martes, 4 de marzo de 2014

Agricultura en China, prioridades y estrategias y Carencias del sistema de ayudas a la innovación

Que opina? Agricultura en China, prioridades y estrategias - 07/02/2014 15:13:52

" Ilsa Rodríguez/Prensa Latina
Beijing.- Alimentar a la mayor población del mundo con el 7 por ciento de las tierras fértiles del orbe es considerado un milagro de China, cuyo gobierno traza ahora una nueva estrategia con más reformas para asegurar, mantener y ampliar ese prodigio.
Con ese objetivo una reciente conferencia de trabajo rural debatió una serie de medidas gubernamentales destinadas a proteger las tierras productivas, que nunca serán menores a 120 millones de hectáreas, y también los derechos de los campesinos.
Esos pasos van acompañados de la creación de una red de financiamiento de la agricultura que respalde una estrategia nacional de seguridad alimentaria con productividad y empleo de la ciencia y la tecnología, según destaca la declaración de ese importante encuentro nacional.
Expertos en Beijing elogiaron estos programas nacionales, destinados a evitar errores cometidos por países vecinos, entre ellos Surcorea, que no protegió sus tierras fértiles en la década de 1950, lo cual provocó un serio debilitamiento de la agricultura en esa nación.
La fuerte protección de esas áreas cultivables, fundamentales para un país con una población que supera los mil 300 millones de habitantes, está acompañada de subsidios eficientes, que los analistas consideran ayudan asimismo a la seguridad alimentaria a nivel mundial.
Según los especialistas, mientras China mantiene la práctica de la propiedad colectiva de la tierra, su gobierno ha decidido permitir a los campesinos transferir las hipotecas de sus tierras contratadas o convertir su propiedad en acciones de grandes compañías agrícolas.
Esas fuentes explicaron que los campesinos son alentados a conceder franquicias de sus parcelas a esas corporaciones, incluso de sus cooperativas y empresas agrícolas, y que no importa cómo ese derecho es transferido porque siempre se mantendrán como los dueños legales de sus parcelas.
Para especialistas extranjeros que participaron en el importante encuentro celebrado en esta capital en diciembre, estas nuevas políticas respaldan fuertemente el derecho de los campesinos a sus tierras, mientras sientan las bases para hipotecarlas.
Ese movimiento, consideran tales fuentes, estimulará los ingresos de los campesinos y facilitará las finanzas para la agricultura, lo cual sostiene la propuesta oficial de elevar el nivel de vida y de educación del campesinado en este país y propiciar que más personas consideren atractivo el sector.
De esa forma, los campesinos serán profesionales con ingresos seguros, protección social, servicios comunitarios y disfrute de la modernidad, que trabajarán confortablemente en favor del desarrollo estable de la agricultura.
Como respaldo a esta política, el gobierno central de China promueve la urbanización en áreas rurales, de forma que mejoren las condiciones de vida de ese sector de la población, el más atrasado en algunas zonas del país, sobre todo en áreas remotas a la que no llegan los servicios básicos.
Primer documento político de 2014
La relevancia que conceden las autoridades de Beijing al tema agrícola es constatada en la divulgación del primer documento político de 2014, que está dedicado a la reforma rural y aborda los temas de agricultura, áreas rurales y campesinado. Este es el onceno año consecutivo en que se prioriza el tema.
En ese sentido, la directriz destaca la importancia de las reformas rurales, del desarrollo de una agricultura moderna y de su mantenimiento para asegurar el crecimiento de la economía china en ocho puntos centrales que recogen las principales ideas del trabajo a desarrollar.
Entre ellos figura la ayuda y protección a la agricultura, la seguridad del sistema de alimentación nacional, la innovación del sistema financiero rural, el desarrollo de una producción agrícola sostenible y de gestión agraria y la consolidación del desarrollo urbano y rural en esas regiones.
En la relación de novedades figura el respeto a la creatividad de los campesinos y el respaldo a la experimentación, sin la imposición de uniformidad, y la autorización de establecer políticas diferenciadas y provisionales.
La combinación de aprovechar al máximo las pocas tierras fértiles y la escasez de agua mientras se aumenta la calidad de los productos recolectados para satisfacer las necesidades de una población que incrementa su nivel de vida también son reflejadas en este documento del Partido Comunista de China.
A la hora de definir una sociedad modestamente acomodada, la clave es examinar la condición de los campesinos, expresa esta directiva en la cual se asegura que las políticas gubernamentales sobre las áreas rurales han despertado el entusiasmo del campesinado en el nuevo siglo.
Pese a su tono positivo, el documento alerta que se debe tener en cuenta que la agricultura en China todavía es débil en cuanto a industrialización, informatización, urbanización y modernización, y va a la zaga de la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada.
Si China desea ser fuerte, la agricultura debe ser fuerte. Si China desea ser bella, el campo debe ser bello. Si China quiere volverse rica, los campesinos deben volverse ricos, subraya este comunicado del partido gobernante en este gigante asiático.
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Que opina? Carencias del sistema de ayudas a la innovación - 21/11/2013 10:47:28

"Las afirmaciones no son nuestras, que podrían, sino de varios estudios que hemos leído recientemente. Sabemos que cada vez hay menos dinero público para la innovación (ah, la crisis), pero todos esos datos juntos nos han hecho preguntarnos si lo que hay está bien empleado. ¿Y bien?
"Dependerá de a quién le preguntes: el político dirá que se ha gastado bien, los que lo ejecutan te dirán que por qué a mí no y por qué a él sí o por qué a los científicos no...", reconoce Alfredo Colombano, gerente de la innovación de Alma CG. Aunque dentro de los entre 6.000 y 9.000 millones de euros que se presupuestan anualmente para políticas de I+D+i hay buenos casos de innovación empresarial ("dentro de lo poquito que hay, hay cosas muy buenas", afirma Juan Mulet, director de la fundación para la innovación Cotec), los expertos identifican varios fallos: tanto en cómo y a quién se dan los fondos como del propio sistema. Hemos extraído los siguientes.
Proyectos que no inventan
"¡Dejemos de hacer e-commerces! O hagamos que sean disruptivos", afirma Raúl Mata. Con esto, el presidente de e-Gauss Business Holding se refiere a la innovación tecnológica, la que más allá de innovar en modelos o procesos de negocio, crea tecnología. "Google no nació como un buscador, sino como un algoritmo. Luego se paquetizó y se convirtió en lo que es hoy. ¿Qué ocurre? Las subvenciones públicas no entienden que eso valga para algo. Si sólo haces servicios de comercio electrónico, puedes ganar dinero, pero no das nada al país. Pero si desarrollas una tecnología disruptiva, sí. O si le das dinero a un e-commerce, que está muy bien, no dejes de dárselo a unos investigadores que tengan una tecnología que no se haga en ningún otro sitio del mundo".
Mata pone como ejemplo el de la empresa Dail Software (que aplica una tecnología de extracción lingüística nacida en el grupo de investigación en Ingeniería Lingüística, grupo base de la Cátedra Unesco): "Nadie entiende que esto sirva para algo. Pero cuando te enseñan un producto, profundizas y te das cuenta de lo que hay debajo del producto, que puede tener aplicaciones en muchos sectores... Esto es normal en el mundo de la investigación: cuando pido dinero, nadie me entiende. Al final a Dail Software le darán un préstamo público, pero porque nuestra empresa les ha dado dinero antes".
La necesidad de avales o de poner parte del dinero es uno de los principales problemas que tienen las empresas a la hora de conseguir financiación pública. Y el apoyo de inversores privados que entiendan la tecnología y asuman riesgo es una de las soluciones.
Cuestión de riesgo
Ah, el riesgo. "En España, tanto el CDTI como Enisa (dos de los principales instrumentos públicos de financiación de la innovación empresarial) tienen pocos proyectos fallidos, lo que no dice mucho a su favor porque no arriesgan. Es dinero público y es para fomentar la innovación: pon dinero en 100 proyectos y aunque mueran 99 con uno que salga que produzca 1.000, ya compensa", asegura Mulet. Uno de los grandes éxitos de los préstamos Enisa en los últimos años ha sido el outlet online Buyvip (que luego compró Amazon).
"Para mí eso es un éxito del inversor más que de Enisa", considera Mata. "Nosotros invertimos en Hybris (una suiza de tecnología para comercio electrónico, recientemente comprada por la alemana SAP). Hicieron algo que nadie hacía: una plataforma para generar catálogos de compañías de e-commerce. Innovaron y han generado miles de puestos de trabajo en todo el mundo. No digo que no haya que darle dinero, pero no por dárselo a ellos hay que dejar de dárselo a los otros".
En Enisa, que no invierte sólo en proyectos de tecnología, sino en pymes que innovan en cualquier aspecto, explican que están aumentando su nivel de riesgo. "Gestionamos dinero público. Intentamos mantener un equilibrio entre riesgo, innovación, capacidad crediticia, retorno... Asumimos un riesgo superior al de la banca, es uno de los aspectos que nos pide el Ministerio de Industria". En 2012, 22 de los casi 100 millones que comprometieron en préstamos fueron fallidos, más que en 2011(14,6 millones).
Otro factor, añade Mulet, es que "en España el capital riesgo no funciona porque hay pocas posibilidades de inversión, ya que son pocas las empresas metidas en esto (de unos tres millones de empresas, sólo 11.000 hacen I+D+i), de manera que no pueden repartir los riesgos sobre muchas".
Cada vez más, los instrumentos públicos se apoyan o dejan aconsejarse por inversores privados. Lo hace la Madrid Seed Capital, que da dinero a inversores privados para que lo metan en empresas. "Pero si hay tendencias de comercio electrónico o redes sociales, los inversores darán dinero a eso. Y aunque eso está bien, no aporta nada de investigación e innovación tecnológica", recuerda Mata.

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El dinero no llega...
Ahora pasemos al dinero puro y duro. Y es que la mitad del presupuesto para políticas de innovación se queda sin ejecutar. El cómo se usa ese dinero tiene que ver con la capacidad de la Administración para entregarlo y la de los receptores para recibirlo. En este segundo punto entran las empresas, que no pueden asumir las devoluciones de préstamos ni los avales para acceder a ayudas.
"Antes de la crisis había ayudas a fondo perdido que no tenías que devolver. Luego empezó la política para no afectar al déficit y las subvenciones empezaron a ser créditos reembolsables", explican desde Alma CG.
Para Mulet, "ninguna empresa renuncia a una subvención. Pero muchas empresas no están interesadas en préstamos, porque hay que devolverlos y quizá no puedan afrontarlos". Además, muchas de las ayudas también exigen avales. "Ahora hay que aportar garantías que tienen un coste. La empresa se presenta y cuando le hacen la propuesta directamente lo rechazan. También es un tema de economía: la perspectiva es mala y no te vas a endeudar", añade Colombano.
Otro factor que explican desde Ametic, la asociación multisectorial de empresas de electrónica y TIC es la escasa ventaja del tipo de interés de las ayudas frente a lo que se obtendría en el mercado bancario (en el CDTI, por ejemplo, se ha pasado del 0% de Euríbor a un año al 0,1% de diferencial), los plazos de amortización y carencia (de 15 de amortización y cinco de carencia se ha pasado a cinco y dos en el marco del plan Avanza), el desconocimiento del calendario de convocatorias o algunas normas para presentar proyectos en consorcio entre empresas.
... o sólo llega a las grandes
En consecuencia, si cada vez se presta más, pero se subvenciona menos y se piden más avales, las medianas y grandes tienen más capacidad para acceder a las ayudas y financiar sus innovaciones. "La empresa grande no tiene problemas de aval, así que es lógico que vaya a ellas", explica Mulet.
Por cierto, ¿habías oído hablar de las deducciones fiscales por I+D+i? Son otra de las ayudas públicas que más usan las empresas para financiar la innovación (el 58% de las empresas, según Alma CG), pero de nuevo llegan a las grandes, que tienen más capacidad administrativa para lidiar con ellas.
El Ministerio de Economía vio en un estudio reciente que las pequeñas no lo hacían por desconocimiento (¡a veces no saben ni que están haciendo actividades que se pueden deducir!).
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Interesante, Competir innovando - 13/07/2013 12:46:54

Competir innovando
José Enebral Fernández,
Tweet Conviene revisar el significado que, en la economía de nuestro tiempo, adquieren conceptos como el de competencia e innovación; quizá pueda y deba mejorar nuestra competitividad y solidez como empresa, tras algunas oportunas reflexiones que aquí se tratan de alentar.
Innovamos en beneficio de nuestra competitividad, pero el concepto de competencia es más complejo cada día, y el de innovación, más amplio de lo que inicialmente parece. Conviene detenerse, si no lo hemos hecho ya, en los nuevos significados de estos significantes. Nuevas realidades eran ya bien visibles en el escenario finisecular, pero el cambio es continuo en el siglo XXI, y la gestión empresarial nos obliga a reflexionar con mayor penetración, en crisis y en bonanza; a elevar con más frecuencia la vista por encima de la gestión cotidiana.


Al hablar de competencia, nos referimos no ya sólo a las empresas del sector que amenazan reducir nuestra presencia en el mercado, sino también a todo aquello que puede disuadir a nuestros clientes, incluyendo, por ejemplo, los nuevos hábitos, valores y tendencias emergentes en la sociedad. Obviamente, en momentos de crisis, también competimos con todo aquello a que el cliente dirige prioritariamente su capacidad de compra: si puede arreglárselas sin nuestros productos/servicios, nuestra empresa se resentirá y habremos de disponer soluciones de supervivencia.

Aun contando con que la situación económica acabe mejorando, habremos de cuidar mucho nuestra competitividad en el mercado global. Porter y otros autores nos han ofrecido valiosas aportaciones sobre la estrategia competitiva y la diferenciación, pero todos debemos seguir reflexionando al respecto sobre nuestro negocio, atentos al entorno y anticipando el futuro, para nutrir y mantener nuestra solidez.

Y al hablar de innovación, no podemos pensar sólo en la renovación tecnológica o la incorporación de las mejores prácticas, sino y quizá sobre todo, en adentrarnos en la terra incognita del saber en cada campo (técnico o de gestión empresarial), y generar nuevas, valiosas, atractivas soluciones que nadie ofrezca todavía, para quienes los clientes las esperaban quizá sin saberlo. También disponemos aquí de reflexiones oportunas de muchos autores Ridderstrale nos hablaba del monopolio temporal, como asimismo de casos muy aleccionadores en la generación de novedades de impacto.

En verdad, en la era del conocimiento y el aprendizaje permanente, hemos de aprender lo que ya saben otros, pero, asimismo, lo que aún no sabe nadie; hemos de investigar, explorar, descubrir, idear…, es decir, innovar, para atraer la atención del mercado. No innovamos en suficiente medida, ni acertamos siempre con las novedades que generamos; en ocasiones, falta sintonía con las necesidades o expectativas de los clientes, si es que no falló ya la propia identificación de éstos. A veces tampoco identificamos la auténtica competencia emergente, y tomamos decisiones quizá infructuosas.

Desde luego, hemos de saber bien qué valoran o cuestionan los clientes en nuestros productos y servicios, y no dar por sentado casi nada. Una empresa tan ejemplar e innovadora como Coca Cola estaba plenamente segura del éxito de la new Coke en los años 80, pero la nueva fórmula resultó un fracaso. Por extraño que parezca ahora, esta gran compañía parecía contemplar su producto como un refresco magnífico aunque perfectible, y los consumidores parecían llegar más lejos, y lo veían casi como una especie de icono intocable. De modo que debemos estudiar bien a los clientes finales, estableciendo incluso tipos diferentes: tal vez se nos ocurra algo especial para algún segmento…

Coca Cola creyó que competía con Pepsi tras un sabor más atractivo, y que era el momento de innovar en el producto; pero no era la clásica fórmula lo que había que cambiar, sino el marketing desplegado. Éste es un caso (especialmente aleccionador) de racionalismo reduccionista e inferencias viciadas (recuerden que se hicieron catas ciegas…); pero la compañía corrigió pronto el error y recuperó mercado.

Por aquellos mismos años (mediados los 80), Amana, división de Raytheon que había creado en EEUU el horno de microondas, parecía estar a punto de quedarse fuera de un mercado que ella misma había abierto tiempo atrás: un cuestionable marketing había debilitado su competitividad, y, por ejemplo, el horno había penetrado mucho más en las cocinas japonesas que en las norteamericanas. Los fabricantes japoneses (Sharp, Sanyo, Matsushita…) se mostraron pronto muy convincentes en la relación calidad-precio de los nuevos aparatos, y parecían observar el mercado con otra perspectiva.

Revisemos, sí, con quiénes o qué competimos en el siglo XXI y exactamente en qué, y despleguemos asimismo la innovación genuina para conquistar mercado. Hablaremos un poco aquí de todo ello, si el lector nos sigue en estos párrafos. Se trata de dos buzzwords cotidianos, dos conceptos fundamentales competencia e innovación, que adquieren complejidad y dimensión especiales en la emergente economía, y cuyo análisis, sin perder la perspectiva sistémica, se hace aún más preciso en momentos de crisis.



Sobre la competitividad y la competencia

En efecto, hemos de neutralizar y aun superar a las empresas competidoras siempre que podamos, y reaccionar con acierto y prontitud cuando nos veamos sobrepasados: queremos sobrevivir. Pero ya no debemos pensar sólo en las empresas que ofrecen mejor relación calidad-precio para satisfacer las expectativas y necesidades de nuestros clientes, o que las encaran con soluciones innovadoras, de interés e impacto; hemos de interpretar asimismo como competencia todo aquello que, consecuencia de los cambios en la sociedad, reduce o elimina aquellas necesidades o expectativas, y las sustituye tal vez por otras.

Al hablar de competencia en nuestro siglo, resulta ya en efecto insuficiente pensar, por ejemplo, en la legendaria rivalidad de Coca Cola y Pepsi, o de Helena Rubinstein y Elizabeth Arden en la primera mitad del XX, o de las grandes marcas que se reparten cada mercado hoy. Nos rodean quizá demasiadas alternativas para todo, pero es que también asistimos a la desaparición súbita de algunas industrias. En suma y además de considerar la severa crisis económica en que nos hallamos, podemos encontrar serias amenazas visibles y no tan visibles a nuestra competitividad y prosperidad en:

Empresas que ofrecen mejor relación calidad-precio en productos/servicios similares o alternativos a los nuestros.
Empresas innovadoras que ofrecen nuevas y avanzadas soluciones para las mismas necesidades, o para un conjunto de necesidades.
Empresas audaces que nos superan en las campañas de publicidad o en los canales de distribución, es decir, en la comercialización.
Cambios sociales (nuevos hábitos y valores, nuevas leyes, tendencias demográficas…), que pueden restar potencial, solidez, a nuestra oferta tradicional.
El mercado global, que puede ser visto como llegada de nuevos competidores, y nuevos productos, aunque también como oportunidad para internacionalizarnos.

Bien pues, debemos ser nosotros quienes ofrezcamos la mejor relación calidad-precio en soluciones eficaces; debemos ser nosotros los genuinamente innovadores; debemos ser también nosotros audaces y certeros en el marketing; debemos ser nosotros quienes antes nos adaptemos a los cambios sociales, y debemos finalmente ser igualmente nosotros quienes mejor aprovechemos las oportunidades del mercado global.

Si, en vez de nutrir profesionalmente nuestra competitividad, nos instaláramos en la práctica de capturar y fidelizar a nuestros clientes mediante incentivos (o comisiones) para que nos compren, entonces aparecerían otros riesgos y amenazas. Aquí la casuística es muy diversa, y esta práctica puede acabar incorporando también sensible entropía a las organizaciones. Peter Drucker sostenía ya hace 20 años que comprar a los clientes no funciona, y seguramente lo seguiría sosteniendo hoy. (Y, por cierto, la entropía también se hace muy sensible cuando, quizá porque se desea vender la empresa, se pone más empeño en aparentar que en ser).

Observando los cinco puntos señalados, parece evidente que debemos apuntarnos a la innovación como proceso continuo; a la innovación de impacto, y no sólo en los productos y servicios, sino en todo aquello que permita generar en la empresa mejores resultados con menor esfuerzo (ser más productivos); a la innovación derivada de los cambios sociales, y esto antes de que lo hagan otras empresas; a la innovación de salto cuántico, radical, más allá de la mejora continua. Diríase que así nutrimos la competitividad y nos hacemos fuertes en el mercado, como que lo contrario nos debilita y nos lleva quizá de mal en peor.

Pensemos, por ejemplo, en la progresiva desaparición de las máquinas domésticas de coser (las de nuestras abuelas o madres). Empresas como Singer vieron bajar sus ventas, pero no luchaban décadas atrás contra otros fabricantes, sino contra el auge de la industria textil, contra la incorporación de la mujer al mercado laboral, y contra las crecientes alternativas que se le ofrecían para el tiempo libre (si es que les quedaba): la vida de la máquina de coser doméstica expiraba. El paso de la tecnología mecánica a la electrónica retrasó el final, pero el mercado iba a esfumarse…

Los fabricantes de papel carbón para copias se empeñaban en mejorar sus características, cuando ya se veía el fin, fruto de la llegada de las pequeñas fotocopiadoras a las oficinas. E igualmente desaparecieron las propias máquinas de escribir con la llegada de los ordenadores personales, como también se ha ido reduciendo, por ejemplo, el consumo de tabaco, por razones de salud. (Quizá parezca digresión, pero, aunque yo era muy joven, recuerdo que el consumo de tabaco se incrementó en la primera mitad del siglo XIX, con la aparición de las cerillas).

Al preguntarnos con qué o quién competimos, hemos de respondernos con suficiente perspectiva y amplitud de miras; de otro modo el futuro nos pillará a contrapié. El lector pensará que no necesita estas "teóricas", y yo les recuerdo que sólo trato de provocar sus reflexiones, seguro que más enfocadas y efectivas, sobre la competitividad y la innovación.

¿Cómo tomar la delantera? En seguida se pensará tal vez: "creando novedades inspiradas o apoyadas en el avance tecnológico". Pero recordemos que no toda la tecnología es TIC, ni toda la innovación es tecnológica (parece haber una obsesión en vincular la innovación con las TIC). También podemos inspirarnos, como sugeríamos, en la evolución demográfica, en los cambios de valores, hábitos, inquietudes…, en las nuevas leyes, en la globalización… En todo caso, hemos de asegurar la sintonía con el cliente-usuario de nuestros productos o servicios, y recordar que debemos introducir novedades idóneas y valiosas, tanto en lo que ponemos en el mercado, como en los procesos y métodos internos: esto último también nos hace más competitivos y lo sabemos bien.

Sí, la clave más segura de la competitividad parece ser la innovación más genuina, ya se inspire en la rápida evolución tecnológica, en la demográfica, en la social/cultural, en las nuevas regulaciones o en la globalización; pero se precisan personas expertas que piensen con acierto y profundidad en beneficio de su creatividad, y asimismo empresas audaces y capaces, que materialicen ágil y debidamente las nuevas iniciativas surgidas. Creatividad en las personas (directivos y trabajadores expertos) por un lado, y audacia y diligencia en la gestión empresarial por otro: ésta parece ser la vía; pero hay que insistir en ello, por si siguieran siendo asignaturas pendientes en algunas organizaciones.



Innovar es algo más

Desplegando su significado más genuino, innovar es, en la empresa, algo más que materializar la mejora continua, o incorporar nuevas tecnologías y prácticas emergentes. Apunta a procesos, productos y servicios, pero no sólo a eso. Se asocia a la creatividad, pero es un concepto más ambicioso. Puede exigir la existencia de áreas formales de I+D, pero especialmente una cultura ad hoc que catalice la expresión del capital humano. En la empresa, la innovación (como la formación) ha de ser un proceso y no un suceso, pero cada iniciativa ha de analizarse con perspectiva sistémica y amplitud/profundidad de miras, enfocando bien las expectativas y necesidades de clientes/usuarios tradicionales y potenciales.

En la historia de la innovación empresarial hay éxitos y fracasos, unos y otros aleccionadores, que podemos relacionar con la investigación formalmente orquestada (áreas de I+D), pero también con la audacia del empresario, con la creatividad de un individuo o un equipo, con la casualidad aprovechada (serendipidad), con la intuición genuina, con el pensamiento conectivo, rompedor, lateral, exploratorio, inferencial, analítico, sistémico, abstractivo… La aparición de una idea valiosa es un logro, pero es apenas el comienzo de un proyecto de innovación; en todo caso, el mercado sancionará finalmente el valor de cada iniciativa innovadora. Ray Kroc lo luchó mucho, y finalmente lo consiguió: tenía en McDonald"s más fe que los propios hermanos Dick y Mac.

Sin duda todos los trabajadores podemos ser más creativos, y deberíamos serlo en la economía del saber y el innovar: knowledge worker, thinking worker, learning worker, creative worker… Pero, en la empresa, la innovación ha de entenderse con dimensión corporativa y sistémica. Por decirlo de otro modo, todos podemos hacer cursos de creatividad, pero hay aspectos fundamentales de la innovación la catálisis, la evaluación de iniciativas, las grandes decisiones o la materialización que corresponden a la Dirección, en función de su estrategia, sus recursos, sus objetivos, su percepción del mercado… También la Dirección habría de practicar el aprendizaje permanente, y un curso de innovación se dirigirá típicamente a directivos y empresarios.

En efecto, también a empresarios y directivos apunta el lifelong & lifewide learning, y, como refuerzo de sus perfiles profesionales siempre perfectibles, pueden aprender siempre algo de las experiencias de las empresas más innovadoras; quizá, sobre todo, de cómo se despliega una cultura catalizadora (leamos a Robinson-Stern, Ekvall, Rydz…) de la innovación en la empresa. Podemos ser magníficos profesionales, pero siempre tenemos todos algo que aprender. Hemos de ser conscientes de que habrá éxitos y fracasos, porque no todas las novedades acaban resultando realmente valiosas para el negocio. Conocemos fracasos debidos a una idea desacertada, y también fracasos debidos a una mala gestión de una buena idea.

(No sé dónde leí que una persona de nivel A, con una idea de nivel B, tiene más posibilidades de materialización que un individuo de nivel B, con una idea de nivel A; pero esta reflexión, alimentada con el hecho de lo mucho que nos cuesta aceptar como buena una idea ajena, abriría una digresión y cierro por ello el paréntesis).

Hay veces en que creemos tener un nuevo producto de impacto, rompedor, superior a lo existente, y sin embargo el mercado lo rechaza: nos habrá pasado alguna vez, consecuencia quizá de un incompleto o erróneo análisis de las expectativas de los clientes. En otras ocasiones desarrollamos un producto, quizá fruto del avance tecnológico, y rechazamos nosotros mismos su comercialización por razones económicas…, pero la competencia ve nuevos clientes que nosotros no habíamos contemplado, y se hace con el próspero negocio. O desvirtuamos también en ocasiones la idea original, subordinándola quizá a intereses espurios.

Hablemos del fax, que es un ejemplo al que solía referirse Peter Drucker. Este aparato nos empezó a resultar familiar ya en los años 80 del siglo XX, cuando comenzaron a digitalizarse las redes telefónicas, camino de la denominada Red Digital de Servicios Integrados. De modo que dimos con el fax como un servicio adicional de las redes telefónicas digitales, junto al datáfono o la videotelefonía. Pero, ¿por qué les traigo esta historia?

El fax parece un caso de invento basado en las posibilidades técnicas, cuyo origen debemos situar en el siglo XIX y cuyo desarrollo se aceleró en la segunda mitad del XX. Las tecnologías que soportan el fax se desarrollaron sobre todo en Estados Unidos, pero el hecho es que el mercado se inundó pronto, en los primeros años 90, de terminales fabricados por compañías japonesas. Se diría que, en ver negocio en el fax, se adelantaron los japoneses y que así fue porque no sólo vieron esta nueva máquina como un complemento económicamente discutible del servicio telefónico, sino, sobre todo, como una alternativa al correo postal y al emergente negocio de mensajería.

También fueron los japoneses los artífices de la miniaturización (años 50) derivada de la aparición de los transistores en Estados Unidos. Fueron, sí, los fundadores de Totsuko (luego llamada Sony), Morita e Ibuka, quienes apostaron más decididamente por los nuevos dispositivos, llamados a sustituir a las válvulas de vacío de los primeros aparatos de radio y de televisión. A pesar de los ya referidos aciertos de los intuitivos directivos japoneses, a los americanos (también notablemente intuitivos: al parecer más que los europeos) no se les escapaban los negocios... Hablemos ahora, por ejemplo, de la televisión en color.

El desarrollo de la televisión en color (mediado el siglo XX) resulta igualmente aleccionador y tiene un protagonista singular en David Sarnoff, primer ejecutivo de RCA, según nos recordaban autores como John S. Rydz o Watts S. Humphrey. En Estados Unidos, CBS se había adelantado con un sistema de disco rotatorio que debían incorporar tanto las cámaras de TV como los aparatos domésticos; pero El General (así era conocido Sarnoff) estaba empeñado en que RCA liderara el mercado, y desplegó una estrategia idónea, cuyo recuerdo resulta oportuno.

Puede decirse que hubo dos grandes detalles en que Sarnoff pareció superar a William Paley, el ejecutivo de CBS: primero, decidió que el sistema de color debía ser compatible con los receptores de blanco y negro, de modo que todo el mundo pudiera recibir los programas: unos espectadores en color y otros en B/N; y segundo, RCA apostó por una tecnología audaz y plenamente electrónica, que pudiera evolucionar en beneficio de la calidad de la imagen. (Detalle este último importante: hemos de prever la evolución de cada nuevo producto o servicio, que, como sabemos, empieza a quedarse obsoleto desde su propio nacimiento).

Aunque CBS alcanzó la aprobación de su sistema por la Federal Communications Commission (FCC), Sarnoff recurrió la decisión y consiguió convencer a todos de la solidez y dimensión del proyecto de RCA. Era consciente de que tenía tres tipos de clientes: la propia FCC, a quien debía convencer de la superioridad de su sistema de color; la industria de difusión de TV, cuyas producciones llegarían tanto a los aparatos de color como a los ya existentes de B/N; y, desde luego, los propios usuarios de los nuevos aparatos, dotados éstos con un tubo que trabajaba con tres nuevos colores básicos (rojo, verde, azul). Había que convencer a los tres clientes, y tras este objetivo desplegó RCA sus fuerzas.

Todas las áreas de RCA debían dejar de pensar influidos por sus creencias e intereses, para ponerse en la piel de los clientes. Por ejemplo, los ingenieros de RCA pensaron, al parecer, que el tamaño de la pantalla debía ser reducido (10 pulgadas) porque de otro modo la profundidad del aparato sería excesiva para las dimensiones del cuarto de estar típico; pero los responsables de marketing supieron que los compradores preferían aparatos de mayor tamaño, y se acabaron sorteando las dificultades técnicas. Dicho de otro modo, todos los departamentos de la compañía debían dar prioridad a las expectativas y necesidades de los clientes.

En el caso de Coca Cola, se dio por sentado que los consumidores esperaban un nuevo sabor, más atractivo que el de Pepsi. "El problema de Coca Cola en frase del consultor Darrel Rhea fue que los técnicos del laboratorio tomaron el poder". Los responsables del marketing, superados entonces por los de Pepsi y quizá puestos en cuestión, debieron asegurarse de que los consumidores deseaban realmente un cambio de sabor. La innovación (en productos/servicios) resulta muy arriesgada cuando se hace a espaldas del mercado, o cuando se despliegan inferencias desbocadas (de las que ya nos alertó Argyris, por ejemplo).

Parecen lecciones de sentido común, pero aún hoy, en 2009, fallamos a veces en la identificación de los clientes, y de sus expectativas y necesidades: algo bastante arriesgado cuando nos proponemos ofrecerles una novedad valiosa. Ya Ted Levitt nos alertaba de que, a menudo, la función de vender podría estar respondiendo no tanto a la necesidad del comprador, como a la del propio vendedor. Este articulista habla siempre aquí (acéptenme la analogía) del tornillo y el martillo: el cliente tiene un tornillo y busca un atornillador, y el proveedor tiene un martillo, y todo le parecen clavos. No debo yo generalizar, pero temo que resulta más frecuente de lo que parece.

Un caso (que pude seguir de cerca) de cuestionable identificación de los clientes es quizá el de la llegada del e-learning con el acelerado desarrollo de las TIC en el panorama finisecular, y especialmente con la expansión de Internet. En realidad, el aprendizaje por ordenador nos llegó en los años 80, en la etapa off line, cuando los docentes utilizábamos herramientas de autor para llevar al PC algo parecido a la enseñanza programada impresa que habíamos conocido previamente; pero es verdad que la etapa on line trajo la aparición de campus virtuales y la asunción por los tecnólogos de la producción de cursos multimedia e interactivos. A mi modo de ver, la ventaja entre una producción realizada por docentes para discentes, frente a la realizada por técnicos de producción para clientes (responsables quizá de las áreas de formación de las empresas), es que los docentes manejan significados, y los técnicos, significantes y efectos especiales.

Ya en el escenario neosecular, los proveedores de e-learning se asociaron en Madrid (APeL) y Barcelona (Aefol) para impulsar el papel de las TIC en la formación continua (quizá hubiera alguna otra iniciativa, como el denominado Círculo de Consultoras de Formación). Desde entonces, lo cierto es que se viene admitiendo que los cursos de e-learning platafórmico, multimedia e interactivo, no han generado aprendizajes suficientemente significativos, y hoy buena parte de esta actividad de formación se orquesta amparada en dineros públicos, con una calidad-efectividad generalmente modesta.

He traído este ejemplo para subrayar, como hacen los expertos, la importancia del usuario final en los esfuerzos de innovación. Habíamos también hablado de Singer y las máquinas de coser domésticas; bien pues, se fueron introduciendo mejoras en los modelos fabricados, no porque las demandaran los usuarios (amas de casa, en este caso), sino porque, al parecer, las pedían los vendedores para lucirse con las posibilidades ofrecidas, en las presentaciones del producto. Esto no mejoró las ventas, y Singer hubo de dar el salto cuántico de la mecánica a la electrónica para mantener el negocio. En el sector del e-learning corporativo, el profesional aprendedor no necesita alardes tecnológicos vanos, sino información idónea en fondo y forma, sencilla de traducir a conocimiento valioso y aplicable.

En su toma de decisiones, la Dirección de las empresas innovadoras no puede, por norma, dar por buena la información que llega de sus distribuidores, vendedores, ingenieros e intermediarios en general, sino que ha de acceder, lo más directamente posible, a usuarios o consumidores finales para identificar y satisfacer sus expectativas, explícitas o implícitas. Cuando el caso lo requiere, en estas empresas innovadoras cada departamento implicado (I+D, marketing, producción, ingeniería, posventa…) se ha de relacionar directamente con el cliente o usuario final, para asegurar el acierto en las decisiones.

Al releer estos párrafos antes de su publicación, he recordado otro caso curioso. Masaru Ibuka convenció, 30 años atrás, a Akio Morita de las posibilidades del Walkman, una de las innovaciones exitosas más llamativas en el campo de la electrónica; sin embargo, los ingenieros de Sony no mostraron la más mínima confianza en el éxito de la iniciativa. Aún hoy, en la empresa se diría que a todos nos cuesta dar por buenas ideas o intuiciones ajenas; a los directivos, las de los subordinados, y a éstos, las de aquéllos.

Estudiar determinados casos de innovación empresarial resulta ciertamente aleccionador, porque son muy valiosas y diversas las conclusiones: Diebold, Inditex-Zara, Raytheon-Amana, Totsuko-Sony, Coca Cola, Velcro, RCA, Singer, Helena Rubinstein, McDonald"s, Eisai, Ikea… Dejen que dedique unas líneas a aquella singular mujer, Chaja (Helena), nacida el día de Navidad de 1870 en el seno de una familia judía de Cracovia.

No había por entonces siquiera productos especiales para la higiene personal, pero su madre, Gusta, cuidaba su cutis y el de sus hijas con una crema facial: la que utilizaba una famosa actriz amiga de la familia, H. Modjeska. Cuando sus padres buscaron un marido para la joven Chaja, ésta rehusó casarse con él (mucho mayor que ella, que contaba 18 años entonces), lo cual la llevó a vivir con su tía Rosalie. Pronto se mudaría a Viena, con otra tía, donde se interesó por la dermatología, y unos años después decidió viajar a Australia, a vivir con su prima Eva.

Podrá pensarse que las circunstancias llevaron a Helena Rubinstein a dedicarse en Australia a la cosmética, disciplina a la que se aplicó con empeño para crear doctrina y modificar creencias; pero sólo sus fortalezas personales, intuición incluida, explican el éxito alcanzado, especialmente en Europa y América. Pionera en los cuidados de la piel con inspiración clínica, como en los tratamientos antienvejecimiento, llevó la cosmética a las clases altas y medias. Fue la primera en distinguir tres tipos de piel: normal, seca y grasa. Helena Rubinstein modificó hábitos en el cuidado personal de las mujeres.

La rivalidad entre Helena Rubinstein y Elizabeth Arden fue incluso más feroz que la también legendaria entre Joan Crawford y Bette Davis (estrellas de Hollywood de singular talento). Quizá el resultado fue una competencia en el negocio de la cosmética de la que el mercado se benefició, pero no parece que fueran muy felices en sus vidas personales, a pesar de llegar de la pobreza al inmenso éxito económico. Se odiaron, al parecer, intensamente a lo largo de sus vidas, por cierto bastante "paralelas", y evitaron verse a pesar de establecerse muy cerca, en Nueva York. Otras rivalidades fueron quizá menos personales pero también muy estimulantes profesionalmente: Goizueta y Enrico, Sarnoff y Paley… Evitamos ejemplos de nuestros días y nuestro entorno.

¿Qué destacar del caso de Zara, en nuestro país? Décadas atrás, la moda en el vestir era un problema para los clientes (alta calidad y precio, pero vigencia limitada), y constituía también un serio condicionante para los empresarios del sector. Los clientes con suficiente poder adquisitivo adquirían sus prendas al principio, y otros clientes esperaban a las rebajas, ya con un margen reducido para las tiendas. Entonces apareció Zara para cambiar las reglas.

La primera tienda Zara abrió en 1975, en La Coruña. Hoy, unos 200 diseñadores se encargan de crear moda para que el cuidado sistema logístico de la compañía la haga llegar a las tiendas en plazo breve. Zara vende moda en el vestir a precio asequible, y se renueva constantemente. La estrategia de la marca es incentivar las compras compulsivas y hacer saber al cliente que, cuando vuelva, habrá cosas nuevas. Zara se ocupa más de crear valor para el cliente que de reducir costes, y la mitad de su producción sale de fábricas propias en España, Portugal y Marruecos. Sí, a menudo se consolidan reglas y creencias en los mercados, que hemos de poner en cuestión.



Áreas de innovación

Enseguida termino, pero hemos de subrayar también la existencia de otras áreas de innovación, además de los productos y servicios. En conjunto, Vadim Kotelnikov nos invita a innovar en áreas tales como:

Los productos y servicios ofrecidos.
Los procesos funcionales.
Las relaciones con los clientes.
La gestión de la propia innovación.
El sistema de aseguramiento de la calidad.
El sistema de dirección o gestión empresarial.
Las técnicas de producción.
La gestión de la información y el conocimiento.
La cultura organizacional.
El aprovechamiento del capital humano.

Y, desde luego, la propia reconsideración de la estrategia de negocio o de empresa, puede traer asimismo novedades que nos hagan más fuertes en nuestra condición de competidores; que nos hagan diferentes y especialmente atractivos para un segmento del mercado. Ikea es diferente, Zara es diferente… Hemos de ser funcionalmente óptimos, a partir de la estrategia y las metas formuladas; pero también cabe revisar periódicamente cómo ser diferentes y atraer la atención del mercado.

Debo haber agotado la paciencia del lector, si es que ha llegado hasta aquí. No es que pueda ponerse ya el punto final, pero de todo esto se puede hablar muchísimo, y los empresarios lo harán con más rigor, junto a sus colaboradores más próximos. Este articulista ha aprendido algo estudiando casos reveladores, cuyo análisis no ha de quedarse en la superficie; pero ha tomado conciencia de que siempre hay mucho más por aprender.


Contenido enviado por: Pepe
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Información: Generación G: La Generosidad como poderosa herramienta de Marketing - 02/07/2013 22:38:36

Generación G: La Generosidad como poderosa herramienta de Marketing ()
Estamos frente a uno de los mayores cambios de paradigma del siglo XXI, el consumismo! Tras la borrachera de las pasadas décadas, la crisis que hemos vividos los últimos años, ha hecho que los consumidores se replanteen su manera de afrontar la vida.
Han aprendido a valorar mucho más el dinero, han visto como grandes compañías "estafaban" y han tocado de cerca los países del primer mundo, la pobreza y el desempleo. Todo ello ha provocado que naciera un sentimiento de Generosidad sin precedentes, dando origen a la Generación G.
De hecho, para muchos, que comparten una pasión y se beneficien del reconocimiento han sustituido el tomar por el "dar" como el nuevo símbolo de estatus.
La crisis financiera actual ha llevado a los consumidores a estar más disgustados que nunca (si eso es posible) con codiciosos ejecutivos de empresas que simplemente no les importa su entorno.
Esto no ocurrió de un día para otro. Muchas marcas que han decidido dejar de cuidarles hace mucho tiempo:
* Tan sólo el 13% de todos los estadounidenses confían en las grandes empresas.
* El 39% de los empleados en una encuesta de Watson Wyatt dijo que confiaban en el liderazgo de alto nivel.
* Alrededor de tres cuartas partes de los consumidores de EE.UU. se sienten que las empresas no dicen la verdad en la publicidad.
* Tres cuartas partes de los trabajadores en las empresas grandes han observado violaciones de la ley en un período de 12 meses.
En los últimos años, los multimillonarios de todo el mundo han sido subiendo la apuesta de otros individuos económicamente independientes al regalar trozos muy grandes, si no la totalidad de sus fortunas. De hecho, es imposible en estos días ser muy rico, en los países anglosajones, y no donar. Ser generoso es visto como un acto de clase!
No creo que este fenómeno sea solo una moda: dado que las generaciones más jóvenes casi al completo se consideran atraídas y sensibilizadas con la Generosidad.
Como siempre, las empresas pueden aprender de los consumidores, aunque en este caso no es una "necesidad" sino una "obligación": las empresas necesitan reflejar este cambio social si quieren recuperar su relevancia, y en consecuencia impulsar sus ventas y beneficios. Estamos hablando realmente de convertirse en una marca o servicio que es generosa con los clientes, generosa con los empleados, generosa con el medio ambiente, generosa con las causas sociales, y así sucesivamente.
Algunos datos sobre cómo actúa la Generación Generosa:
* Flickr, el sitio para compartir fotos, ahora cuenta con más de 33 millones de usuarios.
* Wikipedia tiene 8.687.877 usuarios registrados, 144.788 de los cuales han participado activamente en los últimos 30 días. Ofrece 15.741.616 páginas de información.
* 13 horas de vídeo se suben a YouTube cada minuto, mientras que 1 mil millones de videos son vistos al día. Y eso fue el año pasado...
* Millones de blogs (intercambio de ideas y pensamientos), y de valoraciones (Tripadvisor.com alberga 20 millones comentarios de los huéspedes), y de plataformas para regalar cosas en exceso (Really Really Free Market y FreeCycle Network).

Hay muchas empresas que han desarrollado sus departamentos de RSC (responsabilidad social corporativa), pero eso no es suficiente! Hay que involucrarse en una estrategia de compañía a medio largo plazo responsable, no solo con su entorno, sino con sus consumidores. Para ellos es clave que el marketing, la innovación de productos y servicios, así como la comercialización se "conecten" con esta tendencia!

7 MANERAS PARA QUE LAS EMPRESAS "CONECTAEN" CON LA GENERACIÓN G
1. GEN-ECO-SITY
Las empresas han de ser no solo cuidadosas con el medio ambiente, sino implicarse en su recuperación! Ejemplos:
* La firma británica Novacem ha desarrollado una nueva formulación que promete no sólo para negar el 0,4 toneladas de emisiones creado por una tonelada de producción de cemento estándar, pero en realidad para absorber 0,6 toneladas de CO2 en la misma cantidad de cemento . Este cambio se logra mediante el uso de silicatos de magnesio como materia prima en lugar de las alternativas tradicionales como la piedra caliza. Los silicatos requiere calentamiento mucho menos durante la producción y absorber el CO2 durante el proceso de endurecimiento.
* Con sede en Londres Ecoigo, un servicio de coches verdes, pretende ser de carbono positivo, compensando el doble de las emisiones de cada viaje, así como de la energía utilizada por su oficina.
* Como parte de su iniciativa para el crecimiento sostenible, FIJI Water compensar su huella de carbono total en un 120%. Lástima que todavía implica botellas de plástico, por supuesto.
* La primera motor de búsqueda "ecológico":
* Ecocho , se puso en marcha en 2008 con la intención de siembra hasta dos árboles por cada 1.000 búsquedas realizadas a través de su motor de búsqueda. Hasta ahora, 6.615 árboles han sido financiados, lo que eliminará 3.307.765 kilos de CO2 de la atmósfera.
* Con sede en EE.UU. Of The Earth vende semillas de flores de papel hechas a mano que produce flores después de ser utilizado. Las hojas de papel se pueden plantar directamente en el suelo en una maceta o en el jardín. También puedes ver Pangea Organics, que en realidad incorporar las semillas en sus envases.
* Además, el BMW Hydrogen 7 series tiene un motor que limpia el aire, hecho que demuestra que las emisiones, para ciertos componentes, tales como los gases orgánicos no metano (NMOGs) y monóxido de carbono (CO), son más limpios que el aire ambiente que entra en el motor del coche.
2. FREELOVE
O como seducir y enamorar a tus consumidores a través del regalo! Ejemplos:
* Gitchers es un nuevo sitio que permite a los consumidores inscribirse para tener la oportunidad de recibir una camiseta "gratis" estampada con el logotipo de una empresa o webside a seleccionar (se convierten así en hombres anuncios pagados por las marcas…..)
* Tripwolf ofrece guías gratuitas, viajes personalizados en formato PDF, que combina el contenido editorial profesional, con contenidos generados por usuarios de unos 13.000 trotamundos en todo el mundo.
* FreeGreen ofrece planos que puede descargarse gratuitamente de la casa verde. FreeGreen equipo de ingenieros y diseñadores trabaja con fabricantes de productos líderes en la industria para crear diseños de casas que incorporan diferentes combinaciones de productos, materiales y proveedores. También ofrece imágenes en 3D, simulaciones de energía y las descripciones escritas para ayudar a los consumidores a encontrar el sistema más adecuado para su estilo de vida. FreeGreen se basa en prácticas remuneradas de los fabricantes de productos, pero se esfuerza en ser transparentes acerca de los productos que muestra.
* Ecocabs con sede en Dublín, ha creado un giro AMOR LIBRE: viajes gratis en taxi ecológico en toda la ciudad. Ecocabs son pedales (pero asistido por batería, cuando sea necesario) vehículos de tres ruedas con capacidad para tres personas para el tránsito libre de emisiones a través de las zonas urbanas congestionadas. Los vehículos patrocinados por la marca son personalizados con los colores específicos de la marca y la imagen, y los conductores también pueden repartir folletos, ropa de marca ropa o las zonas de destino particular de la ciudad.
3. CUIDAME
La Generación G, aprecia la generosidad y la premia. El impacto que tiene el "regalar" un producto o servicio, al consumidor adecuado, tiene un efecto infinitamente superior, que bombardear de campañas inútiles, a todos por igual. Veamos algunos ejemplos de éxito:
* Los compradores en las tiendas de muebles de IKEA en Dinamarca, ahora tienen una nueva opción de traer sus compras a casa: una flota de bicicletas Velorbis y remolques que están disponibles para préstamo en prácticamente sin costo alguno. IKEA puso en marcha el programa después de la investigación de mercado reveló que el 20 por ciento de sus clientes daneses van en bicicleta a la tienda. A continuación, se asoció con la danesa Freetrailer, una organización de préstamos gratis, tanto para motos y coches, para establecer el servicio, que ya ha comenzado en la tienda de IKEA Gentofte.
* IKEA Suecia, la empresa ofrece al fatigado compradores de Estocolmo una forma de descanso. Los huéspedes son bienvenidos para dormir durante 15 minutos en un Sovhotell (Hotel de sueño), y se les proporciona las máscaras de ojo y auriculares con música suave para ayudarles a hacer la siestas.
* El año pasado, en el festival de música al aire libre holandés Pinkpop, diesel, instaló duchas de agua caliente, incluyendo toallas, gel de ducha gratuitos para los asistentes.
* En noviembre de 2008 Zurich Insurance instaló Cabinas de Ayuda en Londres Heathrow y los aeropuertos de Zurich. Las cabinas de Ayuda ofrecen acceso gratuito a Internet, instalaciones de carga y otros servicios de conserjería para los viajeros, incluyendo los materiales de limpieza para hacer frente a café derramado, e información sobre destinos de viaje. La venta de seguro no es su prioridad, aunque el foco está en ser útil.
4. SOY ESPECIAL
La Generación G, quiere se le reconozca su esfuerzo de comprar/elegir una marca….:
* A través de un programa piloto, Seattle-Tacoma International Airport ahora ofrece seis plazas de aparcamiento en una ubicación privilegiada en el garaje para vehículos eléctricos. Las manchas verdes a rayas, con tomas de corriente-se encuentran en el quinto piso del garaje y están disponibles en un "first-come, first served ". Las tarifas estándar de estacionamiento se aplican, pero la electricidad es gratis.
* Australia Perkler es una comunidad on line "de beneficios", dando a los compradores un lugar central para administrar todos sus programas de lealtad y recompensas. Con una base de datos de más de 500 programas de recompensas y 150.000, Perkler combina información sobre las tarjetas de modo que los compradores pueden buscar en todos ellos a la vez, incluso vinculando a determinados puntos de venta para que sepan dónde conseguir cada beneficio que está interesado.
* La marca de moda Esprit premia a sus clientes más fieles con un exclusivo Esprit Club Platinum Card, que ofrece varias ventajas (además de los descuentos obligatorios): Servicio de arreglo gratis en las tiendas de Esprit, el asesoramiento comercial profesional con cita previa, el acceso a un boletín especial sobre productos exclusivos y promociones, e invitaciones a eventos exclusivos de Espirit.
5. TRY-VERTISING
A la Generación G le gusta experimentar….
* La Californiana Pomme Bébé sirve comida orgánica para bebés, y ha diseñado un bar-degustación, para que los más pequeños de la casa prueben sus productos!
* Con sede en Sydney Rentachook fabrica y vende una variedad de gallineros, así como los piensos. Para aquellos que quieran probar la experiencia de criar sus propias gallinas en casa, alquila el paquete de "Eco-Coop" durante seis semanas antes de que se comprometan a la compra.
* El Shanghai-based Sampleplaza es una nueva sala de exposición con productos innovadores, aún no lanzados al público en China. Por 100 yuanes (alrededor de USD 15 / 11 euros) al año, los consumidores están invitados a visitar Sampleplaza tantas veces como quieran y probar una amplia gama de productos, desde aparatos de gimnasia a medias, cosméticos y de alta tecnología , bebidas, salsa de barbacoa, sopa y bocadillos. Además de probar las muestras en la sala de exposición, a los miembros se les permite llevar a casa hasta 5 artículos por visita. Sólo tienen que llenar una encuesta online con un máximo de 10 preguntas por cada producto /muestra que se prueba.
* Los consumidores que se suscriban en Latest in Beauty, rellenen un cuestionario detallado sobre sus color natural, necesidades y preferencias cosméticas, podrán navegar por el sitio de los productos que coincidan con su perfil y leer los comentarios de nuevos productos por un panel independiente. Sobre la base de lo que ven, entonces puede elegir un máximo de tres muestras para probar en casa cada mes. Unas semanas más tarde, Latest in Beauty envía un correo electrónico solicitando comentarios, que luego envía a las marcas de cosméticos. Lo último en belleza está abierto sólo a los usuarios del Reino Unido, que deben pagar EUR 1 por mensaje de texto desde un teléfono móvil con sede en Reino Unido para cubrir los gastos de envío de cada envío de muestras.
6. RANDOM ACTS OF KIDNESS (RAK)
Esto es una táctica sencilla, que si se practica constantemente y a largo plazo, harán las delicias de los clientes, y hace más por dar atributos positivos a las marcas que la mayoría de las campañas de publicidad masiva: "los actos de bondad al azar":
* Líder chino e-minorista DangDang.com devuelve a sus clientes el precio de sus comprar una hora al día al azar.
* Wings es una de tarjeta de crédito propiedad de Akbank, uno de los mayores bancos de Turquía. La tarjeta está dirigida a viajeros frecuentes, que ganan millas al hacen sus compras en los restaurantes y tiendas de miembros del club. Wings se asoció recientemente con cinco restaurantes de lujo en Estambul-Ulus 29, Hakkasan, dorado, Topacio y Brasserie Beymen para ofrecer una selección aleatoria de los miembros de Wings para que después de cenar en uno de los restaurantes y pagar con su tarjeta, el cliente es notificado de que la comida/cena le sale gratis
* Norte-irlandés de moda ARK (abreviatura de los actos de bondad al azar) vende una línea de camisetas estampadas logo-para hombres y mujeres. Piden que cada vez que un cliente usa una, que hagan algo bueno por otra persona y lo comuniquen! .
7. CO-DONAR
Hay un montón de innovadores programas de donación corporativa que involucra al cliente/consumidor en sus programas filantrópicos:
* El año pasado, Google lanzó el Project 10100, animando al público a enviar ideas que ayudan a otras personas, a los ganadores se les financiaba con USD 10 millones
* La exclusiva cadena Whole Foods, premia a sus clientes que traigan sus propias bolsas con monedas de cinco centavos de madera que pueden ser depositados en cajas asignadas para la donación para seleccionar obras de caridad locales.
* Es un hecho trágico que uno de cada cinco niños africanos mueren antes de cumplir cinco años por causas simples, como la deshidratación. Medicamentos básicos podría salvar la vida de esos niños, sin embargo, no es fácil su distribución. El proyecto ColaLife tiene como objetivo aprovechar la formidable red de distribución de Coca-Cola para distribuir esos productos.
* Tripadvisor publicó hace poco un programa llamado Más que Huellas, en la que la empresa se comprometió a donar 1 millón de dólares. Sus clientes fueron invitados a votar por una de las cinco organizaciones benéficas preseleccionados. Un millón de votos fueron emitidos……
* TOMS Shoes vende zapatos sin cordones online, y dona un par de zapatos a un niño necesitado por cada par vendido. La empresa distribuyó 10 mil pares de zapatos en 2006, su primer año, mientras que 2010 se produjeron cerca de 100.000 pares.
Conclusión:
La generosidad "llega". La generosidad se recuerda y deja huella, genera interacciones excepcionales que son difíciles de olvidar.
Genera vínculos. Son las personas las que entregan la generosidad, pero se produce un vínculo con la marca, promoviendo la fidelidad.
La generosidad produce generosidad. Además de por participar en interacciones excepcionales que "dan ganas" de ser contadas hacen posible querer hacer algo a cambio, como lo es hablar y recomendar la compañía.
Ángel Bonet. Socio de Daemon Quest.
Para ver el artículo y la presentación pinche aquí.
Enviado por: Daemon Quest
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Es Noticia, Competir innovando - 30/06/2013 20:40:08

Competir innovando
José Enebral Fernández,
Tweet Conviene revisar el significado que, en la economía de nuestro tiempo, adquieren conceptos como el de competencia e innovación; quizá pueda y deba mejorar nuestra competitividad y solidez como empresa, tras algunas oportunas reflexiones que aquí se tratan de alentar.
Innovamos en beneficio de nuestra competitividad, pero el concepto de competencia es más complejo cada día, y el de innovación, más amplio de lo que inicialmente parece. Conviene detenerse, si no lo hemos hecho ya, en los nuevos significados de estos significantes. Nuevas realidades eran ya bien visibles en el escenario finisecular, pero el cambio es continuo en el siglo XXI, y la gestión empresarial nos obliga a reflexionar con mayor penetración, en crisis y en bonanza; a elevar con más frecuencia la vista por encima de la gestión cotidiana.


Al hablar de competencia, nos referimos no ya sólo a las empresas del sector que amenazan reducir nuestra presencia en el mercado, sino también a todo aquello que puede disuadir a nuestros clientes, incluyendo, por ejemplo, los nuevos hábitos, valores y tendencias emergentes en la sociedad. Obviamente, en momentos de crisis, también competimos con todo aquello a que el cliente dirige prioritariamente su capacidad de compra: si puede arreglárselas sin nuestros productos/servicios, nuestra empresa se resentirá y habremos de disponer soluciones de supervivencia.

Aun contando con que la situación económica acabe mejorando, habremos de cuidar mucho nuestra competitividad en el mercado global. Porter y otros autores nos han ofrecido valiosas aportaciones sobre la estrategia competitiva y la diferenciación, pero todos debemos seguir reflexionando al respecto sobre nuestro negocio, atentos al entorno y anticipando el futuro, para nutrir y mantener nuestra solidez.

Y al hablar de innovación, no podemos pensar sólo en la renovación tecnológica o la incorporación de las mejores prácticas, sino y quizá sobre todo, en adentrarnos en la terra incognita del saber en cada campo (técnico o de gestión empresarial), y generar nuevas, valiosas, atractivas soluciones que nadie ofrezca todavía, para quienes los clientes las esperaban quizá sin saberlo. También disponemos aquí de reflexiones oportunas de muchos autores Ridderstrale nos hablaba del monopolio temporal, como asimismo de casos muy aleccionadores en la generación de novedades de impacto.

En verdad, en la era del conocimiento y el aprendizaje permanente, hemos de aprender lo que ya saben otros, pero, asimismo, lo que aún no sabe nadie; hemos de investigar, explorar, descubrir, idear…, es decir, innovar, para atraer la atención del mercado. No innovamos en suficiente medida, ni acertamos siempre con las novedades que generamos; en ocasiones, falta sintonía con las necesidades o expectativas de los clientes, si es que no falló ya la propia identificación de éstos. A veces tampoco identificamos la auténtica competencia emergente, y tomamos decisiones quizá infructuosas.

Desde luego, hemos de saber bien qué valoran o cuestionan los clientes en nuestros productos y servicios, y no dar por sentado casi nada. Una empresa tan ejemplar e innovadora como Coca Cola estaba plenamente segura del éxito de la new Coke en los años 80, pero la nueva fórmula resultó un fracaso. Por extraño que parezca ahora, esta gran compañía parecía contemplar su producto como un refresco magnífico aunque perfectible, y los consumidores parecían llegar más lejos, y lo veían casi como una especie de icono intocable. De modo que debemos estudiar bien a los clientes finales, estableciendo incluso tipos diferentes: tal vez se nos ocurra algo especial para algún segmento…

Coca Cola creyó que competía con Pepsi tras un sabor más atractivo, y que era el momento de innovar en el producto; pero no era la clásica fórmula lo que había que cambiar, sino el marketing desplegado. Éste es un caso (especialmente aleccionador) de racionalismo reduccionista e inferencias viciadas (recuerden que se hicieron catas ciegas…); pero la compañía corrigió pronto el error y recuperó mercado.

Por aquellos mismos años (mediados los 80), Amana, división de Raytheon que había creado en EEUU el horno de microondas, parecía estar a punto de quedarse fuera de un mercado que ella misma había abierto tiempo atrás: un cuestionable marketing había debilitado su competitividad, y, por ejemplo, el horno había penetrado mucho más en las cocinas japonesas que en las norteamericanas. Los fabricantes japoneses (Sharp, Sanyo, Matsushita…) se mostraron pronto muy convincentes en la relación calidad-precio de los nuevos aparatos, y parecían observar el mercado con otra perspectiva.

Revisemos, sí, con quiénes o qué competimos en el siglo XXI y exactamente en qué, y despleguemos asimismo la innovación genuina para conquistar mercado. Hablaremos un poco aquí de todo ello, si el lector nos sigue en estos párrafos. Se trata de dos buzzwords cotidianos, dos conceptos fundamentales competencia e innovación, que adquieren complejidad y dimensión especiales en la emergente economía, y cuyo análisis, sin perder la perspectiva sistémica, se hace aún más preciso en momentos de crisis.



Sobre la competitividad y la competencia

En efecto, hemos de neutralizar y aun superar a las empresas competidoras siempre que podamos, y reaccionar con acierto y prontitud cuando nos veamos sobrepasados: queremos sobrevivir. Pero ya no debemos pensar sólo en las empresas que ofrecen mejor relación calidad-precio para satisfacer las expectativas y necesidades de nuestros clientes, o que las encaran con soluciones innovadoras, de interés e impacto; hemos de interpretar asimismo como competencia todo aquello que, consecuencia de los cambios en la sociedad, reduce o elimina aquellas necesidades o expectativas, y las sustituye tal vez por otras.

Al hablar de competencia en nuestro siglo, resulta ya en efecto insuficiente pensar, por ejemplo, en la legendaria rivalidad de Coca Cola y Pepsi, o de Helena Rubinstein y Elizabeth Arden en la primera mitad del XX, o de las grandes marcas que se reparten cada mercado hoy. Nos rodean quizá demasiadas alternativas para todo, pero es que también asistimos a la desaparición súbita de algunas industrias. En suma y además de considerar la severa crisis económica en que nos hallamos, podemos encontrar serias amenazas visibles y no tan visibles a nuestra competitividad y prosperidad en:

Empresas que ofrecen mejor relación calidad-precio en productos/servicios similares o alternativos a los nuestros.
Empresas innovadoras que ofrecen nuevas y avanzadas soluciones para las mismas necesidades, o para un conjunto de necesidades.
Empresas audaces que nos superan en las campañas de publicidad o en los canales de distribución, es decir, en la comercialización.
Cambios sociales (nuevos hábitos y valores, nuevas leyes, tendencias demográficas…), que pueden restar potencial, solidez, a nuestra oferta tradicional.
El mercado global, que puede ser visto como llegada de nuevos competidores, y nuevos productos, aunque también como oportunidad para internacionalizarnos.

Bien pues, debemos ser nosotros quienes ofrezcamos la mejor relación calidad-precio en soluciones eficaces; debemos ser nosotros los genuinamente innovadores; debemos ser también nosotros audaces y certeros en el marketing; debemos ser nosotros quienes antes nos adaptemos a los cambios sociales, y debemos finalmente ser igualmente nosotros quienes mejor aprovechemos las oportunidades del mercado global.

Si, en vez de nutrir profesionalmente nuestra competitividad, nos instaláramos en la práctica de capturar y fidelizar a nuestros clientes mediante incentivos (o comisiones) para que nos compren, entonces aparecerían otros riesgos y amenazas. Aquí la casuística es muy diversa, y esta práctica puede acabar incorporando también sensible entropía a las organizaciones. Peter Drucker sostenía ya hace 20 años que comprar a los clientes no funciona, y seguramente lo seguiría sosteniendo hoy. (Y, por cierto, la entropía también se hace muy sensible cuando, quizá porque se desea vender la empresa, se pone más empeño en aparentar que en ser).

Observando los cinco puntos señalados, parece evidente que debemos apuntarnos a la innovación como proceso continuo; a la innovación de impacto, y no sólo en los productos y servicios, sino en todo aquello que permita generar en la empresa mejores resultados con menor esfuerzo (ser más productivos); a la innovación derivada de los cambios sociales, y esto antes de que lo hagan otras empresas; a la innovación de salto cuántico, radical, más allá de la mejora continua. Diríase que así nutrimos la competitividad y nos hacemos fuertes en el mercado, como que lo contrario nos debilita y nos lleva quizá de mal en peor.

Pensemos, por ejemplo, en la progresiva desaparición de las máquinas domésticas de coser (las de nuestras abuelas o madres). Empresas como Singer vieron bajar sus ventas, pero no luchaban décadas atrás contra otros fabricantes, sino contra el auge de la industria textil, contra la incorporación de la mujer al mercado laboral, y contra las crecientes alternativas que se le ofrecían para el tiempo libre (si es que les quedaba): la vida de la máquina de coser doméstica expiraba. El paso de la tecnología mecánica a la electrónica retrasó el final, pero el mercado iba a esfumarse…

Los fabricantes de papel carbón para copias se empeñaban en mejorar sus características, cuando ya se veía el fin, fruto de la llegada de las pequeñas fotocopiadoras a las oficinas. E igualmente desaparecieron las propias máquinas de escribir con la llegada de los ordenadores personales, como también se ha ido reduciendo, por ejemplo, el consumo de tabaco, por razones de salud. (Quizá parezca digresión, pero, aunque yo era muy joven, recuerdo que el consumo de tabaco se incrementó en la primera mitad del siglo XIX, con la aparición de las cerillas).

Al preguntarnos con qué o quién competimos, hemos de respondernos con suficiente perspectiva y amplitud de miras; de otro modo el futuro nos pillará a contrapié. El lector pensará que no necesita estas "teóricas", y yo les recuerdo que sólo trato de provocar sus reflexiones, seguro que más enfocadas y efectivas, sobre la competitividad y la innovación.

¿Cómo tomar la delantera? En seguida se pensará tal vez: "creando novedades inspiradas o apoyadas en el avance tecnológico". Pero recordemos que no toda la tecnología es TIC, ni toda la innovación es tecnológica (parece haber una obsesión en vincular la innovación con las TIC). También podemos inspirarnos, como sugeríamos, en la evolución demográfica, en los cambios de valores, hábitos, inquietudes…, en las nuevas leyes, en la globalización… En todo caso, hemos de asegurar la sintonía con el cliente-usuario de nuestros productos o servicios, y recordar que debemos introducir novedades idóneas y valiosas, tanto en lo que ponemos en el mercado, como en los procesos y métodos internos: esto último también nos hace más competitivos y lo sabemos bien.

Sí, la clave más segura de la competitividad parece ser la innovación más genuina, ya se inspire en la rápida evolución tecnológica, en la demográfica, en la social/cultural, en las nuevas regulaciones o en la globalización; pero se precisan personas expertas que piensen con acierto y profundidad en beneficio de su creatividad, y asimismo empresas audaces y capaces, que materialicen ágil y debidamente las nuevas iniciativas surgidas. Creatividad en las personas (directivos y trabajadores expertos) por un lado, y audacia y diligencia en la gestión empresarial por otro: ésta parece ser la vía; pero hay que insistir en ello, por si siguieran siendo asignaturas pendientes en algunas organizaciones.



Innovar es algo más

Desplegando su significado más genuino, innovar es, en la empresa, algo más que materializar la mejora continua, o incorporar nuevas tecnologías y prácticas emergentes. Apunta a procesos, productos y servicios, pero no sólo a eso. Se asocia a la creatividad, pero es un concepto más ambicioso. Puede exigir la existencia de áreas formales de I+D, pero especialmente una cultura ad hoc que catalice la expresión del capital humano. En la empresa, la innovación (como la formación) ha de ser un proceso y no un suceso, pero cada iniciativa ha de analizarse con perspectiva sistémica y amplitud/profundidad de miras, enfocando bien las expectativas y necesidades de clientes/usuarios tradicionales y potenciales.

En la historia de la innovación empresarial hay éxitos y fracasos, unos y otros aleccionadores, que podemos relacionar con la investigación formalmente orquestada (áreas de I+D), pero también con la audacia del empresario, con la creatividad de un individuo o un equipo, con la casualidad aprovechada (serendipidad), con la intuición genuina, con el pensamiento conectivo, rompedor, lateral, exploratorio, inferencial, analítico, sistémico, abstractivo… La aparición de una idea valiosa es un logro, pero es apenas el comienzo de un proyecto de innovación; en todo caso, el mercado sancionará finalmente el valor de cada iniciativa innovadora. Ray Kroc lo luchó mucho, y finalmente lo consiguió: tenía en McDonald"s más fe que los propios hermanos Dick y Mac.

Sin duda todos los trabajadores podemos ser más creativos, y deberíamos serlo en la economía del saber y el innovar: knowledge worker, thinking worker, learning worker, creative worker… Pero, en la empresa, la innovación ha de entenderse con dimensión corporativa y sistémica. Por decirlo de otro modo, todos podemos hacer cursos de creatividad, pero hay aspectos fundamentales de la innovación la catálisis, la evaluación de iniciativas, las grandes decisiones o la materialización que corresponden a la Dirección, en función de su estrategia, sus recursos, sus objetivos, su percepción del mercado… También la Dirección habría de practicar el aprendizaje permanente, y un curso de innovación se dirigirá típicamente a directivos y empresarios.

En efecto, también a empresarios y directivos apunta el lifelong & lifewide learning, y, como refuerzo de sus perfiles profesionales siempre perfectibles, pueden aprender siempre algo de las experiencias de las empresas más innovadoras; quizá, sobre todo, de cómo se despliega una cultura catalizadora (leamos a Robinson-Stern, Ekvall, Rydz…) de la innovación en la empresa. Podemos ser magníficos profesionales, pero siempre tenemos todos algo que aprender. Hemos de ser conscientes de que habrá éxitos y fracasos, porque no todas las novedades acaban resultando realmente valiosas para el negocio. Conocemos fracasos debidos a una idea desacertada, y también fracasos debidos a una mala gestión de una buena idea.

(No sé dónde leí que una persona de nivel A, con una idea de nivel B, tiene más posibilidades de materialización que un individuo de nivel B, con una idea de nivel A; pero esta reflexión, alimentada con el hecho de lo mucho que nos cuesta aceptar como buena una idea ajena, abriría una digresión y cierro por ello el paréntesis).

Hay veces en que creemos tener un nuevo producto de impacto, rompedor, superior a lo existente, y sin embargo el mercado lo rechaza: nos habrá pasado alguna vez, consecuencia quizá de un incompleto o erróneo análisis de las expectativas de los clientes. En otras ocasiones desarrollamos un producto, quizá fruto del avance tecnológico, y rechazamos nosotros mismos su comercialización por razones económicas…, pero la competencia ve nuevos clientes que nosotros no habíamos contemplado, y se hace con el próspero negocio. O desvirtuamos también en ocasiones la idea original, subordinándola quizá a intereses espurios.

Hablemos del fax, que es un ejemplo al que solía referirse Peter Drucker. Este aparato nos empezó a resultar familiar ya en los años 80 del siglo XX, cuando comenzaron a digitalizarse las redes telefónicas, camino de la denominada Red Digital de Servicios Integrados. De modo que dimos con el fax como un servicio adicional de las redes telefónicas digitales, junto al datáfono o la videotelefonía. Pero, ¿por qué les traigo esta historia?

El fax parece un caso de invento basado en las posibilidades técnicas, cuyo origen debemos situar en el siglo XIX y cuyo desarrollo se aceleró en la segunda mitad del XX. Las tecnologías que soportan el fax se desarrollaron sobre todo en Estados Unidos, pero el hecho es que el mercado se inundó pronto, en los primeros años 90, de terminales fabricados por compañías japonesas. Se diría que, en ver negocio en el fax, se adelantaron los japoneses y que así fue porque no sólo vieron esta nueva máquina como un complemento económicamente discutible del servicio telefónico, sino, sobre todo, como una alternativa al correo postal y al emergente negocio de mensajería.

También fueron los japoneses los artífices de la miniaturización (años 50) derivada de la aparición de los transistores en Estados Unidos. Fueron, sí, los fundadores de Totsuko (luego llamada Sony), Morita e Ibuka, quienes apostaron más decididamente por los nuevos dispositivos, llamados a sustituir a las válvulas de vacío de los primeros aparatos de radio y de televisión. A pesar de los ya referidos aciertos de los intuitivos directivos japoneses, a los americanos (también notablemente intuitivos: al parecer más que los europeos) no se les escapaban los negocios... Hablemos ahora, por ejemplo, de la televisión en color.

El desarrollo de la televisión en color (mediado el siglo XX) resulta igualmente aleccionador y tiene un protagonista singular en David Sarnoff, primer ejecutivo de RCA, según nos recordaban autores como John S. Rydz o Watts S. Humphrey. En Estados Unidos, CBS se había adelantado con un sistema de disco rotatorio que debían incorporar tanto las cámaras de TV como los aparatos domésticos; pero El General (así era conocido Sarnoff) estaba empeñado en que RCA liderara el mercado, y desplegó una estrategia idónea, cuyo recuerdo resulta oportuno.

Puede decirse que hubo dos grandes detalles en que Sarnoff pareció superar a William Paley, el ejecutivo de CBS: primero, decidió que el sistema de color debía ser compatible con los receptores de blanco y negro, de modo que todo el mundo pudiera recibir los programas: unos espectadores en color y otros en B/N; y segundo, RCA apostó por una tecnología audaz y plenamente electrónica, que pudiera evolucionar en beneficio de la calidad de la imagen. (Detalle este último importante: hemos de prever la evolución de cada nuevo producto o servicio, que, como sabemos, empieza a quedarse obsoleto desde su propio nacimiento).

Aunque CBS alcanzó la aprobación de su sistema por la Federal Communications Commission (FCC), Sarnoff recurrió la decisión y consiguió convencer a todos de la solidez y dimensión del proyecto de RCA. Era consciente de que tenía tres tipos de clientes: la propia FCC, a quien debía convencer de la superioridad de su sistema de color; la industria de difusión de TV, cuyas producciones llegarían tanto a los aparatos de color como a los ya existentes de B/N; y, desde luego, los propios usuarios de los nuevos aparatos, dotados éstos con un tubo que trabajaba con tres nuevos colores básicos (rojo, verde, azul). Había que convencer a los tres clientes, y tras este objetivo desplegó RCA sus fuerzas.

Todas las áreas de RCA debían dejar de pensar influidos por sus creencias e intereses, para ponerse en la piel de los clientes. Por ejemplo, los ingenieros de RCA pensaron, al parecer, que el tamaño de la pantalla debía ser reducido (10 pulgadas) porque de otro modo la profundidad del aparato sería excesiva para las dimensiones del cuarto de estar típico; pero los responsables de marketing supieron que los compradores preferían aparatos de mayor tamaño, y se acabaron sorteando las dificultades técnicas. Dicho de otro modo, todos los departamentos de la compañía debían dar prioridad a las expectativas y necesidades de los clientes.

En el caso de Coca Cola, se dio por sentado que los consumidores esperaban un nuevo sabor, más atractivo que el de Pepsi. "El problema de Coca Cola en frase del consultor Darrel Rhea fue que los técnicos del laboratorio tomaron el poder". Los responsables del marketing, superados entonces por los de Pepsi y quizá puestos en cuestión, debieron asegurarse de que los consumidores deseaban realmente un cambio de sabor. La innovación (en productos/servicios) resulta muy arriesgada cuando se hace a espaldas del mercado, o cuando se despliegan inferencias desbocadas (de las que ya nos alertó Argyris, por ejemplo).

Parecen lecciones de sentido común, pero aún hoy, en 2009, fallamos a veces en la identificación de los clientes, y de sus expectativas y necesidades: algo bastante arriesgado cuando nos proponemos ofrecerles una novedad valiosa. Ya Ted Levitt nos alertaba de que, a menudo, la función de vender podría estar respondiendo no tanto a la necesidad del comprador, como a la del propio vendedor. Este articulista habla siempre aquí (acéptenme la analogía) del tornillo y el martillo: el cliente tiene un tornillo y busca un atornillador, y el proveedor tiene un martillo, y todo le parecen clavos. No debo yo generalizar, pero temo que resulta más frecuente de lo que parece.

Un caso (que pude seguir de cerca) de cuestionable identificación de los clientes es quizá el de la llegada del e-learning con el acelerado desarrollo de las TIC en el panorama finisecular, y especialmente con la expansión de Internet. En realidad, el aprendizaje por ordenador nos llegó en los años 80, en la etapa off line, cuando los docentes utilizábamos herramientas de autor para llevar al PC algo parecido a la enseñanza programada impresa que habíamos conocido previamente; pero es verdad que la etapa on line trajo la aparición de campus virtuales y la asunción por los tecnólogos de la producción de cursos multimedia e interactivos. A mi modo de ver, la ventaja entre una producción realizada por docentes para discentes, frente a la realizada por técnicos de producción para clientes (responsables quizá de las áreas de formación de las empresas), es que los docentes manejan significados, y los técnicos, significantes y efectos especiales.

Ya en el escenario neosecular, los proveedores de e-learning se asociaron en Madrid (APeL) y Barcelona (Aefol) para impulsar el papel de las TIC en la formación continua (quizá hubiera alguna otra iniciativa, como el denominado Círculo de Consultoras de Formación). Desde entonces, lo cierto es que se viene admitiendo que los cursos de e-learning platafórmico, multimedia e interactivo, no han generado aprendizajes suficientemente significativos, y hoy buena parte de esta actividad de formación se orquesta amparada en dineros públicos, con una calidad-efectividad generalmente modesta.

He traído este ejemplo para subrayar, como hacen los expertos, la importancia del usuario final en los esfuerzos de innovación. Habíamos también hablado de Singer y las máquinas de coser domésticas; bien pues, se fueron introduciendo mejoras en los modelos fabricados, no porque las demandaran los usuarios (amas de casa, en este caso), sino porque, al parecer, las pedían los vendedores para lucirse con las posibilidades ofrecidas, en las presentaciones del producto. Esto no mejoró las ventas, y Singer hubo de dar el salto cuántico de la mecánica a la electrónica para mantener el negocio. En el sector del e-learning corporativo, el profesional aprendedor no necesita alardes tecnológicos vanos, sino información idónea en fondo y forma, sencilla de traducir a conocimiento valioso y aplicable.

En su toma de decisiones, la Dirección de las empresas innovadoras no puede, por norma, dar por buena la información que llega de sus distribuidores, vendedores, ingenieros e intermediarios en general, sino que ha de acceder, lo más directamente posible, a usuarios o consumidores finales para identificar y satisfacer sus expectativas, explícitas o implícitas. Cuando el caso lo requiere, en estas empresas innovadoras cada departamento implicado (I+D, marketing, producción, ingeniería, posventa…) se ha de relacionar directamente con el cliente o usuario final, para asegurar el acierto en las decisiones.

Al releer estos párrafos antes de su publicación, he recordado otro caso curioso. Masaru Ibuka convenció, 30 años atrás, a Akio Morita de las posibilidades del Walkman, una de las innovaciones exitosas más llamativas en el campo de la electrónica; sin embargo, los ingenieros de Sony no mostraron la más mínima confianza en el éxito de la iniciativa. Aún hoy, en la empresa se diría que a todos nos cuesta dar por buenas ideas o intuiciones ajenas; a los directivos, las de los subordinados, y a éstos, las de aquéllos.

Estudiar determinados casos de innovación empresarial resulta ciertamente aleccionador, porque son muy valiosas y diversas las conclusiones: Diebold, Inditex-Zara, Raytheon-Amana, Totsuko-Sony, Coca Cola, Velcro, RCA, Singer, Helena Rubinstein, McDonald"s, Eisai, Ikea… Dejen que dedique unas líneas a aquella singular mujer, Chaja (Helena), nacida el día de Navidad de 1870 en el seno de una familia judía de Cracovia.

No había por entonces siquiera productos especiales para la higiene personal, pero su madre, Gusta, cuidaba su cutis y el de sus hijas con una crema facial: la que utilizaba una famosa actriz amiga de la familia, H. Modjeska. Cuando sus padres buscaron un marido para la joven Chaja, ésta rehusó casarse con él (mucho mayor que ella, que contaba 18 años entonces), lo cual la llevó a vivir con su tía Rosalie. Pronto se mudaría a Viena, con otra tía, donde se interesó por la dermatología, y unos años después decidió viajar a Australia, a vivir con su prima Eva.

Podrá pensarse que las circunstancias llevaron a Helena Rubinstein a dedicarse en Australia a la cosmética, disciplina a la que se aplicó con empeño para crear doctrina y modificar creencias; pero sólo sus fortalezas personales, intuición incluida, explican el éxito alcanzado, especialmente en Europa y América. Pionera en los cuidados de la piel con inspiración clínica, como en los tratamientos antienvejecimiento, llevó la cosmética a las clases altas y medias. Fue la primera en distinguir tres tipos de piel: normal, seca y grasa. Helena Rubinstein modificó hábitos en el cuidado personal de las mujeres.

La rivalidad entre Helena Rubinstein y Elizabeth Arden fue incluso más feroz que la también legendaria entre Joan Crawford y Bette Davis (estrellas de Hollywood de singular talento). Quizá el resultado fue una competencia en el negocio de la cosmética de la que el mercado se benefició, pero no parece que fueran muy felices en sus vidas personales, a pesar de llegar de la pobreza al inmenso éxito económico. Se odiaron, al parecer, intensamente a lo largo de sus vidas, por cierto bastante "paralelas", y evitaron verse a pesar de establecerse muy cerca, en Nueva York. Otras rivalidades fueron quizá menos personales pero también muy estimulantes profesionalmente: Goizueta y Enrico, Sarnoff y Paley… Evitamos ejemplos de nuestros días y nuestro entorno.

¿Qué destacar del caso de Zara, en nuestro país? Décadas atrás, la moda en el vestir era un problema para los clientes (alta calidad y precio, pero vigencia limitada), y constituía también un serio condicionante para los empresarios del sector. Los clientes con suficiente poder adquisitivo adquirían sus prendas al principio, y otros clientes esperaban a las rebajas, ya con un margen reducido para las tiendas. Entonces apareció Zara para cambiar las reglas.

La primera tienda Zara abrió en 1975, en La Coruña. Hoy, unos 200 diseñadores se encargan de crear moda para que el cuidado sistema logístico de la compañía la haga llegar a las tiendas en plazo breve. Zara vende moda en el vestir a precio asequible, y se renueva constantemente. La estrategia de la marca es incentivar las compras compulsivas y hacer saber al cliente que, cuando vuelva, habrá cosas nuevas. Zara se ocupa más de crear valor para el cliente que de reducir costes, y la mitad de su producción sale de fábricas propias en España, Portugal y Marruecos. Sí, a menudo se consolidan reglas y creencias en los mercados, que hemos de poner en cuestión.



Áreas de innovación

Enseguida termino, pero hemos de subrayar también la existencia de otras áreas de innovación, además de los productos y servicios. En conjunto, Vadim Kotelnikov nos invita a innovar en áreas tales como:

Los productos y servicios ofrecidos.
Los procesos funcionales.
Las relaciones con los clientes.
La gestión de la propia innovación.
El sistema de aseguramiento de la calidad.
El sistema de dirección o gestión empresarial.
Las técnicas de producción.
La gestión de la información y el conocimiento.
La cultura organizacional.
El aprovechamiento del capital humano.

Y, desde luego, la propia reconsideración de la estrategia de negocio o de empresa, puede traer asimismo novedades que nos hagan más fuertes en nuestra condición de competidores; que nos hagan diferentes y especialmente atractivos para un segmento del mercado. Ikea es diferente, Zara es diferente… Hemos de ser funcionalmente óptimos, a partir de la estrategia y las metas formuladas; pero también cabe revisar periódicamente cómo ser diferentes y atraer la atención del mercado.

Debo haber agotado la paciencia del lector, si es que ha llegado hasta aquí. No es que pueda ponerse ya el punto final, pero de todo esto se puede hablar muchísimo, y los empresarios lo harán con más rigor, junto a sus colaboradores más próximos. Este articulista ha aprendido algo estudiando casos reveladores, cuyo análisis no ha de quedarse en la superficie; pero ha tomado conciencia de que siempre hay mucho más por aprender.


Contenido enviado por: Pepe
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Que opina usted? Aprender matemáticas a través de los videojuegos - 19/09/2012 3:59:25

"Su objetivo es revolucionar la educación desde edades tempranas. Los primeros pasos que ha dado Jean-Baptiste Huynh encaminados a ese objetivo van por buen camino.Educación innovadoraUn buen día, Huynh decidió dejar su pasado como analista financiero y dedicarse a algo que siempre le había fascinado: ser profesor de matemáticas. "Y tras dos años, entendí que en el actual sistema educativo no se innova, porque no se incentiva a los alumnos. No hay nadie ni nada que haga que los alumnos puedan mejorar e innovar en su proceso formativo. Todo el sistema está enfocado sobre los profesores y nunca sobre los alumnos. Para innovar hay que centrarse en los clientes. Y en la educación no se puede hablar de clientes a otros profesores, porque te matan. Y como procedo de la industria, para mí es natural que mis clientes sean los alumnos.Entonces, ¿cómo innovar? Huynh lo vio claro: a través de los videojuegos. Pero, "los que existen no están enfocados en el aprendizaje". Con la idea de desarrollar un videojuego para aprender matemáticas, buscó en Internet a compañeros de viaje. Y así se unieron a él Patrick Marchal y Régis Faller. "En tres meses teníamos un prototipo". La primera prueba la hizo en el cumpleaños de uno de sus hijos y sus amigos. "La innovación de DragonBox es que presentamos ecuaciones matemáticas con una estética más cercana a los niños. Hemos cambiado las formas tradicionales de las matemáticas utilizando objetos que pueden mover y desplazar. No se requieren conocimientos previos para jugar". Tras diferentes pruebas afinaron el desarrollo y lanzaron DragonBox en mayo a 5,99 euros. En pocos días consiguieron 20.000 descargas. Huynh subraya que ponerle un precio relativamente "alto" para ser un videojuego "ha sido una estrategia intencionada para diferenciarnos de los competidores. Al ponerle un precio estamos diciendo que la aplicación es innovadora y por eso hay que pagarla".Acaban de firmar un contrato con The Center for Game Science de la Universidad de Washington (EE UU) para utilizar DragonBox en un centenar de escuelas.www.wewanttoknow.com
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