad de los servicios.
Según la actividad a la que te dediques, necesitarás contar con monitores de tiempo libre, técnicos deportivos (de montaña y para actividades acuáticas), personas para atender al público si existe venta directa, etc. Este personal no es muy abundante y además se dedica estacionalmente al negocio, por lo que vas a tener que moverte para conseguir un grupo lo suficientemente amplio y diverso para poder atender tu negocio. Además, ten en cuenta que cada vez más comunidades autónomas están empezando a exigir una cualificación y titulación específica para las personas que realizan estos servicios.
Que no se te olvide que tu trabajo será amenizar el ocio de los demás en detrimento del tuyo propio. En este negocio no existen horarios, ni fines de semana ni vacaciones…Pero si te gusta lo que haces y además lo haces bien, trabajar en ello será una excelente inversión de futuro.
Planes de Negocios Turismo: Analisis financiero
Abajo puede ver el análisis financiero del primer año de operaciones de un negocio de turismo. Este plan de negocios turismo está cotizado en euros, sin embargo, puede simularlo en pesos y determinar el flujo del dinero en las operaciones del restaurante.
DESCARGAR
Plan de Negocios de Turismo: Cómo Terminarlo
En 100 Negocios, siempre hemos dicho que el plan de negocios exitoso es aquel que elabora por su cuenta. Esta bien usar uno como este como base para empezar, pero al final de cuentas, tiene que hacer su trabajo: investigar proveedores, precios, costos, ubicaciones, hacer su estudio de mercado, analisis de competencia, y su propio analisis financiero. Todo esto lo enseñamos en el curso de CEUN 2.0, "Como Empezar un Negocio". Le recomendamos checar este curso con su versión gratuita, y usarlo para desarrollar su propio plan de negocios de turismo.
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