viernes, 7 de marzo de 2014

Soluciones financieras para tu PyMe y qué si trabajamos más…. Cada vez estamos peor?

Información: Soluciones financieras para tu PyMe - 21/01/2014 1:27:38

Soluciones financieras para tu PyMe

28 AGO 12 Por: Claudia Chumbe ...
Autor: No DefinidoFuente: Soyentrepeneur.com
Controlar la economía de un negocio nuevo es una labor difícil. Te presentamos 7 soluciones a tus finanzas como emprendedor.
¿Quieres formar tu propia empresa pero aún no tienes claro cuáles son las mejores opciones para invertir tu dinero? ¿No sabes si comprar un local o mejor arrendar? ¿No sabes si es mejor pedir un préstamo o utilizar todo tu capital?
O quizás el escenario sea otro: posiblemente ya tengas tu PyMe armada, pero a pesar de recibir ganancias, tienes problemas con los retrasos en los pagos de algunos de tus clientes.
Tal vez realizaste una mala planificación en tus devoluciones de crédito, o te falta efectivo para la ampliación de tu negocio.
Son muchas las dudas que acechan a quien empieza, o ya está en medio de una empresa. Todo lo que se relaciona con la economía de tu organización debes tratarlo con el máximo de cuidado, y tener muy claro cuáles son tus mejores opciones.
Para que todas tus dudas se aclaren, te presentamos siete soluciones a tus finanzas como emprendedor.
1.- Capital a invertir: siempre necesitarás contar con un mínimo de capital para invertir. Algunos expertos recomiendan que tu inversión sea al menos la mitad de toda la inversión necesaria, así harás que tu empresa sea solvente desde un principio.
Ten en cuenta que, aunque tengas todo el dinero que necesitas para comenzar, los expertos recomiendan acudir a la financiación bancaria, en la proporción necesaria, para que las cuotas a pagar puedan ser absorbidas sin problemas por los flujos generados por la propia actividad, manteniendo parte del capital propio como un colchón ante posibles necesidades circulantes.
2.- Problemas de liquidez: realiza un análisis de gastos y costos para comprobar si existe un problema estructural, o bien un problema de gestión de cobros. Debes ajustar las piezas de tu negocio para que comience a generar suficiente beneficio y liquidez, ya que el buscar financiamiento para mejorar tu liquidez sólo te reportará más problemas en el futuro.
3.- Solución a tus deudas: ante la falta de liquidez puedes renegociar tu deuda cambiando la estructura de ésta, pasándola de corto a largo plazo, de esta forma reducirás la cuota. También puedes solicitar una cuenta de crédito, que es un crédito a corto plazo por el que el banco pone a tu disposición la cantidad acordada en una cuenta de crédito para que dispongas de ella a medida que la necesites.
4.- Invierte en bienes inmuebles: esta opción es una de las mejores si buscas tener un respaldo económico en caso de necesidad, pero debes revisar si las condiciones financieras de los préstamos permiten entregar un bien inmueble como alternativa al pago de un alquiler.
5.- Préstamos hipotecarios: es recomendable pedir un crédito hipotecario para financiar parte de la compra y no inmovilizar todos los recursos propios que puedan ser urgentes y útiles para la empresa en un momento determinado.
6.- Clientes morosos: es necesario tomar medidas previas con un nuevo cliente, como son los informes de solvencia, los análisis del volumen de riesgo/crédito que se quieren tomar por parte de la empresa respecto del posible cliente, la correcta utilización de documentos mercantiles para el cobro, una correcta emisión del documento factura, el uso de fórmulas para trasladar el riesgo de impagados, con factoring, seguro de crédito, aval bancario, y llevar un eficaz sistema de seguimiento de la deuda pendiente de cobro.
7.- Exceso de deuda: esto se conoce como apalancamiento financiero, y consiste en buscar un aumento de la rentabilidad del negocio con deudas. Es recomendable, cuando el coste de capital de los recursos financieros ajenos es inferior a la rentabilidad que se puede obtener del negocio (efecto expansivo). Esta fórmula permite un crecimiento más rápido, ya que en ausencia de recursos económicos propios, la financiación ajena nos permite invertir más en el negocio y obtener mayor rentabilidad.
Fuente Artículo

Información: ¿Por qué si trabajamos más…. Cada vez estamos peor? - 18/07/2013 7:29:36

¿Por qué si trabajamos más…. Cada vez estamos peor?
Juan Carlos Valda
Tweet Cuantas veces el empresario de la pequeña y mediana empresa cree que por trabajar mas.. esta mejor?
y cuantas veces... cree que su empresa crece solamente porque factura mas?... Aca tenemos algunas respuestas posibles.

Era un lunes especial en la empresa de don Pedro González, el día en que el contador de la firma realizaría la presentación del resumen de lo sucedido durante el año ante el titular de la empresa y su grupo más cercano de colaboradores.
Se trató de un año en el cual la actividad de "González e Hijos" había mostrado un nivel de recuperación importante respecto de los anteriores. El volumen de las ventas no solamente se había mantenido sino que incluso creció un 30 %, lo cual motivó la necesidad de contratar nuevos operarios y empleados para llevar adelante la gestión de la Empresa.
Todo hacía pensar que sería una reunión tranquila, en la que habría motivos más que justificados para festejar y brindar por el crecimiento del negocio, tal como podía "leerse" en las caras distendidas de todos. Por ello a nadie extrañó que uno a uno fueran entrando a la sala de reuniones en medio de bromas y risas para así, en ese marco, comenzar la exposición.
A lo largo de la misma, los rostros fueron cambiando, el nerviosismo se fue haciendo presente mientras el silencio se hacía más tenso y el ambiente comenzaba a tornarse incómodo para todos.
El cuadro de situación planteado por el contador era muy claro y no dejaba margen para dudas. La empresa no estaba en buenas condiciones económico-financieras, es más, el nivel de incertidumbre respecto del futuro era más que justificado.
A todos les costaba comprender lo que estaban escuchando y el comentario era casi unánime - "cómo puede ser?" - .
Cómo explicar que, en un período marcado por un crecimiento de un tercio en el nivel de facturación acompañado de un importante aumento de la cartera de clientes, en el cual la empresa estaba trabajando casi a un nivel del 80/90% de su capacidad instalada y durante el cual había sido necesario habilitar 3 turnos de trabajo para poder abastecer las necesidades de producción, el resultado había sido malo?
Esta situación que acabo de describir de manera muy somera, lamentablemente no es tan difícil de encontrar en las pequeñas y medianas empresas hoy en día. La pregunta que surge casi naturalmente es "Cómo puede ser que si estamos trabajando cada vez más, no veamos el resultado de nuestro esfuerzo en términos de un flujo de caja menos tenso o de un margen que podamos dedicar a reinvertir en el negocio?."
Evidentemente, en estas circunstancias hay mucho para analizar junto al empresario. No sólo debemos demostrarle que pueden existir problemas operativos (que seguro serán los más fáciles de identificar) sino que fundamentalmente debemos ayudarle a ser consciente que lo habitual es que estas situaciones suelen ser una manifestación de una forma o un estilo de dirigir el negocio que ya no responde a las necesidades estratégicas y competitivas que el mercado le está demandando.
Muchas veces el pequeño y mediano empresario tiende a confundir conceptos y expresiones que pueden parecer similares pero que no lo son, como por ejemplo:
o No es lo mismo el crecimiento que el desarrollo para evaluar el grado de evolución de una empresa. Podemos decir, de manera suscinta, que el crecimiento es un concepto que está más relacionado con el mero aumento del tamaño de un cuerpo o de una organización (mayor nivel de facturación, mayor cantidad de empleados, más bienes de capital, más metros cuadrados y hasta una mayor capacidad productiva) mientras que el desarrollo está vinculado íntimamente con la incorporación de las capacidades para generar mayor valor por parte de la empresa (mayor nivel de conocimiento, desarrollo de competencias, una cultura organizacional alineada con las necesidades del negocio, etc.).
o No es lo mismo una empresa eficaz que otra eficiente. No es lo mismo hacer las cosas (eficacia) que hacer bien aquellas cosas que realmente hay que hacer y de la manera en que hay que hacerlas.
o No es lo mismo una empresa grande que una gran empresa. Una empresa grande es simplemente la que ha crecido, mientras que una gran empresa es la que ha desarrollado las capacidades para brindar un nivel de servicio o de producto diferente, más allá de su tamaño.
Hay un momento en la vida de las pequeñas y medianas empresas (si no queremos repetir la experiencia de "González e Hijos") en el cual es preciso ser conscientes que el modelo basado en el mero crecimiento o en la conducción basada únicamente en el seguimiento de las variables numéricas (facturación, nivel de producción, cantidad de personal, por ejemplo) deben dejar de ser los parámetros con los cuales debemos evaluar nuestra gestión y para ello lo primero que debe cambiar es nuestra visión de la función del management o de la dirección de la empresa porque absolutamente ningún cliente estará dispuesto a pagar un centavo extra por nuestros productos si ese centavo esta destinado a "financiar" nuestras ineficiencias en lugar de brindarle un mayor nivel de satisfacción.
Nuestro contexto macroeconómico nos golpea a diario y nos obliga permanentemente a replantearnos cómo estamos trabajando (o al menos cómo deberíamos estar haciéndolo). La falta de liquidez con la que suelen convivir las pequeñas y medianas empresas, la disminución de la demanda de nuestros productos, la excesiva y encarnizada competencia en nuestros mercados, la imposibilidad de contar con un nivel de capital de trabajo acorde a la necesidad de nuestro giro comercial, la caída en los índices de rotación de las carteras, las tasas de interés que debemos abonar para poder financiar nuestra actividad, la presión tributaria, son algunas de las respuestas que comúnmente esgrime el pequeño y mediano empresario al tener que explicar el por qué no logra los resultados que la empresa necesita para continuar su desarrollo.
En esas mismas razones está la raíz del problema, si Uds. las releen verán que en todos los casos la empresa se "coloca" a expensas de lo que decidan los demás, ya sean clientes, competidores, bancos, el gobierno, etc. El hecho de considerarnos "víctimas" permanentes hace que siempre la responsabilidad esté puesta fuera de nuestro alcance y que por lo tanto lo único que podemos hacer es tratar de subsistir redoblando esfuerzos para hacer más de lo mismo (o sea, de lo que siempre hicimos) de la mejor manera posible hasta que todo, supuestamente, cambie (lo cual en la mentalidad de nuestra empresa significa que todo vuelva a ser como una vez fue). Obviamente, hacer más de lo mismo en un contexto radicalmente distinto, nunca va a asegurarnos que obtendremos los resultados que alguna vez hemos logrado pero sin embargo, bajamos la cabeza y arremetemos más fuerte una y otra vez.
Y por supuesto, no es cuestión de fuerza o de cantidad de esfuerzo, sino de comprender que el contexto no cambiará para nosotros si previamente no cambiamos nosotros mismos. Albert Einstein nos dijo:
"No podemos pretender cambiar el mundo con las mismas herramientas que hemos usado para generarlo en su forma presente".
Existen varios fundamentos para explicar lo que le ha sucedido a nuestros amigos de "González e Hijos" (y a muchos pequeños y medianos empresarios), algunos de los cuales vamos a enunciar a continuación.

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